Capitulo 4.- Me pones mucho cuando te enfadas.

37.9K 1.7K 77
                                    

Capítulo 4.

Me levanté enfadada y cogí mi plato. Lo dejé encima de la encimera de un golpe que hizo asustar a Lucas y que retumbó por toda la casa y subí a mi habitación. Cogí una bolsa pequeña que estaba encima del escritorio, de las tantas que había comprado hoy y bajé otra vez. Él seguía comiendo con una mueca divertida en la cara. Supuestamente riéndose de mí.

Que imbécil era.

Le dejé la bolsa encima de la mesa sin tener nada de cuidado. En su cara. Me daba igual que se atragantase, mejor. Estaba enfadada. Él me ponía de los nervios. Le empecé a gritar.

- ¡Tu jodido marco! Ahora me dejas en paz, ¿vale? -sonreí sarcásticamente y negué con la cabeza- Ni siquiera sé por qué me he molestado en comprártelo, eres un puto imbécil. 

- Eh...relaja hermanita, te dije que no hacía falta que compraras nada -volvió a reír-

- Eres…eres..eres…dios, ¡Te odio joder! -Grité- 

*Lucas.

Salió corriendo del comedor, subiendo las escaleras de tres en tres. Podía notar que sus ojos se aguaron cuando me dijo eso último. A lo mejor me había pasado un poco…La verdad es que no estaba acostumbrado a vivir con una mujer a parte de mi madre. Para mi eran de usar y tirar, sin importancia, no sabía que una chica podía ponerse así. Y después de haberse tomado la molestia de comprar el marco…joder Lucas, siempre igual.

Ya no tenía ni ganas de comer.

Solté los cubiertos de un golpe y me levanté. Cogí la chaqueta y las llaves y salí de casa dando un portazo. Odiaba los momentos de tensión. 

Voy a un parque que hay al lado de mi casa. Está más o menos cerca y está abandonado y es donde siempre iba a pasar el rato.

Me encanta ese sitio.

Nunca hay nadie y es tranquilo. Se ven todas las vistas de Miami Beach. Lo descubrí el verano pasado. Meto la mano en mi bolsillo y saco una caja de cigarros, me pongo uno en la boca e inspiro su sabor.

Joder, esto es vida.

Inspiro y expiro y me paso una mano por el pelo, despeinándolo. Y me quedo pensando en todo mientras poco a poco el cigarro se va consumiendo. Tengo que pedirle perdón. Odio que una mujer llore y más si la culpa es mía. Seré un imbécil, un rompecorazones, un cabrón, pero siempre intento hacer el menor daño posible y no hacer llorar a ninguna mujer. Mi madre me ha enseñado bien.

Apago el cigarro y me levanto. Ahora estoy más tranquilo. Ahora ya puedo hablar con tranquilidad.

*Kiara.

Lo odio. Es que lo odio. Todo está por el suelo, cuando me pongo furiosa siempre tiro todo y me da igual. Me desahoga. Creo que se me ha roto hasta el móvil. Pero me da igual. Esto es una mierda. Deshago toda mi cama y me meto dentro, con la ropa aún puesta. Me tapo hasta arriba y empiezo a llorar. Esto lo hacía cuando era pequeña, para que nadie me escuchara. Oigo un portazo. Me da igual, que haga lo que le dé la gana, es un imbécil. Le he comprado el marco y encima tiene la cara de portarse así.

Princesa, ven conmigo hasta el infinito y más allá [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora