Encanto especial

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Ivonne no quería soltarlo. Era como si temiera perderlo nuevamente solo por eso.

Por suerte, Severus la conocía bien. Sabía que ella era de necesitar abrazos después de algo tan estresante como eso.

Con la diferencia de que, en ese momento, el también lo necesitaba.

La dama se acurrucó en sus brazos, disfrutando de su suavidad y de ese aroma tan masculino que la hacia viajar al cielo.

- No olvides que no soy una almohada- Le dijo con su típica vos sedosa.

Ella se separó de él, sonriendo. El brillo en los ojos de ambos había regresado.

- Bendito Urien...- Dijo ella- Sev...

- ¿Qué?

- Deberíamos ir a avisar que estamos amigados, de nuevo. ¿No?

- ¿Tengo que ir yo también?- Dijo mientras se ponía de pie- Es tan agotador...

- Vamos- Ella lo tomó de una mano- Así también caminamos un poco.

Ese simple contacto generó en los dos, un cúmulo de sensaciones y sentimientos que se habían apagado después de tantos días separados.

Al salir, se encontraron con una ligera nevada.

- ¿Eres tu?- Le preguntó el hombre de ojos negros.

- No, esto es natural.

Por suerte para ambos, encontraron a Albus muy pronto, por lo que no tuvieron que buscarlo por todos los lados.

Ya estaba finalizando las horas de sol, cuando ella lo condujo por el lago.

- ¿Qué se supone que haces?- Le preguntó al verla caminar sobre la superficie congelada del lago- Si se rompe tendré que ir yo a salvarte.

- ¿Por qué crees que te traje?- Le dijo mientras reía y patinaba un poco.

El arqueó una ceja, cosa que a ella siempre le hacia reír.

- Acompáñame, vamos...- Llamaba la dama a Severus- Se que sabes patinar.

- Eso era hace dos vidas...

- Hace la misma cantidad de años que no patino, y mira, no lo hago tan patético.

- Tu estas acostumbrada a hacer el ridículo. Yo no. Tengo una imagen que mantener.

- ¿Ves a alguien mas aquí?

- Si, a mi conciencia.

- Vamos Sevy, diviértete un poco, para variar.

Severus resopló. Ella era terca y terriblemente insistente. Estaría días así, hasta que él terminara obedeciendo. Caminó hacia donde estaba ella, calculando el grosor del hielo.

- Tranquilo- Le decía mientras le tomaba un brazo- Agregué un poco de hielo extra, para que no temas.

- ¿Temer? ¿Yo?- Se ofuscó- Que ofensa...

Ella comenzó a patinar un poco, mientras lo arrastraba consigo.

A los pocos minutos, Severus le demostró que mantenía el equilibrio mucho mejor que ella.

Ivonne trastabilló, cayéndose hacia atrás, pero siendo sostenida por Severus.

- ¿Qué pasa? ¿No eras experta en patinaje sobre lagos?- Le preguntó, aun aferrándola.

- Nunca dije eso...

Ivonne estaba encantada. Y tenia razones justificadas para estar en contacto con él.

Onix y Zafiro | SSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora