E p i l o g u e

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     El frío invernal había llegado a Londres, las gotas de lluvia caían desde el cielo hasta el pavimento de las calles y al cabello de un chico que caminaba por allí. Harry había olvidado por completo la alta probabilidad de lluvia, pero en realidad no le importaba quedar empapado. Cada vez que llovía, se acordaba de ese día en donde Alice le dijo sobre sus sentimientos hacia él. La lluvia le traía buenos recuerdos.

Estos meses sin su novia físicamente a su lado habían sido una montaña rusa de sentimientos. Hablaban mucho por FaceTime, y a veces, no lo hacían. Podían conversar por horas sobre lo que habían hecho durante el día, de su amor por el otro. Otras veces, no charlaban, Harry simplemente le hacía compañía a la chica mientras estudiaba y Alice le hacía compañía al chico cuando editaba sus videos. Varias veces vieron la misma película al mismo tiempo y la comentaban por la videollamada, o escuchaban las nuevas canciones que uno de ellos había descubierto y le recordaba al otro. Algunos días, ambos dejaban caer lágrimas porque se extrañaban demasiado.

Los primeros meses para Harry no fueron tan difíciles, con todo el trabajo que había en el set, su cabeza estaba en constante trabajo así que no había tiempo para que la ausencia de Alice se hiciera tan presente. Cuando llegaba la hora de dormir, ambos charlaban tanto que no se sentía mucho la necesidad que tenían de estar juntos.

Los últimos meses fueron más complicados para ambos. Él de encontraba en Londres y ya no estaba ayudando con la producción de la película así que tenía más tiempo para convivir con su mente y la ausencia física de Alice. Ella estaba en los últimos exámenes, así que lo único en que pensaba era en estudiar para no tener que dar las pruebas recuperativas si es que reprobaba. Varias veces se quedaba estudiando hasta tarde con la compañía de Harry, y en la mayoría, él se dormía con el teléfono encendido, siendo sus pequeños ronquidos la compañía de la chica.

Harry pasaba por frente una cafetería cuando el teléfono en su bolsillo comenzó a vibrar. Al ver la pantalla, vió el nombre y la foto de la persona que más amaba en el mundo (a parte de su familia, obviamente) y sin esperar un segundo más, contestó la llamada.

—Hola ángel ¿Cómo estás? Te he estado llamando toda la mañana.

     Alice soltó un bufido.

—Igual que estos últimos días, estudiando como loca.

—No olvides tomar un respiro. Los exámenes son importantes, pero tu salud lo es aún más.

     Él casi pudo sentir la sonrisa en el rostro de la chica.

—¿Y bien?¿Porqué querías hablar conmigo?

— Solo quería decirte que te amo muchísimo y que te extraño.

     Ella soltó una pequeña risa.

—Lo sé, te amo demasiado y te extraño un montón. — Harry escuchó unos murmullos en el teléfono. — Lo siento, me tengo que ir a clases, amor.

— Ve tranquila, ángel.

     Ambos se quedaron unos segundos en la línea sin decir nada.


—Te amo, Harry Holland.



—También te amo, Alice Florence.



— Nos vemos en dos semanas.



— Te estaré esperando.




     Ambos cortaron la llamada al mismo tiempo dejando salir un suspiro. Harry miró al cielo y vio como las gotas de agua desaparecían dando paso a la blanca y helada nieve.

" Las relaciones a larga distancia son más complicadas de lo que uno espera"



~



Las calles de Londres estaban tranquilas, la nieve ya había dejado de caer hace una media hora y las personas se encontraban en sus casas para alejarse del frío del exterior.

El interior de la casa Holland era igual a las otras, la familia se encontraba en la sala principal viendo películas mientras bebían chocolate caliente. Lo único que se oía eran las voces del televisor, el sonido de la leña ardiendo, el juguete que el perro mordía y las risas que a veces salían de entre los labios de los Holland.

El sonido del timbre resonó por todo el lugar haciendo que la familia dejara de prestar atención a la televisión por unos momentos.

— ¡Yo no! — Gritaron las personas casi al mismo tiempo.

Ninguno de los Holland's quería levantarse del cómodo sofá y abrir la puerta que dejaba entrar el frío que habitaba en Londres. Ni Tessa quería levantarse de su cama para ver quien era la persona que había llegado.

— Perdiste Harry, debes ir. — Dijo el menor de la familia acurrucándose al lado de su madre.

El chico, con la manta que usaba sobre sus hombros, se levantó de su asiento y arrastró sus pies hasta la puerta principal. Al abrir, un fuerte frío viento entró al hogar haciendo que tuviera que cerrar los ojos por unos segundos.

—Si no querías verme me lo hubieras dicho, no tienes que cerrar los ojos. — Esa voz angelical llegó hasta los oídos de Harry. Sonaba distinta en comparación a las últimas veces que la había escuchado. La distorsión ocasionada por el micrófono y la vibración del altavoz ya no arruinaban la voz de Alice.

Estás aquí... — Dijo él en un susurro, como si al decirlo en voz alta ella fuera a desaparecer. — Oh Dios, realmente estás aquí.

     Harry a la abrazó fuertemente y llenó de besos todo su rostro haciéndola reír. Su cabello estaba algo más corto y claro, podía ver que aún tenía cara de agotada pero no se preocupó mucho porque sabía que ahora podía descansar, ahora que estaban juntos podían acurrucarse hasta tarde sin preocuparse del frío.

—Hubiera llegado antes si hubiera sabido que me recibirías así.

Ambos se dieron un dulce beso que se sintió mágico. Después de mucho tiempo sin estar juntos, Harry se percató de cómo realmente Alice se había vuelto algo muy importante para él y que no podía estar sin ella.

—Me dijiste esta mañana que nos veríamos en dos semanas.

—No reprobé ningún examen así que no tuve recuperativas, terminé antes.

    Él volvió a abrazarla.

— ¡¿Harry?! ¡¿Porqué te tardas tanto?! — Preguntó Nikki desde adentro. — ¡Está entrando el frío!

—Ven, ángel, tenemos té y leche adentro.

     En la casa Holland todos le dieron una cálida bienvenida a la joven. Esa noche, Alice y Harry sentían cómo sus corazones latían al mismo ritmo felices de estar juntos después de tanto.

     Y latieron así por mucho tiempo.

•••

     Palabras de agradecimiento a continuación.

Angels. | Harry Holland.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora