12. Días

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Ya han pasado varios días de el evento organizado por mi y la verdad me siento orgullosa de haber podido coordinar la celebración. Aun después de tanto siguen enviando y publicando fotos y grabaciones, lo más gracioso fue cuando la tía Bélgica se puso a hablar borracha y luego bailó como si estuviera en una discoteca hasta que se cayó y tuvieron que obligarla a dormirse.

Yo me pusé a leer para un exámen que me tocaba el día después y tuve un riña con Marcelo, si no hubiera sido por Harold juro que le habría roto la cabeza o un brazo para que dejara de molestar. En fin, pasaron un montón de cosas pero ahora debo terminar este ejercicio en la pizarra.

—Señorita Sirhe —Llamó el profesor para captar mi atención —¿Va a continuar la ecuación? —interrogó.

—¿Acaso ve a alguien a parte de mi que pueda realizarlo? —le cuestiono señalando a los neandertales en sus mesas.

—¡Talia repartiendo vergasos al profesor! —oí que dijo un inútil de los de atrás.

—Joven Góth absténgase de hablar y miré la pizarra —dictó el mayor dándome la orden de proceder.

Tan pronto como termino me voy a mi pupitre, el mayor continua con la explicación y nos deja de tarea, una práctica con los temas dados. Al terminar mi clase favorita soy convocada a la dirección en donde me dicen que necesitan mi participación en las olimpiadas de literatura, ciencias, historia y matemáticas (ya es esa época del año).

—Talia tu rendimiento académico desde tu primer año hasta ahora ha sido excelente queremos que representes junto con Mike al plantel, con ustedes de seguro llegaremos a las nacionales —explicó el director tratando de persuadirme.

—No estoy interesada, tengo muchas ocupaciones —contesto tajante y me paró sobre mis pies.

—¡Pero esta es una buena oportunidad! —Lo escuché balbucear antes de cerrar la puerta.

«No lo haré, trabajé mucho en el aniversario de mis padres y ahora quieren que los represente, que se jodan. La feria de literatura es en cuatro días tengo que lograr ir y comprar unos cuantos ejemplares» —pienso emocionada al caminar por el pasillo.

Me dirijo a mi clase de literatura (llegaré tarde por culpa del director) al entrar al aula todos se me quedan viendo y se ríen de mi ¿Qué hicieron esos bastardos? Cuando veo mi escritorio me echo a reír, el profesor me interrogo y yo le mostré lo que decía en mi pupitre y se exaltó, no sé si fue por lo que se expresaba estampada en la vieja madera vieja o las faltas  de ortografía que observé al instante de leer aquello.

“Cuatro ojos, perra, puta. Te crees la gran cosa solo por saber resolver una ecuación”-escribió- uno de mis enemigos neandertales.

—Al menos escriban insultos bien, y si la persona que escribió me está escuchando te digo hermosa criatura será mejor que prestes total atención a esta clase para que me dejes un mensaje más claro porque con tu letra no sé si es un mensaje en codigo o un montón de jeroglíficos antiguos —declaro para ir hacia mi asiento.

Sé quien lo hizo, pero es mejor callarlo puede ser que esta
persona aproveche y culpe a otros.

Soy la chica feaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora