¥ Vingt six ¥

200 27 4
                                    

Era jueves y estaba ansioso por el día que me esperaba.

Últimamente, Ashton me sorprendía esperándome luego del trabajo para salir juntos un rato. No hacíamos mucho, ni siquiera hablábamos demasiado, pero estar uno junto al otro era bonito y relajante.

Salí de mi casa con una sonrisa en el rostro, dirigiéndome al metro.

Ya era una costumbre ir en ese transporte, se me hacía lindo poder de algún modo recordar como conocí al ruloso.

Me subí a este y me puse a leer un rato, sin darme cuenta que cierta persona estaba sentada a mi lado hasta que susurró en mi oído.

—Hey, Calum.

Me sobresalté y cerré el libro de golpe, llamando la atención de algunas personas. El rió despacio, y ahí pude tranquilizarme.

Le sonreí y tímidamente me acerqué un poco más a él, descansando con cuidado mi cabeza en su hombro.

—¿Qué lees?— preguntó.

"Carrie", de Stephen King, es uno de mis favoritos. ¿Cuál...— dudé al preguntar, pero terminé por hacerlo— es el tuyo?

—¿Mi libro favorito?— repitió, y noté su voz algo temblorosa

—Sí.

—Eh...— pensó, removiéndose un poco— yo, uhm— suspiró, parecía algo rendido—. Yo no leía hasta que te conocí, en realidad. Sé que te podría parecer algo extraño considerando que fue a un café-librería, pero era inicialmente porque quería conocerte— apenas dijo eso quitó de mis manos el libro (provocando que quitara mi cabeza de su hombro) y se tapó la cara, apuesto a que estaba sonrojado—. Pero, después— agregó apresuradamente—, realmente vi que era algo muy bonito. Mi hermano leía demasiado cuando tenía tiempo libre, así que pedí los libros que recordaba que el había leído.

—¿Quieres decir que nunca leíste algo por pura diversión?

—No, en realidad. Lo único que leí de pequeño era para el colegio, y siempre lo detesté porque nunca me gustó que me dijeran qué hacer, así que también nunca desarrollé el gusto por terquedad mía— se encogió de hombros y murmuró algo, mientras lo seguía mirando—. ¿Estás enojado?

Me extrañé por su pregunta y negué, sonriendo de lado.

—¿Estar enojado contigo porque no leías por gusto? Eso es tonto— reí.

—Bueno, entonces podrías enojarte porque te hice perder la estación— señaló la puerta, y efectivamente se había cerrado.

—Mierda— farfullé, y el rió.

Graffiti et Livres ||Cashton||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora