Onix y Zafiro | SS

Marcas de amistad y dolor

Pasaron unos momentos en silencio, admirando el paisaje, cuando escucharon que alguien golpeaba la puerta.

- Rubeus Hagrid- Se escuchó una voz, seguida de unas campanillas.

Ivonne se asomó hacia el interior y abrió la puerta.

El guarda bosques entró saludando a Ivonne.

- ¡Hola Iv!

- Hola Hagrid... Pasa, estamos afuera. Pero usa la puerta ¿Si?

El medio gigante cerró la puerta y la volvió a abrir, para poder salir de la cabaña.

Caminó hasta donde estaba Ivonne y se sorprendió de ver a Snape.

- ¡Profesor Snape! Que gusto verlo.

Severus se limito a saludarlo, de mala gana, con una inclinación de cabeza. No era que lo detestara, simplemente, nunca había socializado con él.

Hagrid bajó de la plataforma y se sentó en un tronco.

- Este lugar es, simplemente, increíble- Exclamó- Se puede sentir la paz en estos terrenos.

- Terrenos que me pertenecen- Dijo ella.

- ¿Has visto algo interesante?

- No... Aun...

Severus se mantenía callado. No tenia razones para participar de la conversación.

La dama tomó una especie de flauta, llena de huecos y muy curvada, lo puso en su boca y emitió un sonido, como un llamado de un venado.

- Veamos que aparece- Dijo luego.

- ¿Qué se supone que fue eso?- Preguntó Severus.

- Se le dice Flauta de Pan- Explicó Ivonne- Se supone que llama a algunas criaturas, pero no se bien cuales ni con que frecuencia.

Los minutos pasaron y solo aparecieron ardillas, conejos, aves y algún que otro venado a lo lejos.

- Muy útil...- Decía Severus sarcásticamente.

- No cantes victoria- Susurró ella- Miren allá, cerca del árbol caído.

Todos prestaron atención. Allá se veía un ciervo.

- Un ciervo...- Dijo Severus.

- No...- Corrigió Hagrid- Un Etless...

Lentamente la criatura se acercó. Era mucho más grande que un ciervo, casi el doble y su pelaje era atigrado. Su cornamenta era magnifica. No solo era grande, sino que en las puntas, tenia pequeños brotes de hojas.

Todos permanecieron en silencio, viéndolo, hasta que el Etless desapareció en el bosque.

Ivonne tomó un cuaderno y anotó la frecuencia.

- ¿Hace cuanto que tienes eso?- Preguntó el profesor de pociones.

- Como hace tres años- Dijo ella mientras revisaba las anotaciones anteriores- El problema es que tiene 33 huecos... Calcula la cantidad de combinaciones...

- Si consiguieras un Fauno, podrías pedirle que te enseñe las frecuencias correctas- Señaló Hagrid.

- Los Faunos responden ante la frecuencia correcta... Hasta que la encuentre.... Por cierto, Hagrid, encima del sillón grande esta el paquete que querías.

- Ho, gracias- Decía el guardabosques mientras se levantaba para buscarlo- ¿No fue demasiada molestia verdad?

- Para nada. Eso si, me debes chocolate por eso- Exclamó Ivonne desde la ventana, mientras veía al mitad gigante irse.