Capítulo IX: El hábil pianista.

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En un extremo de la mesa, sumamente atractivo con un sacó negro de largas solapas con un trasfondo verde obscuro en detalles del mismo color y su camisa del blanco que lo caracterizaba Jareth se encontraba acomodado para la cena, sus manos cubiertas de color negro lo hacían lucir casual pero no dejaba de ser elegante, jugaba con los dedos sobre el mantel, al lado de él se sentó una dama de cabello y labios rojos de vestido morado al igual que sus sombras de ojos -¿Puedo?- sentándose sin más consentimiento el hombre solo suspiro rogando al cielo paciencia


-No hemos tenido oportunidad de hablar desde hace mucho tiempo- atrajo la mirada hacía el escote de la muchacha, trago saliva nervioso, a la larga había sido atraído por ella tiempo atrás -¨Demonios Jareth eres mucho más fuerte que una absurda atracción a una muchacha¨ pero también se debía recordar que era hombre sea del mundo que fuera la mujer se inclinó hacia él dejando entrelucir más la abertura entre la piel y su ropa -Me gusta que estés aquí- le murmuro sensual, queriendo encontrar su mano


Una muchacha bajó las gradas para toparse con unos invitados que la siguieron con la mirada admirados


-Es una pequeña reunión que mi padre les organizo, ya sabes para darles el diamante y todo eso- le dijo Roger que no dejó de verla de pies a cabeza -Vamos te esperan-


-Perdón Roger pero yo acompaño a la dama- quitándole el brazo de la chica


-Me salvaste del pobre chico- sonriendo al entrar al comedor se encontraron con aquella escena llena de invitados de toda clase a lo lejos el recordó a aquel tormentoso ballroom cuando fue por Toby solo que sus visión había cambiado mucho de sonriente a sería -Ooooh no me esperaba algo- Jareth desvió su mirada absorto en la delineada figura color melocotón ajustado con un escote forma de corazón y cayendo en las suaves curvas de ella sus labios rosas hicieron estremecer al inquieto Rey lucía deseable en todos los sentidos de la palabra olvidando que Rose estaba justo al lado de él seduciéndolo descaradamente se puso de pie precipitado haciendo que los invitados lo vieran extrañado ya que jamás alguien de la realeza se pondría así por un súbdito, Allan recordó su labor por lo cual se deslizo rápidamente para apartar la silla,


-Luces realmente hermosa- dijo el risueño hombre, el blondo recordó su lugar y se sentó perplejo por la visión frente a sus ojos, definitivamente era una mujer en comparación a la niña de hace 3 años se sentía estúpido al querer fingir que no sentía nada.


-Su majestad usted es muy amable - en tono burlón dijo el anfitrión, Sarah paseo su mirada sobre aquellos personajes una dama de cabello enmarañado pelirojo junto a un hombre calvo, calculaba habían unas 25 personas adicionales en comparación a la mañana a la vez que no paso desapercibido que ¨su majestad¨ nunca dejaba de flirtear con Rose pero no permitiría que eso le arruinará la velada.


-Normalmente Hasin es un ególatra y egocéntrico, no te sorprendas le murmuro Allan a la chica que se había sentado al lado de él, dejando que el Rey permaneciese en un borde de la larga mesa fingiendo no pasaba nada.


Poniéndose de pie y aclarando la garganta


-Tenemos el honor esta noche de tener a su majestad El Rey Jareth, a la encantadora señorita Sarah Williams y su hermano el Duque Allan del AboveGround, un brindis por el Rey, larga vida al Rey ¡Salud!- alzando las copas brindaron, cosa que a Jareth no le parecía en lo más mínimo tenían una emergencia, los pueblos estaban en peligro y a ese pretencioso no le importaba más que impresionar a la comidilla de los chismes, se regañaba por no solo ir él y sacarle la piedra a golpes y tener que fingir que su Sarah estuviera tan hermosa y lejos de él -¿Cómo se conocieron ustedes? Una ráfaga de preguntas se avecinaban para Allan junto a la ojiverde taciturna

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