Megan Ross es una chica de veintitrés años que tras la muerte de su madre tuvo que crecer demasiado rápido para poder cuidar a su hermana menor, Laila Ross. Un día por accidente choca con Nicholas Smith. Él, con tan solo veintiséis años es el hombre...
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Megan
Por fin está aquí.
La extrañaba demasiado.
Rápidamente camino a donde esta ella y la abrazo fuertemente.
—Cariño, te extrañé muchísimo.
—Yo también, Ellie —le digo.
Nos sentamos las tres en la cama de Laila a conversar un poco.
—¿Cómo han estado? —nos pregunta a mí y a mi hermana.
—Hemos estado bien y conseguí un nuevo empleo —respondo —. ¿Y tú?
—Feliz de que estoy de nuevo con ustedes. Finalmente, John se adaptó en su nuevo empleo y ciudad. Ya no me necesita. Ahora espero que le vaya bien ahí.
—Ya verás que sí. Él es un buen hombre, lo va a aprovechar, ya que tú lo apoyas —le dice Laila.
—Espero que sí, cariño.
—Te extrañamos mucho, Ellie —mi hermana y yo abrazamos a Ellie.
—Yo también las extrañé, niñas. Mis niñas.
Ellie es una mujer muy linda, es como una madre para nosotras, no sé qué haría si algo le pasara.
🦋
Nick
Ya pasó más de hora y media que se fue Emma. En el rato que estuvimos juntos fue igual que en los años pasados. Fue bonito recordar buenos momentos. Parece que Emma ya me superó.
Me alegro por ella.
No es fácil superar a un hombre demasiado guapo como yo. Es difícil y lo entiendo.
Después de que nos aburrimos de ver películas casi todo el maldito día nos pusimos a limpiar el departamento y salimos un rato a caminar.
—Nick, ¿te acuerdas cuando nos conocimos? —pregunta Sam.
—Por supuesto que sí, menso —sonrío un poco, literalmente, fue muy raro y chistoso —. ¿Por qué me preguntas eso?
—Simplemente para saber si te acordabas, capaz que ya ni te acuerdas —me dice.
—Eres mi mejor amigo, tonto, obviamente me acuerdo. Eres insoportable cuando te pones de melodramático.
—No estoy haciendo dramas, Nicholas. ¿Últimamente toda en tu estúpida cabeza solamente rodea a Megan o me equivoco?
—¿Qué? Claro que no. Megan ni siquiera me gusta. No es mi tipo.
—Síguete engañando, Nick. Te conozco como la palma de mi mano.
Ignoro su comentario, pero tiene razón, nunca puedo engañar a Sam siempre sabe cuando miento. ¿Pero en esta ocasión tendrá razón o se equivoca?
