Graffiti et Livres ||Cashton||

¥ Vingt-trois ¥

Habíamos quedado de encontrarnos después de mi horario de salida.

Eran las cinco y trataba de hacer todo más rápido, pensando que así me dejarían salir más antes —lo cual no ocurriría—.

—Amigo, ¿qué ocurre? Pareces muy eufórico — comentó Candler, tocándome el hombro.

—¿Tanto se nota?— pregunté.

El asintió riendo, y me ayudó acomodando los libros.

—¿Puedo contarte algo? Siento que eres el único que me pueda dar consejos, las chicas se burlarán— pidió haciendo un puchero. Reí y asentí, animándolo a proseguir, parecía muy nervioso—. Por fin Jolie aceptó ir a una cita conmigo— dijo, mordiéndose el labio.

Paré de hacer todo y lo miré perplejo. Jolie había aceptado al fin. Jolie saldría con un chico después de que este fue absolutamente cursi con ella. ¡Esto es histórico!

—¡Es genial, Dler!— lo felicité—. De verdad es sorprendente. De seguro que si te le declaras luego de unas citas, ella aceptará.

—Eso espero— suspiró—. ¿A dónde me aconsejas que la lleve?

Pensé un momento. Jolie no tenía gustos específicos. Podía comer, bailar, reír o beber donde fuera. No le importaba si era en la calle o en el lugar más lujoso.

—En eso no te puedo ayudar— hablé—. Sólo llevala al lugar que a ti más te guste o al primero que veas. Ella irá sin objeciones y lo disfrutará.

—En eso Cal tiene razón— dijo Jolie sorprendiéndonos a los dos. Candler trató de hablar para excusarse, pero la rubia negó, haciéndole entender que no importaba—. Y, por cierto, tu caballero de la noche te espera.

Confundido, miré hacía el reloj, aún eran las cinco y media.

—¿Pidió permiso por él?— cuestionó el pelinegro.

—Así es— confirmó la ojiazul—. Así que ve a cambiarte.

Me alejé rápidamente y salí mientras me quitaba el delantal de uniforme.

Ahí estaba, junto a la puerta, tan magnífico como la última vez.