Megan Ross es una chica de veintitrés años que tras la muerte de su madre tuvo que crecer demasiado rápido para poder cuidar a su hermana menor, Laila Ross. Un día por accidente choca con Nicholas Smith. Él, con tan solo veintiséis años es el hombre...
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* Este capítulo contiene algunas escenas +18. Sin son menores de edad y lo leen es bajo su responsabilidades. Yo simplemente cumplí con advertir *
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Nick
Sábado.
Por fin es sábado.
Son las ocho de la mañana. El sol recién salió. Es una mañana muy agradable.
tomo mi toalla y voy directo a la ducha. veinte minutos después me pongo ropa cómoda y voy a la cocina para preparar el desayuno.
Hago unos huevos revueltos con café. Una vez, que todo está listo acomodo la mesa.
Cuando termino me lavo las manos y me dirijo a la habitación. Megan aún sigue dormida. Me acuesto aún lado de ella observando su belleza y empiezo a acariciar su mejilla. Parece un bebé cuando duerme.
Es tan linda.
—Bueno días, cariño —digo en voz baja.
—Buenos días —habla Megan y sonríe.
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—Hoy tengo todo el día libre, ¿qué te gustaría hacer, princesa?
Megan se limpia la boca con la servilleta de tela.
—Mmm, realmente, no lo sé. ¿A ti, que te gustaría hacer?
—Todo lo que tenga que ver contigo para mí sería lo mejor.
Megan sonríe.
Terminamos de desayunar, Megan se levanta de la mesa y se empieza a llevar los platos sucios para lavarlos. Entre los dos lavamos los platos y los vasos, los secamos y dejamos todo limpio y ordenado. Una vez, que está todo en su lugar, Megan se recarga en la barra.
Me acerco a ella y la empiezo a besa, lentamente. Después, la subo a la barra, ella abre sus piernas y me acerco más a ella bien.
Lentamente meto mi mano por debajo del pijama de Mega, hasta tocar sus pechos ella jadea.
—Te necesito —susurra.
—¿Qué tanto me necesitas, amor? —pregunto en voz baja.
—Mucho, mucho, mucho.
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Megan
Nicholas me carga y me lleva al mueble, me acuesta en él. Se alza un poco y se quita la playera quedando solamente en ropa interior y el pantalón de pijama. Después, el me quita cuidadosamente la blusa que llevo puesta, quedándome solamente en sostén por unos segundos. Después me quita el sostén. Empieza a besar mi abdomen, mi cuello, mis pechos, todo. Se siente tan bien.
Me carga y ahora me lleva a la cama. Me acuesta en ella, y me quita el short. Sus dedos pasan por mis piernas lentamente hasta llegar a mi vagina. Empieza a tocar muy despacio. Después, me quita la ropa interior. Quedando completamente desnuda. Empieza a tocar de nuevo mi vaginª y mete uno de dedos. Oh, por Dios.
El placer empieza a llegar poco a poco a mi cuerpo. Sus dedos dentro de mí me están volviendo loca, carajo.
Ahora mismo el señor Smith me tiene en sus manos. Ahora mismo, puede hacer conmigo, lo que se le pegue la gana. Soy completamente suya en este momento.
Abro más mis piernas y Nicholas se mete entre ellas y empieza a jugar su lengua con mi vaginª.
Carajo, se siente de lo mejor. No puedo con tanto placer, agarro a Nick del cabello.
Nicholas saca su cabeza de entre mis piernas y se acerca a mí para besarme apasionadamente.
—Ni si quiera, llegamos a la mejor parte, cariño. Relájate y disfruta de la función —habla.
No noto cuando termina de hablar ya que nuevamente siento su lengua en mi vagina.
Es jodidamente excitante.
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Al día siguiente, voy a comer con mi hermana Laila a un restaurante.
—Está muy rico todo —dice Laila.
—Cierto. Y espera, aún falta el postre —sonrío.
—¿El postre? No creo que aguante tanto.
—Tienes que, Laila, tienes que. El postre está muy delicioso. Es lo mas delicioso.
—Siento que no aguantaré. Pero lo haré, todo por el delicioso postre.
Río.
El mesero llega con nuestro postre. En verdad, el postre de chocolate es tan delicioso.
Diez minutos después, veo que alguien se sienta al lado de mí.
What the fuck?
Alzó la mirada para ver quién es... Sonrío al ver a la persona sentada alado mí.
Owen...
—Hola, hermosa. No pensé en encontrarte aquí —sonríe.
Su sonrisa siempre me ha encantado. Es tan linda.
—Ni tampoco yo en encontrarte a ti.
—Eh, hola. Creo que no nos conocemos, soy Owen Collins. Un gusto, linda —Owen le extiende la mano a Laila y ella la recibe.
—Hola —sonríe —. Mi nombre es Laila y soy la hermana de Megan.
Owen se asombra un poco.
—¿Te digo una cosa?
Laila asiente.
—Eres igual de hermosa que tu hermana Megan.
Los tres sonreímos.
Después de que terminamos de comer los tres vamos al parque a distraernos un poco.
Owen nos invita un helado.
El helado me recuerda a cómo conocí a mi hombre. A cómo conocí a Nicholas Smith. Ahora siento que en la forma en qué nos conocimos fue muy ridículo. Por un helado, que tonto. Pero, gracias a ese ridículo encuentro. Conocí a una persona que amo demasiado, que soy yo misma cuando estoy con él.
