Capitulo 44.1: Relatos de los caídos

1.2K 123 14
                                    


(BUENO, TENGO LOS MEJORES LECTORES DEL MUNDO :V ME OBLIGARON A PUBLICAR EL SIGUIENTE DE UNA VEZ, SI ESO NO ES AMOR A UNA HISTORIA NO SE LO QUE ES. ESPERO LO DISFRUTEN Y PREPAREN SU CAJA DE PAÑUELOS PARA ESTE PEQUEÑO EXTRA QUE COBRARA MAS SENTIDO EN EL SIGUIENTE CAPITULO :) )

-Pueblo Runser, tierras de Ebelmonte-

(Punto de vista: Albert)

... hora de empezar otro día mas...

Me levanto de mi vieja y grande cama, una que compartí en el pasado con mi otra mitad. Aunque era perfecta para un hombre de mi estatura, sin ella presente solo podía sentir que era muy grande para mí

Salí del cuarto donde solía dormir para bajar las escaleras que yo mismo construí, hasta la cocina que yo mismo llegue a armar. Prácticamente cada extremo de esta casa la construimos mi hijo yo, en la época en que la vida aun tenia algo de brillo. Mas su diseño y arquitectura, fue obra de la mejor mujer que he podido conocer, la misma que tuve la suerte de poder desposar

En esta casa habían cientos de recuerdos dispersos, recuerdos llenos de dicha y plenitud, de días que una vez pensé jamás vería su fin. Pero la vida suele tener planes distintos para todos nosotros, planes que no nos gustan pero que debemos aceptar al fin. Ahora solamente me encuentro yo, esperando estoicamente el regreso de mi hijo a su hogar, habiendo partido semanas atrás junto a cierto grupo de conocidos a las profundidades del bosque en neblina, donde la muerte se encuentra casi siempre presente

En un intento arriesgado y quizás suicida, mi hijo se unió al grupo que buscaría ayuda externa, para así salvarnos a todos del enemigo que ahora nos atormenta. Un ser vil y terrorífico que con su sola presencia derriba a los más fuertes hombres aún con vida. Y quien no tuvo reparo ni duda en matar a todos los que semanas atrás llevaron el oficio de mineros. Es gracias a la suerte o quizás a la diosa, que mi hijo me obligase a jubilarme un mes atrás de todo esto

Arme yo mismo a mi hijo con el mejor equipo que teníamos entonces, la mas fuerte arma y la mas resistente armadura, aunque estas mismas no sirvieron para derrotar al ser que nos tiene secuestrado, al menos deberían servirle para poder escapar de este infierno. Mi hijo era quizás el mas fuerte entre ellos, no por nada era mi hijo, mas la preocupación de no poder volverlo a ver era algo que como padre no podía evitar. Aun a mi edad nada de eso cambiaba

"donde sea que este, ya sea atravesando en el valle de la muerte, o estando ya a tu lado, por favor asegúrate de cuidarlo"

Mientras divagaba por la casa pose mi mirada sobre un retrato pintado. Diciendo aquellas palabras a la mujer retratada en esta, siendo esa la única imagen que tenia para recordar como era la que una vez fue mi compañera de vida. Como el hombre que tuvo la dicha de haberla desposado en vida, se que ella siempre estará cuidando de el, ya sea estando en la gloria junto a la diosa, o en algún lugar distante y desconocido para mi. Porque mi esposa siempre fue protectora, es que puedo sentirme tranquilo al pedirle que cuide de nuestro hijo, sea donde este se encuentre ahora

¡TOCK TOCK!

Sacándome de mis pensamientos la puerta empezó a sonar, y no era necesario abrir para saber quien era la que tocaba, ya que era por esta hora siempre, que ella pasaba por esta casa sin falta

"oh vaya, que sorpresa tu llegada, ¿se te ofrece algo?"

"puede parar con las bromas señor Albert, bien sabe porque vine"

Trate de actuar sorprendido, aunque su seria actitud al instante tumbo mi acto, haciéndome a un lado para verla pasar, a la chica de ojos café y tono irreprochable, a la casa que ella conocía como el dorso de sus manos. Al punto de adentrarse en la cocina con naturalidad y así empezar a revisar los estantes y dejar un bolso de piel a su alcance

This is another world (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora