-¿Derecho Real? Bueno entonces te regresaré el ¨Derecho Real¨- Cruzando los brazos de modo retador.
Jareth apretó los labios divagando, tomo aire -Emmm cuando, ganaste en El Laberinto, yo...- Jareth le dio la espalda a Sarah -Vague un buen tiempo, un pordiosero sin oficio, no quería saber nada de niños, ni gnomos, magia, magia… quería estar solo- A Sarah se le empezó a derretir el corazón, nunca fue su intención herirlo menos de esa manera -Vague y en un pueblo me encontré a Larx, lo que no sabía era de que mi encuentro con él era planeado por el consejo y...
Flashback
Un Jareth nada mal vestido, poco despeinado, jugando con una esfera de cristal siempre acompañado de su egocentrismo y arrogancia se paseaba por las empedradas calles de la ciudad Goblin pero era evidente que estaba ebrio, otra vez, entró a la Taberna del Gusano azul, el origen de aquel nombre tan peculiar nadie con certeza lo sabía, lo que decían es que vendían un tipo de bebidas color azul, unos que por el gusano que echaban en él, otros que para llamar la atención vertían algún colorante y se tornaba azul, en fin Jareth ingreso dejándose caer en una butaca haciendo una señal para que le atendieran, un pequeño enano se acercó a toda prisa -Tráeme algo de tu mejor reserva- -Si señor-
-¡Enano! Y que sea rápido-
-Sí señor, enseguida señor-
Los clientes del lugar estaban asombrados con la presencia del Rey Goblin, -¿Qué? ¿Acaso nunca han visto a un Rey? ¿A su Rey?-
-Señor su trago- dijo el enano con la mano temblorosa.
-Dámelo- dando un trago lo acabo de un sorbo, una sonora carcajada burlona se escuchó -¡Vaya, vaya Jareth!-
El rubio entrecerró los ojos para enfocarse mejor -¿Y tú quién eres?-
-¿Jareth, no me reconoces?- un peli plata de ojos color miel, atractivo de porte fino y ropas igual de elegantes, se acercó como felino a su presa.
-Emmmm no sé quién eres y no me tutees-
-Oh perdón majestad, o debo decir "Primo"-
-¿Larx?-
-Ese soy yo- con aires de grandeza
-No soy tu hermano, y te recuerdo el linaje de tu familia está en el vigésimo lugar para tratarme como igual-
-Que susceptible estás. Bueno... ambos tenemos sangre real, ¿no?-
-Vaya que heredaste el descaro de la familia, Larx... te desheredaron por traidor. ¿Lo recuerdas?-
-Cada día de mi vida- acomodándose en un sillón frente al rubio
-¿Qué pretendes?- pregunto dando traguitos a un tarro de cerveza
-Solo la corona… eso no herede jajaja si, si bueno, me arrepiento de todo eso sabes, ya cambie- Rio malicioso -Ooh vamos Jareth deja te invite a algo hace tanto tiempo que no te veo y ahora que lo hago… luces... Mal amigo-
-Si luzco bien o mal eso no debe importarte- inclinándose hacia atrás para acabar su bebida.
-Bueno, pero es de mala suerte beber solo- Coloco la mano sobre el hombro del rubio -Anda vamos, acompáñame- Jareth poco convencido pero los efectos del alcohol, tristeza y soledad hicieron aceptar la no tan atractiva propuesta. Horas después se divisaba una gran cantidad de gente cantando y bailando sobre las mesas -¡¡¡Y las 100 orejas de conejo wuju waja le servirán al mago esta vez wuju waja!!!-
-¡Y con esta son 100 whiskiiiieesss!- Viendo un vasito como si fuera elixir
-Salud, salud ¡Por el Rey Jareth!-
-¡¡¡SALUD!!!!-
Cayéndose de ebrio Jareth se sentó tratando de controlar la risa junto a su peso, atrás de él Larx palpo su pecho sacando un par de dados –Juguemos Jareth-
-Oooh no, no, no- moviendo la cabeza a ambos lados
-Vamos amigo, ¿somos amigos no?
-¡Siii hagámoslo!- gritaron otros tipos rodeándolo
-¿Qué puede perder un Rey como tú? O eres un cobarde, tienes miedo… te ganen otra vez- viéndolo hacia bajo de manera imponente al Rey Goblin hiriendo el ego del rubio poniéndole las mejillas corintas.
-¿Quieres perder? – sacando unas esferas de la manga con dificultad.
-Yo no tengo nada que perder Jareth, al contrario- aplaudió frotándose las manos
-¿Qué quieres perder?-
-Debemos hacer que valga la pena la apuesta, yo te daré la poca magia que me queda a la que me confinaron desde que me desterraron de la familia y con la cual tal vez te hagas un poco más fuerte, en cuanto a mí, yo me quedaré en plena agonía, ahora tú ¿Qué ofreces?-
-No abuses de mi buena voluntad- tratando ponerse de pie.
-Tú deberás darme solamente el equivalente de mi magia, la magia que tenía antes de que me condenaran ¿Te parece? Creo que es la mejor apuesta para ambos-
-Me parece algo estúpido tu magia no me sirve de nada, pero trato hecho. No habrá diferencia, siempre seré más fuerte que tú- chocaron sus tarros de cerveza –Hasta el fondo Jareth- tragando de un solo la bebida
-Bien, vamos afuera- palmeando la espalda del fey, Larx saco una pequeña esfera de un color un poco denso no tan transparente como las del soberano, igual que jugadores de baseball Larx dio varias vueltas a su brazo para aventarla cruzando un ringlera de casas en esa calle, la poca audiencia que tenía aplaudió y se quedó murmurando para ver si Jareth podría superarlo, era obvio, él era el Rey Goblin un genio con esas esferas, inventor de ¨Ese juego¨ sería pan comido, se impulsó con toda seguridad lanzo la esfera y cayó sobre sus pies, extrañado se hinco agitado, sofocándose, el rubor de sus mejillas paso a azul.
-Nunca me des la espalda... Jareth- susurro al oído del morado rey, el peliplata se arreglaba un anillo en el dedo
-Envenenaste mi bebida- tocándose la garganta
-No, no, te pinche con mi anillo con un potente calmante y ni cuenta te diste, sobrevivirás no te preocupes, no al menos hasta que me des la magia que merezco, ahora quiero lo que me pertenece- Jareth por inercia e inconsciente agarro la mano de Larx sin poner resistencia, una especie de energía cedió ante Larx el semblante del malvado cambio a uno vigoroso y fortalecido ser -Muchas gracias... Jareth, es una pena que tu propio consejo se haya revelado en contra tuya-
-¿Mi consejo? ¿A qué te refieres?- pregunto adolorido
-En vista de que el suero está sirviendo y estás diciéndome todo gracias a este curioso menjunje no veo nada malo decirle a un agonizante hombre la verdad. Ellos te querían… Vivo o muerto, les daba igual, tu magia es inigualable, lo que ellos no pensaron bien es sobre quien recaería esta noble tarea- con aires de grandeza –Me eligieron a mi ¿Puedes creer que idiotas son? Ahora, si me permites iré a ser el rey que este lugar merece y…-
Las risotadas del goblin lo sacaron del trance
-¿Qué te da gracia?- frunció el ceño.
-Jamás podrás ser rey- sosteniéndose el estómago, eran evidentes las secuelas de aquel veneno ¨Las esmeraldas de Glin¨ jajajaja no las tienes-
-¿Ah sí? ¿Qué pasó con ellas querido Jareth?-
-Las regale - hablaba sin poder controlar su lengua el efecto de aquella poción era muy fuerte, Larx se sentó sobre sus tobillos enfocando toda su atención en el desmayado
-A ver Jareth ¿A quién diantres le diste las esmeraldas??-
-El Laberinto sabe...- antes de terminar la palabra fueron interrumpidos por un destello que los dejo temporalmente ciegos, era Allan que afortunadamente lo detuvo, cargándolo sobre sus hombros se esfumaron en un santiamén envueltos en un remolino, Larx quedó quieto, enfurecido, pero con la certeza de que su destino era ser rey, al precio que fuera averiguaría quien tiene las esmeraldas.
Las semanas pasaron y el objetivo de Larx se estaba expandiendo, intimidaba a los goblins para que le dijeran quien era el poseedor de las piedras, estaba causando estragos ya que había robado una gran parte de la magia del Rey y encima se encontraba débil, la única forma de poder recuperar sus poderes era tener cerca las esmeraldas y a quien "aparentemente" sin conocimiento había otorgado algo de magia para cruzar la primera vez "El Laberinto", el par de hermanos se encontraban en una biblioteca gigante donde los 3 miembros más ancianos y exclusivos del consejo se reunieron con el Rey que quisieron derrocar.
-Debo admitir me siento traicionado-
-Su majestad, con todo respeto nuestra intención no era matarlo-
-Oh perdón Mel, envenenaré tu bebida y con todo respeto mi intención no es matarte- dijo un Jareth divertido, lleno de sarcasmo
-Su majestad, no encontramos otra manera para traerlo de regreso, pensamos él era indicado para recordarle sus obliga…-
-Bien Clapton ahora hay un loco allá afuera tratando de apoderarse del reino ¿Acaso no pensaron eso?-
-Hermano, aunque te apoyo, creo que habías perdido la cabeza y si esto te hace recapacitar, por alguna razón sucedió. Ahora no entiendo ¿Cómo pudo quitarte casi todo el poder?- Jareth permaneció callado y vio al más anciano del grupo que no le quitaba la mirada de encima, carraspeo –Lo que diré, será solamente mencionado una vez y acá permanecerá, si alguno de ustedes osa mencionar una sola palabra de lo que se diga sin autorización de su protagonista, será autorizado para cobrar la pena que él imponga, ¿Su majestad?-
Agito su cetro, tomo aire –Al ingresar Sarah Williams a este reino y aventurarse a atravesar ¨El Laberinto¨ ustedes saben que eso es imposible- Ojos y rostros empezaban a entender lo que sucedía, cerró los ojos –Manipule el tiempo, sumándo eso le otorgue una parte de mis poderes- el anciano aún lo miraba -Jareth- apretó los labios con muecas de evidente incomodidad –Le declaré mi amor y fui rechazado- Eso fue un duro golpe al ego, atractivo, rico, deseado, amado, y respetado Rey Goblin, rechazado por una simple mortal y encima plebeya, pero aceptarlo frente a esos hombres más con sus rostros llenos de reproches, incredulidad y sorpresa, exponer así a su Sarah algo tan suyo no le daba nada de gracia
-No culpo a Jareth, una muchachita preciosa, valiente y fuerte, pero eso no justifica que haya pasado casi medio año sin atender las obligaciones del trono. De esta manera fue que otorgo buena parte de su magia, en unas semanas ella cumplirá 18 y podrá venir al Underground sin que haya inconvenientes, siempre y cuando Allan sea el encargado de esa tarea y no desvié su atención en la belleza física.
-Para nada… abuelo Vermont –
-Un momento, ¿quieren que ella vuelva?-
-Tiene tu magia ¿No? –
-Sí, pero puedo manejar todo con la magia que aún tengo. Ella no es un pedazo de carne, no la expondré a los peligros que trae Larx – Parpadeo y unas brasas provenientes de la chimenea que alumbraba aquella habitación se volvieron unas llamitas que empezaron a bailar sobre la mesa.
-No seas sentimental, me sorprende que pierdas la cabeza por una niña- dijo Vermont
-No, no perdí la cabeza-
-¿Cómo crees que una hermosa joven va a fijarse en un fenómeno como tú? Es eso ¿O tienes miedo de verla otra vez?-
-No abuses de mi paciencia… abuelo- con el movimiento del índice las flamitas rodearon a todos, provocando temor a que fueran incinerados por el Rey Goblin, excepto Vermont quien solo levanto la ceja.
-Ella vendrá, te guste o no, y eso es todo- el hombre adulto se puso de pie para nada estaba intimidado, dio la espalda al rubio –Por cierto deja de gastar tu magia en idioteces, los miramos en exactamente 2 semanas para que llegue el cumpleaños de la mortal Sarah y la traigan-
Sarah interrumpió la historia de Jareth.
-¿Quiere decir que tendré que estar contigo hasta que todo se solucione?-
-Sí, prácticamente-
-Es decir, ¿he tenido magia todo este tiempo?-
-Sí, pero se haría efectivo hasta hoy ¿no te diste cuenta?-
Sarah recordó la cuchara del desayuno y la hora del reloj.
-No puede ser verdad ¿Y eso cuándo terminará?-
-Bueno… debemos ir con un sabio en las montañas del 3er reino, pero debemos juntar los ¨permisos¨ para poder hablar con él y hacer nuestra consulta-
-¿Tres reinos?-
-Sí, el reino es demasiado grande y hay gobernadores, como alcaldes por así decirlo en el reino de los mortales y está éste sabio Mirlo que solamente da una respuesta a una sola pregunta, si haces más simplemente no obtienes respuesta, esta debe ser concisa y exacta ya que después de hacerla tienes 4 meses para volver a hacer otra, pero debes juntar las autorizaciones para llegar con él, no importa si eres el rey-
-Ya veo, por eso debo acompañarte, que dilema, ¿Podría ponerse peor?-
-Sí, gran dilema- Jareth dudo un poco quedo pensativo a punto de contarle algo más a Sarah, pero lo distrajo el incómodo silencio que inundo la habitación al percatarse que estaban solos, en total silencio a la luz de las velas y frente uno del otro.
-Es demasiado por digerir, me iré a dormir- la chica se levantó de un brinco
-¿Ya te enseñaron tu recamará? ¿Quieres que te ayude? -
-¡SI! ¡NO!, Es decir no te preocupes- agarro la bandeja y como pudo salió evitando Jareth viera lo rojo de su rostro.
-Genial ¿y ahora a dónde voy? Unos goblins que hacían guardia le indicaron fuera a la planta baja del castillo allí encontraría a "Ciruela" quien le indicaría cuál era su habitación.
-Gracias señor, no sé qué hubiera hecho sin usted- encontrándose en la puerta de la habitación.
-Sí, sí, este lista mañana irán al reino de Jei Mong, el desayuno se sirve a las 7:30- el pequeño cerró la puerta en la cara de Sarah sin permitirle responder, con la mirada recorrió el lugar, una cama bastante grande, ropero, mesita de noche y su lamparita en ambos lados, bastante amplia, de color crema toques sobrios y elegantes.
ESTÁS LEYENDO
Más Allá De El Laberinto
FanfictionEl Underground está en peligro por las acciones del Rey de Los Goblins, pese a su gran orgullo herido y el tiempo transcurrido después de aquellas nefastas palabras debe pedir la ayuda de ¨Ella¨ ¿Cederá Sarah a la petición del Rey? ¿Podrá resistir...