Soy la chica fea

15. ¿Mi cuñado?

No sé porque mi padre me arrastró a estar en esta conversación, aún estoy un poco sorprendida por lo que me dijo en la cocina ¿Entonces es con él que iré a la feria?

—¿Nell como estás, y tus padres cuéntame qué necesitas de mi?

—Estan bien señor Sirhe solo quería pasar y ordenar el pastel de queso, usted sabe que el de su tienda es mi favorito y de paso a ver a esta hermosa jovencita —explicó dirigiendo su mirada a mi.

Yo me quede ahí, calladita. O sea hermosa ¿yo? si claro más hermosas son las flores del jardín de mamá que mi cara de puberta, pero si el me lo dice es su problema no el mío después de todo las personas tienen distintas perspectivas de lo que es atractivo a sus ojos. Allá el con su opinión.

Luego de que Nell ordenará papa se fue y con toda su confianza se ofreció el mismo para crear el postre y me dejo abandonada con el extraño espécimen que no dejaba de hacerme ojitos ¿quien se cree una cámara fotográfica? Parece que es todo un mujeriego acaso no era muy respetuoso ya veo que esa carita inocente es sólo una fachada.

—Aun no entiendo como una hermosa flor fue prometida a mi pequeño e inutil hermano —comento intentando tocar mi rostro.

—Tal vez fue porque el hijo mayor solo es un gigolo que cree que las mujeres se rendirán a sus pies por una sonrisa pícara y unos ojitos de perro callejero —respondo burlándome de él.

—No te preocupes si no caes ahora lo harás después, tarde o temprano siempre caen a mis pies pequeña —alardeó.

Siento un poco de pena por él. Yo no soy igual que las otras que caen por un lindo rostro y unos cuantas monedas, para eso tengo a mi padre y madre que me mantienen, este cuñado no me agrada para nada.

Tendré que enseñarle una lección.