¥ Deux ¥

338 31 2
                                    

Apenas llegué a mi trabajo esta mañana, decidí que amaba el metro con toda mi alma y corazón.

Llegué exactamente a las 8:30 —mi hora de entrada— y mi jefe no tuvo otra opción que dirigirme una mirada molesta e irse luego de, como todos los días, indicarnos algunas cosas del trabajo a pesar de que había una chica que ya trabajaba más de un año en este lugar. Él siempre decía que se nos podía olvidar y eran reglas fundamentales.

Y ya que me encontraba amando el metro —tanto que podía comprar una camiseta que dijera "Je love métro", pero dudo que exista— decidí volver también en este transporte a mi casa.

Compré el boleto y con más tranquilidad que esta mañana, esperé a que el correspondiente metro llegara.

Subí y observé las cosas sin presión, sintiéndome realmente relajado.

En unos diez a quince minutos, llegué a mi parada, y cuando estaba saliendo de la estación ví a un chico encapuchado con una lata de aerosol en la mano también saliendo, pero por las escaleras opuestas a las que yo iba.

Mañana vería si hizo algún graffiti, pues por esa curiosidad que me ganó en tan pocos segundos decidí que mañana también me iría en el metro a mi trabajo.

Graffiti et Livres ||Cashton||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora