—¡¿Por qué esta ahí, sin hacer nada?!— pregunté a la nada, para seguidamente tirarme a una de las sillas que se encontraban detrás del mostrador.
—Está leyendo, Calum. Eso es algo— respondió Jolie, tan calmada como siempre.
—¡Pero está así cuarenta y cinco minutos!
—Tal vez quiere terminar el libro, relájate.
Estaba a punto de protesta pero me contuve.
Es cierto. Él puede estar tranquilamente ahí, disfrutando de su lectura... ¡¿pero por qué no viene aunque sea a pedir otro capuchino?!
—¡Basta, Calum! Joder, estás asustándome.
—Lo siento, sólo que-
—No— me interrumpió—, no necesito ninguna explicación, pero si tanto quieres hablarle, vé hacia él y házlo. Es sencillo.
—No tanto, eh. Puede que tú tengas esa confianza suficiente, pero yo no puedo acercarme así nada más. Pensará que soy un acosador.
—¿Y no lo eres?— cuestionó mientras hacia una mueca.
—¡Jolie!— reclamé.
—Ya, ya— rió—. Pero enserio, es cuestión de respirar hondo e ir, pero— se empezó a quitar el mandil de trabajo—, si tanto te cuesta, en unos minutos el lugar cerrará, y tendrá que venir.
Sonreí por sus palabras y me sentí más tranquilo. Es verdad, vendrá a hablarme en un momento, y tal vez ya haya visto la rosa, así que podría decirme algo más que simplemente pedirme la cuenta.
Pasó un corto tiempo y la alarma de mi celular sonó. El trabajo había terminado.
Generalmente iba enseguida a alistar mis cosas para irme, pero esta vez esperaría.
Ví como se paraba y cerraba el libro que leía —estaba preparándome para lo que venía—. Pero antes de que pudiera siquiera dar dos pasos, Nadine se le acercó y se fueron los dos charlando animadamente.
—¿Qué diablos?— susurré para mi mismo, siguiéndolos con la mirada.
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Graffiti et Livres ||Cashton||
Hayran KurguSolo por él, comenzó a amar los graffitis. Solo por él, comenzó a amar los libros. ADVERTENCIA: Esta historia no está corregida, probablemente encuentren errores ortográficos y fallos en trama y narrativa. La escribí hace ya unos años y ni siquiera...