Capítulo 1. -Hermanastro "encantador".

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Capítulo 1.

-Hija, ten cuidado, no quiero que te pase nada, sabes que me puedes llam…-le interrumpo-

-Si mamá, no te preocupes, ya lo tengo todo preparado, ¿vale? no hace falta nada más…estaré bien. –Digo, girando los ojos por cuarta vez-

Mi madre Estela. Mi inspiración durante todos estos años, a veces no sé cómo puedo enfadarme y contestarle mal sabiendo todo lo que sufre por mí y lo que ha sufrido con todo esto. Le di dos besos y cogí mis maletas. Un último abrazo a mi madre y me metí en ese taxi que me llevaría hasta el aeropuerto.

¿Dónde me dirijo? pues…a la 'increíble' mansión en la playa, donde vive mi padre con su nueva mujer. En uno de los lugares más exclusivos. Nada más y nada menos que en Miami Beach.

Pensaréis… ¿Dónde va mi padre a vivir en este sitio? …y ahí viene la respuesta de porque no quiero venir.

Mi madre ha tenido que trabajar, mientras mi padre no le ha dado ni un mísero centavo para seguir adelante. Y ahora está viajando y comprando casas por todo el mundo, ya que gracias a su trabajo, cobra muchísimo dinero. ¿Injusto, no? pero, al fin y al cabo, no puedo hacer nada…son 'cosas de mayores' donde no pinto nada.

Igualmente, es mi padre, tengo que reconocer que odio la idea de que se vuelva a casar, pero no hay más remedio… ¿De verdad existe el amor? prefiero no comprobarlo…

Pagué al taxista con el dinero que me dio mi madre y me bajé del automóvil. El hombre, ya mayor, me ayudó a bajar las maletas, lo que le agradecí una vez hubo acabado.

Todo el verano…todo el verano sin ver a mi madre, pobre…estaría sola. Joder, Kiara, deja de pensar en eso, tiene que hacer su vida, salir, conocer gente, aún es joven. Dejemos la reflexión y pongámonos al caso.

Cogí las maletas y entré en el inmenso aeropuerto.

En aproximadamente una hora y media, ya me encontraba sentada en el asiento, con un tutor que por lo visto se llamaba 'Evans' y que mi padre había contratado para que no me pasara nada ya que el viaje era a larga distancia. Ir de España a América eran muchas horas.

Me sumergí en mi mundo cuando me puse los cascos para escuchar música y en apenas cinco minutos los ojos se me cerraron.

Noté como alguien me sacudía. Evans me anunciaba que ya habíamos llegado. El viaje tardó menos de lo esperado, creo que ha sido porque me he pasado todo el vuelo durmiendo. Aunque en un par de veces me haya levantado para comer algo.

Me despedí de Evans y salí de allí.

Papá me tendría que estar esperando fuera. Salí pero no vi nada. De repente una voz conocida me sacudió de mis pensamientos. Mi padre, Robert me llamaba. Corrí y le abracé fuerte, hacía alrededor de cinco meses que no le veía por el problema de las distancia, le echaba de menos. Mucho.

-¡Hija, como has crecido, estás guapísima! –exclamó, apretándome contra su pecho-

-Papá, no he crecido -reí- sigo siendo la misma enana de siempre, no crezco. 

-Pero mucho más guapa. –Dijo, sin dejar que me opusiera a su afirmación-

-Te he echado mucho de menos…-Murmuré-

Princesa, ven conmigo hasta el infinito y más allá [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora