XXVIII.

2 0 0
                                    

Estrella de la mañana, te rompes como un fragmento de manzana y deletreo tu sílaba primeriza al son de mi respiración.

“__”.

Y se me cursan, silentes, los recuerdos. Sangra mi mano al usurpar las murallas de tu rostro soez y de tu corazón. Se deslizan mis dedos sobre tus pezones canela y sobre tu piel ardiente. La piel que arde más que el sol.  Te atrapo en la garganta cuando menciono tu nombre y entonces el aire murmura completa tu voz.

“__”. Vedette de la noche. Extranjera salvaje en la ciudad de fuego.
“__”. Reina del cabaré sureño; gata negra fertilizando con erotismo la pestilencia de la ciudad.

Cientosesentayocho centímetros de continentes y espadas. Pies descalzos y secretos cubiertos de jeans vaqueros. Mirada fría, disuasión, vestida bajo codicioso pensar de ninfómana social, absurda fotogénica, lince del pasado y pena del ayer.

No es una puta. Miren cómo danzan sus alas serafines.

“__”. Lengua de hierro, vulva rosa.
“__”. Carretera sin nombre, camino sin final.

He amado a otras como te he amado a ti. Mentirte sin consentimiento me parece una traición devoramundos. Un idiota siempre puede contar con prosa “fantastática” para atrapar a la niña que siembra rosas sobre los cielos de loto.

“__”. Regresa de la arena y de las olas del mar a contarme cuentos de plataneras, de espíritu café y muchedumbre morbosa.
“__”. Odio de latitud meridional y presa de su propio juego. Amante de los temblores, las piernas y los colores.

He gozado con el frenesí de ya haber degustado las mareas tibias y el agua salada de tu lengua al despertar. Cruz de campo y olor sureño; dorados moscardones, encuentro gris.

Bestia de mis ilusiones, métete a la jaula de promesas que te he construido. Tus latidos piden ser entendidos bajo la candela negra que se incendia y nos aparta de golpe.

Oh, ¡si tan solo me hubieses querido como te quise a ti!

Los árboles tiernos nos hubiesen cubierto con sus esporas de júbilo; la tierra nos hubiese servido de cama y las hojas como cubierta.

La hierba virgen crecería alrededor de tu ser y me contarías tus primeros cuentos, los de niña.

Jugaría con tu terciopelo oscuro frente al público vivaz y todo el amor que he guardado te lo daría, te lo daría.

Oh, _____, ¡si tan solo fueses mía!
Oh, _____, ¡si tan solo nunca te hubieses ido de aquí!

----------------
Síguelo en:
Wordpress: https://farmaero.wordpress.com

Facebook: Fármacoerotismo.
https://m.facebook.com/farmacoerotismo/?locale2=es_LA

Fármaco/ErotismoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora