Capítulo X:Ahora estás conmigo

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No habían pasado ni 10 minutos cuando un  rubio entro al castillo acomodándose los guantes y su larga capa donde lo esperaba el Gobernador sentado frente a la puerta. 
-Rey Goblin, lamento informarle que Sarah Williams se encuentra en uno de los oblivios de agua- dijo el fortachón hombre, casi desapercibido e ignorado por Jareth se regresó solo porque escucho Sarah
-¿Sabes que es gracioso? Te escuche decir que Sarah estaba en el oblivio, jajajaja que chistoso-
-No escuchaste mal, así es- las pupilas del ojiazul se agrandaron.
La castaña se encontraba dando de patadas a la pared mientras flotaba tratando de encontrar alguna salida sostuvo por ultima vez la respiración en vista de que se acababa el espacio y la oscuridad era mas densa -imposible y ahora no me funciona la magia, bueno... tranquila tu puedes, visualiza y...- nada –“ No puede ser, aquí termina todo"- desesperada lanzo golpes y empezó a perder el conocimiento los ojos de ella se cerraron acabándosele el oxígeno, ¡PUUUUM!

 Una explosión derrumbo la mitad del castillo y ella aterrizo semi inconsciente y tosiendo vio al atractivo rey entrar como un súper héroe a rescatarla aliviado la tomó  -Ahora estás conmigo- salió con ella entre sus brazos estaba atónita puesto q...

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Una explosión derrumbo la mitad del castillo y ella aterrizo semi inconsciente y tosiendo vio al atractivo rey entrar como un súper héroe a rescatarla aliviado la tomó  -Ahora estás conmigo- salió con ella entre sus brazos estaba atónita puesto que no le gustaban las damiselas en peligro pero le encantó la idea de ser salvada por "Él"


-¡Jareth, esto es inaudito! El rubio lo ignoro por completo tratando de contener esa furia asesina que lo acechaba-  ¡Jareth escúcheme! A usted no lo encarcelare, ella rompió reglas de este lugar-
-Mire gobernador Hasin, soy su Rey, desde el inic...

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-¡Jareth, esto es inaudito! El rubio lo ignoro por completo tratando de contener esa furia asesina que lo acechaba-  ¡Jareth escúcheme! A usted no lo encarcelare, ella rompió reglas de este lugar-
-Mire gobernador Hasin, soy su Rey, desde el inició he permitido su patanería conmigo está bien, pero a Sarah la deja fuera de esto-
-¿Qué dice? Esto lo va a saber el consejo-
-Padre ya basta, solo venimos por el cristal y nos vamos-  sujetándolo
-Rose respétame eres mi hija-
-Nos vemos afuera, gracias-
-No, no lo permitiré, esa mujerzuela rompió las reglas-
Jareth bajo a Sarah súbitamente  con una mano elevo al hombre -Acepte sus estúpidas reglas porque lo respetaba y aprecio a sus hijos pero tengo un límite de paciencia, ¡por poco y la mata! Y eso jamás se lo hubiera perdonado- el rubio empezó a ahorcarlo sus ojos se estaban poniendo blancos
-¡Detente Jareth! Basta por favor, te lo suplico- la chica lo calmo pasando a sus ojos de irá a una mirada más razonable sin otra que dejarlo caer Roger que se había librado del hechizo cargo como pudo a su padre
-Lo siento, en verdad lo lamento - todo el barullo se detuvo
-¿Te encuentras bien? Revisando su rostro de cerca
-Si, solo trague mucha agua-
-Ese idiota-nuevamente recordó el enojo que sentía caminó para terminar de darle la paliza de su vida -Estoy bien, estoy bien, gracias a que llegaste-lo detuvo abrazándolo esto lo dejo confundido -Su Majestad- haciendo se separaran - los Goblins ya tienen casi todo el equipaje- a lo lejos Rose bajo con un cristal en mano se dirigió a Jareth
-Oh querida tu padre...
-Mi padre está bien... indignado pero bien, sin embargo a regañadientes me dio esto y su permiso, ningún oficial nos pondrá peros- Poniendo en sus manos un cristal rasposo con puntitos de sal
-Rose yo...- acaricio el rostro de la muchacha a lo lejos Sarah no pudo evitar ver la escena con cierto sentimiento muy parecido a los celos
-Descansen acá, así mañana saldrán más relajados- Jareth acepto
-Con una condición, hablaré con Hasin...-
-Pero si...-
-Hablaré con él, de acuerdo- la pelirroja no podía negarse a tal solicitud dejando que el Rey de los gnomos y su padre arreglarán las cosas
El sol se ocultaba, el cielo empezaba a estrellarse ¿Quién se atrevía a decir que llovería? El clima y suministros fue el tema en la rápida cena, el soberano se retiró temprano para dar una caminata vestía una hermosa sacola azul marino combinada con esos ojos azules cambiantes, una camisa negra que jugaba con su color de pupilas y piel, a luz del sol se aclaraban mientras observaba como se ocultaba del astro rey, a la vez a unos goblins que preparaban una fogata por el frío que se acercaba y correteaban a las gallinas del lugar, interrumpió sus pensamientos el aroma femenino ya conocido, apareció por un lado la culpable de lo que sea que estuviera sintiendo, con un vestido negro y dorado largo de mangas anchas, dejando ver sus hombros y un poco más por el frente,  una corona de trenzas, ella miraba con recelo la pulsera en su muñeca -¿Estás bien?- buscando la voz encontró al dueño de esta -Si, algo así- mirándola de pies a cabeza lo más casual que podía.
-¿Qué es eso que tienes en la mano?- Señalo curioso con la mirada
-¿Esto? Es una pulsera, fue un regalo-
-¿De tu padre?- teniendo cuidado esta vez de no parecer un psicópata celoso
-No, de hecho fue de Allan-
-Aaaaah ya veo- Intentado no perder el control, poniéndose de pie empezando a destilar la intimidación que lo caracteriza camino hasta quedar frente a ella -Eso parece una baratija, vaya "amigo"-
-¿No te gusta? A mí me encanta, fue un detalle  lindo-
-¿Qué rayos? Pareciera fue el mismo  que te regalo esa rosa JÁ ¡Qué original!-
-No, el que me regalo la rosa fue mi amigo Dan, es más espero todo se arregle, así poder ir al lago con él- en tono burlón su retador estaba indignado y morado de cólera
-Pues que mal, lamento haber interrumpido sus planes con su amigo "Tam"-
-Es Dan-
-Oooh perdón Dan su amigo señorita Williams, porque es su amigo ¿verdad?-
-Por el momento si...- y adiós autocontrol
-¡Basta! No me subestimes querida, si quisiera puedo hacer que Allan y Dan olviden hasta que son hombres-
-Lamento herirlo su alteza, al menos no ando coqueteando con medio reino-
-¿De qué hablas?-
-Olvídalo, no es nada-
-¿Nada? ¡Nada tralalala!-
Al percatarse que media decena de Goblins los estaban viendo inmóviles se apartaron cada quien por su lado apenados por su conflicto interno el uno con el otro.
Momentos más tarde adentrándose en el arco de flores que guiaba a la playa Sarah caminaba, necesitaba liberar su cabeza de ideas, el ojiazul  la observo de lejos por los ventanales del castillo.
La mujer avanzaba y hablaba sola, " Mi familia debe estar preocupada por mí, este año me debía graduar... ¿Qué pasará si no se soluciona esto"?- logro divisar a una pareja de pescadores tratando de mover su carreta con carga sin titubear se acercó a ellos -Una mano adicional les caería bien-  agradecidos aceptaron la ayuda
-Muy bien, a la una, dos y aaaaaaaaahhhh- empujaban pero había quedado varada en la arena
-Está enterrada y se acerca una tormenta- Milady será mejor regrese al palacio- dijo atormentada la señora
-Mueve tu mano y piensa en lo que deseas hacer- interrumpió el fey
-Su majestad- los esposos se inclinaron al ver a Jareth
-No, no por favor, a ustedes gracias, esta es la oportunidad perfecta para que Sarah ponga en uso su magia- murmurándole al oído de Sarah –De hecho es mi magia-
Arremangando las mangas suspiro profundo hizo un ademán, el lodo estaba cediendo para liberar las ruedas -Si, un poco más- El rubio se colocó tras ella para guiarle las manos, logrando con éxito sacar la carreta -¡Siii, lo hicimos!- ambos festejaron el logro de la chica abrazándose y brincando al percatarse se sonrojaron -Sus altezas, muchas gracias- ofreciéndoles un ramillete de flores de loto rojas
-Dichosos, esto significa que su amor durará-
-pero no som…- Sarah interrumpió al rubio -Muchas gracias, son hermosas- olfateándolas él escogió una para ponerla sobre el  cabello de ella  en un gesto desinteresado aflorando esos ocultos sentimientos.
-Ha sido un gusto, ahora váyanse la tormenta se avecina- se despidieron dirigiéndose al castillo por la playa -No todos te conocen al parecer-
-Si me conocen, pero no frente a frente, yo gobierno desde la Ciudad Goblin y… por las barbas de Merlín- el pálido hombre camino visiblemente asombrado
-Sarah ven- la chica se colocó al lado y se ocultaron en unas palmeras -¿Los ves?-
  -Sí, son hermosos-  fascinados con los caballos salvajes que corrían, uno de ellos se dirigió a donde la pareja estaba -Viene hacía acá, Jareth-
-Tranquila, si le caes bien no te pasará nada-
-Vaya que consuelo- El corcel relincho moviendo la mano de ella con el hocico para obligarla a  acariciarlo,  la joven estaba indecisa  si tocaba o no al blanco mamífero, convencida deslizo sus dedos sobre las crines obteniendo como respuesta un relincho  -Ooh que hermoso eres ¿quién es hermoso? Tú lo eres, tú lo eres, es precioso ¿Acaso no crees qué es precioso?-  el Rey no quitaba la mirada de la sorprendida mujer
-Es lo más bello y perfecto que he visto…- refiriéndose a ella y no al caballo, viéndolo de reojo sintió su mirada en un giro repentino  -…Una lástima no se deje dominar- Ella volteó a verlo entrecerrando sus ojos.
-Pues yo le caí bien-
-No lo dudo, es obvio que dos salvajes deben llevarse bien-
-Por eso te llevas con tus goblins- respondió burlona; el caballo opto por irse con su manada  -Que pena, lo hubiese querido ver más tiempo-
-Mañana vendremos, te prometo cazarte-
-¿Cómo?- burlona del nerviosismo del fey
-Es decir lo adiestraré para ti, no me refería a casarte de matrimonio si eso pensabas- dijo tartamudeando
-¿En serio? muy bien su majestad, lo prometes- alzando el meñique para cerrar el pacto
- ¿Qué? ¿Es en serio?- viendo con rechazo la mueca
-Si quieres que te crea si- acercando más el dedillo, el rubio suspiro profundamente suplicando paciencia al cielo, con los dientes se ayudó a quitarse un guante  dejando así su mano derecha desnuda -Bien, bien, lo prometo- juntado el dedo, la mujer sonrió satisfecha estirando la mano para cerrar el trato -No digas nada-
-No he dicho nada Rey Jareth, al contrario gracias- un impulsivo beso fue plantado en la mejilla del Rey dejándolo fuera de sí, el repentino ruido de lluvia les alerto que se iban a empapar y en efecto las gotas se dejaron sentir
-Sarah te vas a enfermar, vámonos- le tomo la mano y cubriéndola con su capa empezaron a correr, un trueno cayó dejándolos paralizados de susto, el impulso de aferrarse a él era casi instantáneo pero se espantaba las ganas de abrazarlo otra vez.
-¿Escuchas eso?-
-¿Qué fue eso?-
-Suena como... A...-  el rey tomo a Sarah colocándola contra una palmera  quitándola así del camino, protegiéndola con su cuerpo para no ser lastimada por la veloz marcha de los caballos que huían despavoridos por los truenos dejando a  la pareja atrás. Una llovizna se dejo caer era tibia como un masaje del cielo a pesar de eso aún brillaba la luna dejando entrever sus rayos los cuales justamente alumbraron los ojos de aquella muchacha vomo pozas profundas de deseo, los instintos de Jareth lo estaban desesperando por mucho que el orgullo y su honor le ganarán estaba a nada de ceder al tenerla tan cerca de su palpitante cuerpo, las manos de Sarah seguían aferradas a los brazos de él -Ya paso el peligro. ¿Te sientes bien?-

 ¿Te sientes bien?-

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