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El siguiente día había empezado mal para Alice.

El calentador de agua del edificio estaba fallando así que la chica tuvo que tomar una ducha muy helada. Cuando la chica había salido de su departamento, se percató que se había puesto a llover fuertemente. A ella le gustaba la lluvia, pero no cuando tenía que hacer cosas como ahora que tenía que hacer un papeleo para la universidad y el hospital. Lo peor de todo es que cuando se había devuelto por un paraguas, se percató que se le habían quedado las llaves dentro del departamento y Beth no llegaría hasta la noche.

Alice estaba esperando que el tren llegara a la estación, estación que estaba al aire libre y sin nada que la protegiera de la lluvia. Su cabello estaba completamente mojado al igual que su ropa, sentía frío y que en cualquier momento se enfermaría.

Se percató que la lluvia había dejado de caer sobre ella cuando vió un paraguas sobre su cabeza. Ella se volteó para ver a Harry a su lado con una pequeña sonrisa. El chico se sacó su abrigo, que no estaba mojado, y lo pasó por los hombros de la chica.

—Gracias Harry.

La chica lo observaba pensando en que hacer. Antes de que pudiera decir algo, el tren había llegado y ambos se subieron. Había pasado una estación cuando la chica decidió abrir la boca.

— Creo que tenemos que hablar.

— Yo quería pedirte disculpas por... besarte sin preguntarte antes, perdón si te hice sentir incómoda. — Él suspiró.

—Está bien, Harry, no me molestó. Lamento haber huido después de eso, es sólo que... me confundiste.

— Y-yo solo quiero que sepas que... tú me-

—Te escuché, Harry. — Ella lo interrumpió, el chico la miró confundido. — Tom me llamó sin querer y escuché su conversación sobre... tus sentimientos hacia mi.

—Mierda, le hemos dicho a Tom que le ponga código, siempre se le desbloquea el teléfono en el bolsillo. — El chico cubrió su rostro sonrojado con sus manos. — No quería que te enteraras de esa manera.

—Está bien, no importa. — Ella tomó las manos del chico y las sacó del rostro. — Lo que importa es que sé que tú sientes lo mismo que yo siento por ti. — Él la miró confundido. — Tu también me gustas, Harry Holland.

     El chico, sin importarle que ella estuviera empapada, la abrazó fuertemente. Alice ya no estaba confundida, no se sentía insegura, ya no tenía miedo, ella solo quería estar entre los brazos del chico.

     La chica, al separarse de Harry, estornudo.

—Alguien se va a enfermar. — Harry rió al ver a Alice con la nariz roja. — Tranquila, yo te cuidaré, ángel. — El chico volvió a abrazar a la chica y le dio un tierno beso en la frente.

     Ahora, los corazones de ambos estaban hinchados de amor al saber que eran correspondidos.

Angels. | Harry Holland.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora