Graffiti et Livres ||Cashton||

¥ Final ¥

Cuatro años después...

     “Él era perfecto, en todo sentido. En realidad lo sigue siendo; cada maldito segundo, en cualquier situación y en cualquier lugar.
     Sinceramente, no sé qué hubiera sido de mi vida si él no hubiera llegado, por más cursi y trillado que suene eso. Lo amo, lo amo infinitamente.
     Nunca supe cómo agradecerle todo lo que hizo por mí. Agradecerle por todas las risas, abrazos, besos e incluso las peleas. Agradecerle por llegar a mi vida, por sacar lo mejor de mí; así que empecé a escribir y tratar de expresar todo lo que sentía cuando estaba alrededor suyo.
     Cuando le mostré los primeros capítulos a mi hermana, al instante supo que esta historia era de los dos. Cuando se lo mostré a un editor, me preguntó que cómo se me había ocurrido una historia de amor tan linda, sorprendíendose después al decirle que el tal "Michael" era yo, y el tal "Luke" era mi amado futuro esposo.
     En fin, si te gustó esta historia (y espero que así haya sido), agradécele más que todo a Ashton, que él es el responsable de tanta cursilería.
     Gracias, querido lector, por haberte sumergido entre estas letras, créeme que me haces muy feliz.
     Y gracias a ti, rulitos. Sabes que siempre te amaré.”

Había perdido la cuenta de las veces que había leído el libro de Calum, pero sabía que nunca dejaría de hacerlo.

Era hermoso. Tanto, que las primeras cinco veces que lo leyó había llorado como si fuera la primera vez —e incluso en la número treinta y dos lo había hecho un poco, pero nadie lo supo y era mejor así—.

Hace tres años y un poco más, Calum lo había llevado a una librería tapándole los ojos y puso en sus manos un libro donde el que se encontraba en la portada, era él mismo.

Ese día los dos lloraron por la felicidad que se transmitían entre sí, y Ashton no paró de pintarlo y besarlo.

Hace exactamente dos años y ocho meses, se habían casado al fin. No fue algo a lo grande, pero si habían más cosas de las necesarias, por decirlo de algún modo.

Esa noche había sido mucho más que simplemente especial para ambos, fue una noche completamente inefable.

Hace dos años y un poco más, Ashton logró ganar éxito en el ámbito de la pintura gracias a una de éstas llamada “Seulement toi”, que era un retrato abstracto de Calum tomando un café mientras leía.

Ahora los dos eran exitosos y no podían estar más felices uno del otro.

—¡Ya llegué, lindo!— gritó el morocho mientras abría la puerta.

Ahora tenían una linda casa con espacio suficiente y más. Era casi tan hermosa y grande como su amor.

El ruloso se paró de inmediato y fue a saludarlo con un beso.

Luego de mantener una charla normal, el ojimarrón se fue a sentar al piso, apoyando su espalda a los pies del sillón. Extrañado, el ojihazel se sentó frente suyo.

—Tengo que decirte algo— dijo despacio, sacando unos papeles debajo del sofá.

—¿Qué pasa, amor?— preguntó, temiendo lo peor.

El morocho simplemente extendió los papeles y en éstos se pudo apreciar la foto de una hermosa niña llamada Diane, con sus datos al lado izquierdo de la foto y un sello color verde que decía "Aceptado" sobre las letras.

Con su corazón latiendo muho más rápido, miró a Calum que se encontraba con una sonrisa enorme y llorando.

Habían aceptado su pedido de adopción. Por fin.

Inmediatamente se abrazaron fuertemente mientras susurraban pequeños "Te amo". Al fin, al fin, al fin.

Porque esto era su felicidad. Estar ellos dos, con ahora una persona más en su familia, teniendo un logro más como pareja.

Porque si estaban los dos, nunca nadie podría vencerlos. Y sí lo hacían, caerían los dos.

Siempre juntos.