Capitulo 33. - Al final todo acaba descubriéndose.

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Capitulo 33.

*Kiara

[..Tres semanas después…]

Mi piel se estremece cuando llega hasta el cuello, y entonces sigue bajando hasta mi columna vertebral, la que se curva cuando noto sus dedos por ella. Cierro los ojos y río.

-Vas a hacer que me salga, Lucas.

Ríe y comienza a dibujar figuras sobre mi espalda semi-desnuda. Sigo pintándome las uñas de color turquesa y cuando he acabado, cierro el pequeño bote de laca de uñas. Giro mi cuello un poco, para verle tumbado sobre una toalla, observando mi espalda embobado. Le sonrío de lado y me devuelve la sonrisa. Suspiro, y la tranquilidad me inunda. Llevamos aquí aproximadamente tres horas, tumbados en el jardín, sin padres, escuchando música, disfrutando de la piscina, comiendo y riendo.

¿Podría pedir más?

Vuelve a acariciar mi espalda con sus dedos y me derrito bajo su tacto. Me giro hacia él y me acerco a sus labios, que ya están mojados. Le dejo un beso y vuelvo a sonreír, cerrando los ojos esta vez. Su mano derecha se encuentra con mi mejilla y me acerca más a él, apoderándose de mis labios. Se separa lentamente, y me mira durante largos minutos mientras acaricia levemente mi mano con su pulgar. Sonrío.

-¿Qué piensas? -pregunto mientras me sonrojo-

-Pienso…en ti

-¿En mi? -río-

- Pienso en que me encantas y tengo ganas de besarte, y me encanta que me encantes

-¿Te encanto?

-¿Lo dudabas?

-¿Tienes ganas de besarme?

-Unas ganas increíbles

-Nadie te lo impide

Sonrío tímidamente y se acera a mí de vuelta. Acaricia su nariz con la mía suavemente, y sonrío sobre sus labios. Los que se acercan a los míos y dejan un pequeño beso.

-Pensaba en que tengo suerte

Inclina su cabeza y yo le imito, inclinando la mía. Me sonríe y me coloco un mechón de pelo detrás de mi oreja. No digo nada, y el continúa hablando.

-Pensaba… esta chica es realmente guapa, -dice en un tono gracioso, yo suelto una carcajada- y me encanta. Me encanta que te sonrojes, que te muerdas el labio…que aparezcan estos pequeños hoyuelos en tus mejillas -acerca su dedo a mi mejilla y la acaricia-  y además pensaba en el momento que estamos viviendo y que… mira, casi tengo miedo de decírtelo -le miro con los ojos abiertos, con una sonrisa en la cara, le miro entusiasmada-

-¿Qué tienes miedo de decirme?

-Pues…no me he sentido más feliz en mi vida

Princesa, ven conmigo hasta el infinito y más allá [En edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora