Capítulo 23: Batallas.

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Mientas separaba las copas para servir, observaba cómo su compañero tenía la destreza con la coctelera, sus moviminetos para mezclar el contenido hacía que su cuerpo se moviera con elegancia. Se había quitado la chaqueta y remango las mangas de la camisa, para según él darle más comodidad para desenvolverse.

-Un Juanito rosado por favor- pidió una chica de la edad de Todoroki.

-Yo quiero un azul profundo por favor- le dijo una rubia bastante atractiva.

Ambas chicas miraban con ojos coquetos al barman que tenían frente a ellas, un rubio cenizo de ojos carmín que servía las copas con estilo.

-Aquí tienen- les dijo Bakugõ ignorando los chillidos que daban las chicas.

-Eres bastante bueno en esto, ¿cómo sabes tanto?- le preguntó un curioso Todoroki.

-Hace dos años tuve que trabajar, pues mi madre enfermó y mi padre había terminado su contrato en la empresa. Así que fui barman de una discoteca, los chicos que trabajaban ahí me enseñaron hartos trucos y también la mezcla de los tragos.

-Vaya, no me lo habría imaginado.

-Hay mucho que desconoces de mi Shõto- le dijo Bakugõ con una pequeña sonrisa.

Es cierto, eran compañeros hace un año en la Academia y hace un mes y algo que estaban saliendo, aunque todavía no le ponían nombre a lo que tenían, en realidad no sabía nada de la vida de Bakugõ, algo poco de su familia. Desvió la mirada hacia Katsuki que estaba atendiendo ahora a dos hombres mayores. Suspiro con pesadez y continuó su labor de mantener las copas limpias.

-Todoroki-kun me llenas la bandeja por favor- le pidió Inasa con una sonrisa.

-Espera, traeré las copas.

Al rato Shõto acomodaba en la bandeja del chico rapado diez copas con vaina, pisco sour y champán.

-Listo.

-Gracias bonito- le dijo Inasa retirándose ante la mirada asesina de Bakugõ.

-Parece que les cuesta entender que no estás sólo- le dijo el ojirubí arrugando la nariz.

-Tranquilo Kats, no hagas una escena ahora, además yo te quiero a ti- le dijo dándole un agarrón en el trasero.

Bakugõ dio un respingo y se sonrojo, miró a Todoroki con ganas de matarlo ahí mismo. Shõto le guiño un ojo y se alejó.

-Iré a la bodega por más whisky y champán- le dijo el chico de quirk dual.

-No tardes.

-¿Porqué, me extrañaras?- le preguntó de forma coqueta Todoroki.

-En tus sueños helado de fresa.

-Siempre tan sincero- dijo el más alto rodando los ojos- Iré por el licor- le dijo caminando.

Todoroki salió de la barra y se dirigió a la cocina. Abrió para entrar, no había nadie, caminó hasta la puerta que daba a la bodega, entró y comenzó a buscar el licor que necesitaban, mientras lo hacía sintió un repentino aire que circulaba por la habitación. Se enderezo para darse vuelta encontrándose con la puerta que estaba al final de la bodega completamente abierta.

-Que extraño- pensó- En la mañana estaba cerrada.

"Shõto, Shõto, ven Shõto, sal".

Todoroki quedó estupefacto ante la voz que salía de la oscuridad llamándole. Se acercó a la puerta.

"Shõto, ven, acompañame".

El medio albino creyó estarse volviendo loco, tomó aire y se dio el valor para entrar en la oscuridad. Caminó con cautela, pasando sus manos por el muro, se imaginó una especie de pasillo oculto, por lo largo, oscuro, y estrecho del lugar. Continuó por un rato, tiempo suficiente para que Todoroki comenzara a arrepentirse de haber seguido la voz. Sentía cada vez el viento más fuerte, logró ver una pequeña luz al final del eterno pasadizo, por fin salió de la oscuridad, para llegar ¿al bosque?. Cómo fue posible eso si estaba en la cocina. Shõto miró a todos lados, no había nadie, observó el estrellado cielo- Debo estarme volviendo loco si estoy escuchando voces- se dijo para sí sonriendo- Mejor vuelvo antes que Kats se preocupe. Iba a emprender marcha cuando fue detenido por un chico alto.

Fuego Contra Fuego. (todobaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora