31. No puede ser, estoy jodida

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Al terminar el desayuno, haciendo caso omiso a las miradas y dichos que eran presentados por mi hermano como si fuera un mimo callejero; me fuí a la sala y guardé la comida y agua que me dió mamá; en un bolsillo más pequeño almacené en mi cartera que se encontraba allí, el dinero que mamá me dió.

Me senté en el sofá y me puse a esperar. Pasaron dos, cinco, díez, veinte minutos, hasta que escuché un carro pararse frente a la casa; obviamente del lado en donde esta la calle y no la acera.

El timbre sonó, yo apurada fuí a atender y lo ví...

—¿Gordito ojos raros? —pregunté extrañada.

—¡Chica maleducada! —exclamó.

¿Qué hace ese gordo aquí? ¿Él es quien me llevará? Un empleado de Nell, incluso hoy se ve más alto, ¿usa tacones o algo así?

—¡Talía hija, olvidaste los lentes en la habitación! —avisó mamá, con más razón se ve tan alto; tiene más lógica.

—Papá, vino alguien a nuestra casa —llamé aún asimilando la situación.

—¡Oh, Eak estás aquí! —exclamó complacido, ¿y esa sonrisa? ¿Qué papaíto?

—Buenos días señor Sirhe, ¿Esta es su hija? —preguntó de golpe.

—Si, acertaste. Es la pequeña Talía, tu prometida.

¡Prometida! ¿Este gigante es del que todos hablaban? ¡Pero sus ojos no eran castaños! ¿Papá que acaso ya te quieres deshacer de tu única hija?

—Hermosa, si lo es —Contestó mirándome con curiosidad. Estoy jodida, bien jodida.

Luego de que mamá me entregó los mis fondos de botella (lentes);, fuí con Eak a su auto, y nos fuimos.

Nervios. Esa palabra era la que me describía en el momento en que entré al carro con él; mi emoción por los libros se había desvanecido casi por completo, la tensión no quería abandonarme y pareció como si yo fuera un animal pequeño ante su depredador.

—Disculpa. Sé que este encuentro es un poco repentino para ti; pero al menos si me voy a casar, quería conocer a mi futura esposa. No soy muy bueno socializando, lo siento. Si estás incómoda conmigo, puedo decirle a mi hermano Nell que esté contigo —habló mientras condujo.

¿Es educado? ¡Wow! Estoy un poco asombrada, no sé parece nada a su hermano, incluso es un poquito más alto.

—¡No! —exclamé —No llames a tu hermano, por favor. Él es muy irritante, baboso, estúpido, presumido y un mujeriego de primera categoría. Creó que tú eres mejor para acompañarme —declaré un poco más relajada, solo un poco, ya que esos ojos me tenían intimidada.

Él se rió al escucharme.

—Primera chica que veo que no cae por las habilidades de Nell, ¿Chica acaso eres de otro universo? —me preguntó cómico mirándome sonriente —Bueno Talía, antes que nada te quiero pedir disculpas por la forma en que te traté ayer, ya sabes...la mirada y eso.

Al parecer no es un mal chico ¡Pero igual no me quiero casar! Aunque sea amable, considerado y lo que sea, me niego a comprometerme, no quiero una vida atada, al menos no ahora; quiero estudiar, conocer lugares, aprender algún idioma; la cosa es que todo menos un hombre y la responsabilidad de servirle y sersu compañera hasta que la muerte nos separe.

A este hombre lo que le falta es menos timidez y que sea más social; le voy a encontrar pareja y a usarlo para obtener mis preciosos (libros) mientras pueda, en esta vida hay que aprovechar las oportunidades que se te presenten, no importa que tan compleja se vea en el exterior.

De nuevo me miró y esbozó una cálida sonrisa. Pobrecito, parece un niño de primaria al ver un dulce.

—¡Oye Eak! —lo llamé, al parecer estaba en otro mundo, ¿se perdió en mis coletas? —¿Te gustan los libro? ¿Cuántos has leído? —lo interrogue curiosa, el trata tanto de que se me quité el miedo; aunque el igual tiene, sus manos tiemblan un poquito.

—Bueno, si me gusta leer; mis géneros preferidos son terror, ciencia ficción, poesía y comedia. He leído más de diez libros, todos muy atrayentes —me contestó. Al menos sabe leer; tal vez seamos amigos, aunque no poseemos los mismos gustos literarios, igual podemos hacer debates y criticar alguna que otra obra.

Al llegar al estacionamiento, él detuvo el auto; y yo me salí enseguida ya que este día apenas comenzaba.

¡Era hora de devorar mis preciosos!

Soy la chica feaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora