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Las semanas pasaban lentas, interminables y muy solitarias para Snape. Ya era el tercer mes en el Ivonne se había ido a realizar su importante misión y no había el mínimo rastro de ella.

La reunión general de los profesores había terminado y pocas cosas quedaron claras. Las discusiones entre Black y Snape habían llegado a un punto casi preocupante. Sirius constantemente buscaba la manera de provocar a Severus con burlas y con comentarios del tipo "Ivonne ya debe estar muerta". Severus, por su parte, cada vez toleraba menos las bromas infantiles de Black.

Sin una Ivonne que lo comprendiera y relajara, muchas veces casi ataca al antiguo merodeador. La mayoría de las veces, solo detenido por Lupin.

Por suerte, su relación con Remus había mejorado un poco y este último le daba un poco de los ánimos necesarios para no creer que Ivonne había desaparecido.

Durante uno de los almuerzos un indicio apareció.

En el espacio entre la mesa de los profesores y el alumnado una pequeña luz apareció en el piso. Era como si el suelo fuera de papel, y del lado de abajo, se iluminara.

La luz comenzó a crecer, llamando la atención de todos.

Pronto unas ramas blancas y algo difusas salieron del piso, enredándose entre ellas, creciendo, alcanzando varios metros de altura. Luego las ramas se acomodaron para empezar a generar hileras de hojas igual de blancas y difusas que crecían en la copa, a casi tres metros y caían como una cortina hasta casi tocar el suelo.

Todos identificaron que se trataba de un sauce. De aquellos que crecen junto a los ríos y caen suavemente hasta tocar el agua.

Severus se puso de pie de inmediato.

- Es el patronus de Ivonne- Dijo rápidamente.

Era un patronus extraño, ya que nadie conocía uno con forma vegetal. Eran comunes los animales, pero jamás un sauce.

- Anochecer..... Caballo.....Hagrid..... Misión.....

Las hojas del patronus en forma de sauce se mecían al son de cada palabra que brotaba del tronco mismo. Era una voz etérea, sedosa y tétrica, que a penas podía distinguirse de la de Ivonne.

El árbol fantasmal dejó de moverse. Sus hojas cayeron como un telón, dejando el tronco y las ramas desnudas, como si se hubiese secado, para luego retrotraerse en el suelo y desaparecer.

Solo los profesores entendieron el mensaje y Severus sintió el alivio abrigar su corazón como una tela, por saber que ella aun estaba viva.

El mensaje era claro para ellos. Los resultados de la misión llegarían al anochecer, en un caballo, a la casa de Hagrid.

El sol se ponía en el horizonte cuando los profesores esperaban impacientes las noticias de Ivonne. Era casi seguro que ella no vendría, ya que sino no habría sentido de utilizar el patronus.

- Bien. Por lo menos sabemos que aun esta viva...- Susurró Remus.

Minerva lo regañó con la mirada.

Una pesada bruma los rodeó como un par de brazos.

- No la quiten- Dijo Albus- Es una bruma para esconder al caballo.

- Lo malo es que no vemos nada de nada....- Se quejó Hagrid.

- Yo si...- Se pavoneó Alastor.

Un caballo color arena llegó sin hacer el mas mínimo ruido hasta el grupo de profesores. Tenía una marca en uno de sus cuartos, como un símbolo. Era un caballo de mensajería. Imposible de rastrear, extremadamente veloz, silencioso e inteligente.

Onix y Zafiro | SSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora