Megan Ross es una chica de veintitrés años que tras la muerte de su madre tuvo que crecer demasiado rápido para poder cuidar a su hermana menor, Laila Ross. Un día por accidente choca con Nicholas Smith. Él, con tan solo veintiséis años es el hombre...
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Megan
—¿A dónde vamos? —le pregunto a Nick mientras conduce.
—No te lo diré.
—¿Por qué no?
Nicholas sonríe.
Veinte minutos después, Nicholas se estaciona enfrente de un hotel muy lujoso.
Oh, oh.
Debo de admitir, que el hotel por fuera es muy lindo.
—Un hotel. ¿Es en serio? —digo bajándome del auto.
Nicholas no me responde, y solamente se ríe.
—¿De qué te ríes? Yo no me estoy riendo.
Espero y no sea lo que estoy pensando...
—Lo que estés pensando no va a hacer en el hotel. Bueno, dormiremos en el hotel si es necesario —dice.
Realmente, me estoy poniendo muy nerviosa y no sé porque...
Bueno, sí lo sé. Pero... no creo que pase algo entro los dos.
Oh ¿sí?
No, no, no creo que pase... algo... íntimo entre... los dos...
¡Oh, por Dios! Estoy muy nerviosa.
🦋
Nick
Jamás había estado tan nervioso como ahora lo estoy.
Ahora sí estoy más que decidido. Sí, tal vez, lo que haré sea muy rápido. Pero ya tengo clara mi mente y mi corazón y ya no puedo esperar más.
—Ven, vamos al hotel —paso mi brazo por su cuello y caminamos juntos.
—¿Q-qué? ¿Para qué?
—Tú me vas a esperar en el hotel hasta que yo vuelva. ¿Recuerdas que te dije ayer que te tenía algo?
Entramos al hotel y nos dirigimos a la recepción. Pido la llave de la suite que reserve.
Segundos después, ya estamos en el elevador y nos dirigimos al piso treinta y siete. Las puertas del elevador se abren y entramos a la suite.
—¡Wow! Está muy lindo todo.
Sonrió.
—Megan. ¿Cuántos novios has tenido en tu vida?
Mi pregunta la tomó por sorpresa.
—Uno.
—¿Enserio?
Asiente.
—Realmente, nunca me puse a buscar a un hombre. Siempre estuve con mi hermana cuidándola, viendo que no le faltara nada. Nunca me preocupe en tener una relación amorosa —se encoge de hombros
