Soy la chica fea

58. ¡Eventos, los odio!

Mi día era bueno y a la vez malo...

La parte buena era que pronto vería a Alia avergonzarse por todo lo que ha dicho de mí, sobre lo otro pues... ¡Esta noche iré a un maldito evento en el que mi abuelo estará presente! En realidad quiero verlo pero, seré pareja de Nell y el evento es formal, tengo que ir con un vestido.

¡Mierda! Apenas es lunes y ya me llueven desdichas.

—Talía, nos vamos —exigió Nell con apuro —Ya casi van a dar las cinco y tenemos que ir a comprarte un vestido —añadió parándose y tomándome del brazo.

—Espera, joder, primero déjame despedirme de mi padre y buscar mi mochila —anuncie antes de llegar al mostrador.

—Hazlo rápido, y saluda a tu padre de mi parte —musitó lo último con una sonrisa que mostraba inocencia, cosa que perdió hace siglos.

Entré a la cocina y le expliqué la situación a mi osito bello, él solo me dió un beso en la frente y me dijo que me cuidara, me despedí de Michelle con un fuerte abrazo y por ahí mismo cojí mi mochila y me la puse, además de quitarme el mandil que llevaba puesto.

Salí de allí con Nell, nos subimos en el auto y iniciamos nuestro viaje a una tienda de ropa, y sí fue justo la tienda en donde compré, bueno él gasto de su dinero en una tela para mí la última vez...

Al llegar, dos chicas nos atendieron con cortesía y comenzaron a darme vestidos que Nell elegía para que me probara...

Pensé que iba a morir de tanto quitar y poner cierres y botones, al final, luego de media hora eligió un bendito traje color crema o hueso, algo así, eso fue lo que dijo la chica de servicio; era largo con encaje en la parte del busto (que no tengo) y un abierto en el pie, específicamente en un lado del muslo, y no tenía abierto en la parte de la columna vertebral; hubiera sido su ruina si el abuelo me ve enseñando mi espalda.

Luego de eso llegamos a su casa, el llamó al Moon ese y me dijo que me diera una ducha; por lo menos esta vez no me tendré que preocupar por no arruinar maquillaje y peinado caro.

Tuvo cerebro esta vez.

Cuando salí del baño ví a un Nell con ganas de tocar mi piel mojada y, a un estilista con una sonrisa en su rostro con una silla y con una caja de sus artículos de peinado y maquillaje ¿Acaso también hace servicios fuera de su establecimiento?

Bueno el fin fue que él me convirtió en una dama, cosa que yo no soy; soy una chica aficionada a la literatura, los gatos y el negro, también los dulces, espero que el evento tenga un buen bufé, y está vez pueda disfrutarlo.

La otra vez fue...un corto periodo de tiempo.

—Listo, quedaste maravillosa —enunció el maquillista al terminar conmigo.

Y sí parecía yo, pero con retoques de aplicación de móvil, no me veía tan mal, por lo menos con el aspecto que tenía sabía que no iba a avergonzar al abuelo y a Nell, estaba...decente.

—Estas linda —comentó Nell —Creo que esta noche será entretenida —agregó en mi oído para que el profesional no lo escuchara.

—¡Idiota! —grite queriendo clavarle uno de los labiales que tenía a la vista —Olvídalo, me iré a cambiar y tú deberías hacer lo mismo —le sugerí.

Me coloque el traje ese, y tomé unos tacones color negro, el negro combina con todo y además no sé de moda, así que para mí, esos son los más aceptables y cómodos.

Después de que me dí un baño...

Salí de la habitación “femenina” ya vestida y por lo visto Moon desapareció sin dejar rastro y Nell por igual, de seguro el idiota se estaba poniendo presentable. Me senté a esperarlo en el sofá, y me dedique a beber un poco de agua.

Después de treinta minutos salió...

Y sí, parecía un galán de telenovela, si mi mami lo hubiera visto, de seguro lo obliga a disfrazarse de uno de los protagonistas de sus novelas; eso sí que sería interesante.

—¿Cómo me veo? —me preguntó —Se que estoy malditamente sexy y deseable, pero quiero oírlo de tí, anda dime —insistió queriendo saber mi opinión.

—Estas decente. Eso es...bueno.

—Al menos podrías decir que estoy suculento —alardeo el mayor dando una vuelta.

¿A ver por qué diría semejantes cosas de él? ¿Quién se cree que es él?