Megan
Termino de servir el agua y espero a que mis nervios y mis hormonas se calmen un momento.
¡Rayos!
Me muero de la vergüenza. Se dio cuenta que le estaba acariciando la mejilla.
¿Te gusta?
No lo sé, subconsciente. Me atrae, pero aún no descifro mis sentimientos hacia él. Pero no quiero enamorarme de él. No quiero salir lastimada si me llego a enamorar de él.
Agarro el vaso de agua que está en la mesa de vidrio y me dirijo hacia la habitación de Nick. Voy a la mitad de la sala y escucho que el timbre de la puerta está sonando, pongo el vaso de vidrio en una mesa pequeña enfrente de la sala.
De seguro es Sam, se le han de a ver olvidado las llaves. Voy corriendo hacia la puerta y lo que está parado enfrente de la puerta es algo muy desagradable.
Me recargo en la puerta abierta y veo como sin darse cuenta Emma se arregla su busto postizo y su vestido... que la verdad si es muy lindo.
Una vez que termina alza la cabeza sonriendo. Pero cuando me ve esa sonrisa se desvanece.
Ja, ja, ja. Ridícula.
—¿Qué haces en el departamento de mi novio?
—Que te importa —contesto.
Me pongo en medio de la puerta para que esta estúpida no pueda pasar. Ella intenta querer pasar, pero no lo logra.
—Quítate —me intenta ordenar.
—¿Disculpa?
—Dije que te quitaras —intenta empujarme, pero yo soy más rápida y la empujó fuerte hacia atrás.
—¿Qué te pasa, idiota? Eres una estúpida, como se te ocurre empujarme. Eres una maldita estúpida de la calle. Piensas que, solo por estar en el departamento es mi novio te sientes de mi nivel. Déjame decirte que no somos iguales maldita zorra.
Después de que termina de insultarme, bostezo un poco.
Me aburres, amiga.
—Tienes razón, no somos iguales porque yo soy una pobre vaga de la calle sin dinero ni zapatillas de marca.
—Por supuesto, no vales nada —me dice.
—Claro. Pero podre ser pobre y todo lo que quieras peor por lo menos yo si tengo dignidad y no ando detrás de un hombre como tú. Das pena, eres una pobre ridícula que, a pesar de presumir tanto, vales muy poco.
Emma se queda callada, se puso muy roja. Sin ni siquiera pensarlo dos veces me suelta una cachetada.
—¿Qué haces aquí, Emma? —pregunta Nicholas a mis espaldas.
🦋
Nick
Me siento en la orilla de la cama esperando a que Megan llegue con mi vaso de agua. Pero no viene.
Me levanto de la cama y voy a la cocina. Camino por el pasillo para llegar a la sala cuando escucho que alguien está hablando.
Es Megan, ¿pero con quién hablará?
Cuando llego a la sala veo que Megan está ahí, con ¿Emma?
Lo único que veo como le suelta una fuerte cachetada a Megan. ¿Cómo se le ocurre pegarle a Megan? Me acerco muy enojado a la puerta y hablo atrás de Megan.
—¿Qué haces aquí, Emma?
—Vine a verte, querido.
—No te quiero aquí, vete ya.
—Amor, pero si acabo de llegar...
—No me interesa. Por favor entiende una jodida vez que ya no quiero nada contigo, lo que teníamos era solamente sexo y ya te lo dije desde el principio. Solo quería divertirme, pero tu te enamoraste de mí, eso ya no es mi jodido problema. Ahora lárgate de una puta vez, ya no te quiero volver a ver.
Tal vez, fui muy duro con lo que le dije. Pero, así es la única forma en la que puede entender las cosas.
Se enamoro de mí, pero yo solamente lo utilice para tener sexo.
—No es cierto —algunas lágrimas empiezan a salir —. Tú me amas. Sé que me amas. No te puedes quedar con esta puta —señala a Megan y ella solamente reda los ojos.
—Ya lárgate. No te quiero volver a ver, Emma.
—Me las vas a pagar, maldita zorra —ella se dirige hacia Megan.
—Tú siempre vas a ser mío, mi amor. Recuérdalo. Porque si no eres mío, no serás de nadie —me amenaza.
Todo su maquillaje se corrió de tanto llorar. Ella me sonríe limpiando algunas lágrimas de su rostro y después se va.
Eso pareció película de terror. Espero que ahora sí se aleje de mí.
—¿Estás bien, Megan? —Pregunto. Ya que veo, que se agarra la mejilla donde Emma le pegó.
Quito su mano de su mejilla y pongo la mía acariciando toda la parte donde esta roja.
—Tranquila. ¿Te duele? —digo en voz baja, sin apartar mi mano de su mejilla roja.
—Poco. No te preocupes —habla también en voz baja.
Megan me mira a los ojos.
Me encanta que sus ojos azules me estén mirando.
Yo la miró también a los ojos.
Ambos nos miramos a los ojos.
Es tan encantadora que tengo muchas ganas de besar sus hermosos labios rosados.
🦋
No lo puedo creer.
Ya somos 1.03K de lecturas. Muchísimas gracias por toda su ayuda y apoyo 😭💚. La historia apenas lleva cuatro meses en la plataforma y ya tiene un poco de éxito💙. Se los agradezco muchísimo. Gracias por dame esta oportunidad, en serio. ✨
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Ni Tú, Ni Yo ©
RomanceMegan Ross es una chica de veintitrés años que tras la muerte de su madre tuvo que crecer demasiado rápido para poder cuidar a su hermana menor, Laila Ross. Un día por accidente choca con Nicholas Smith. Él, con tan solo veintiséis años es el hombre...