¥ Huit ¥

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Probablemente lo que hice fue muy tonto, y probablemente también él me miró como un bicho raro, pero no puedo volver el tiempo atrás, asi que no sirve de nada arrepentirme o recriminarme.

Pero, poniéndome a pensar, no tengo ni la menor idea de porqué hice eso. Digo, sólo me dió curiosidad, ¿no? Es el chico de los graffitis, y ya.

No había razón para que me altere, y menos para que mi corazón latiera más rápido.

Uh, no, para nada.

Puedo ser su amigo tranquilamente, sería genial tener un amigo que sabe dibujar bien, y que de seguro tiene muchas historias que contar. ¡Tal vez hasta alguna vez lo arrestaron!

—¿Y por qué te alegra que probablemente lo arrestaran?— preguntó riendo Candler.

—¿Q-qué?— atiné a pronunciar algo descolocado.

Rió de nuevo y negó con la cabeza, yéndose a atender a un nuevo cliente.

—Estabas pensando en voz alta, Cal— dijo Jolie, mientras pasaba la página del libro que leía—. Y no te quieras mentir, eres consciente de que no quieres ser sólo su amigo— afirmó, levantando la cabeza y moviendo sus cejas juguetonamente.

Me paré fingiendo estar enojado, pero me encontraba muy nervioso y avergonzado, por lo cual choqué con el mostrador y caí al piso.

Sólo faltaría que justo él apareciera, pero no tengo tan mala suerte.

—Buenos días— saludó alguien al otro lado del mostrador.

Y no era cualquier alguien.

Era él.

«Diablos.»

Graffiti et Livres ||Cashton||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora