Capítulo IV: ¿Insinuado?

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-Nada mal, nada mal- pensó en voz alta, se hizo una cola para prepararse y tomar un baño, paso alrededor de 45 minutos, una relajada Sarah salió en una delicada bata blanca, abrió las puertas de un closet y por arte de magia encontró algunas prendas con una nota: Asumo estás ropas son de tu gusto. -Sin remitente ni nada, seguro fue él- El reflejo de la luna llamo su atención, se acercó a la barandilla de la ventana, la luna estaba tan brillante y hermosa, la noche estrellada respiro profundamente se disponía a quitarse la bata semitransparente para hacerla cambio por una camiseta que traía en la mano ¡PLAS!

-¿Qué haces acá?- Observando el desastre en el suelo.

-Perdón, yo...No sé...-

-Me asustaste-

-Lo sé, no era mi intención-

-¿Por qué apareciste así?-

-¿Qué insinúas?-

-Nada, ¿Acaso debo insinuar algo? Es obvio- Sarah busco en la mirada del nervioso Goblin -Me estabas... ¡¡Jareth!! ¿¿¡¡Intentabas verme!!??-

-¡No! Solo estaba justamente pensando en t...s... si te habían atendido, si ya estabas instalada, estornude y aparecí acá... frente a ti...y tú toda...des... casi...- Haciendo extraños gestos con las manos sin poder terminar las palabras.

Las explicaciones no fueron suficientes la chica estaba indignada por lo que sucedió,

-Oye no soy un enfermo, si quisiera algo ni lo intentaría, simplemente ya lo hubiese tomado- recordando que el era el soberano y señor del reino, tomándola por los hombros, agitada como toda dama Sarah indignada rugió -¡Largo! ¡¡Largo de acá Jareth!!- tomando sus manos dirigiéndolo a la salida, asombrado por el atrevimiento de la mujer al sacarlo de una de las habitaciones de su castillo, al poderoso Rey Goblin y si quisiera le daría una lección para que aprendiera a no volver a hacerlo, en un veloz movimiento paso su brazo atrás de la cabeza de ella empujándola sobre esté dejándola recostada en su regazo, ella estaba perdida, no podía hacer nada encerrada sobre el pecho de aquel hombre, al menos eso pensó al ver sus ojos azules tiernos, el índice del rubio rozo los labios rosas de la mujer –Si quisiera algo contigo... ya lo hubiera logrado- la levanto delicadamente, le siguió un empujón a la salida quedo atontado al ver que fue sacado a la fuerza cerrándose la puerta en la cara a punto de regresar se detuvo como cosa rara -"Tranquilo"- suspiro dio media vuelta a la vez pateo una lanza que sostenía un guardia haciéndolo caer y esbozado la carcajada en el corredor.

La noche quedo silenciosa después de aquel ¨escandaloso incidente¨, Sarah recostada no podía pegar el ojo – ¿Será cierto? ¿Cuáles serán las verdaderas intenciones? ¿Y si intenta robarse a Toby otra vez, o peor aún vengarse de mi con mi familia?... ¿Le gustaré aún? – A su memoria aquellas palabras ¨Si quisiera algo contigo... ya lo hubiera logrado¨ - ¡UUUUUUSSSHH!- con los dedos apretó los parpados, mientras en la otra ala del castillo – ¡Pequeña insolente, muchacha tosca y bruta!- pateando las cosas que se encontraban en el camino, se sentó sobre la cama refunfuñando no del todo al recordar aquella imagen de la chica y las transparencias de la bata que logro ver en milésimas de segundos antes de que se le resbalará la esfera con la que minutos antes había visto como Ciruela la había llevado a la habitación después de eso le dio completa privacidad pero se quedó jugando con la bola, la curiosidad lo mataba al ver la luz encendida ¨Ella estaba allí a unos metros de su habitación, en sus dominios, sin poner resistencia ¿Qué estará haciendo? ¿Se habrá dado cuenta de la ropa la que puse a escondidas y torpemente para que nadie dijera el Rey Jareth es un pelele frente a la humana ¨ un repentino estornudo interrumpió sus pensamientos y sin explicación alguna apareció frente a ella, mudo e inmóvil –Debo ver qué le pasa a mi magia- acariciando su sedoso cabello se recostó con los brazos sobre la nuca, dio vuelta, después otra, boca abajo, nuevamente boca arriba –¡Aaaaarrggh!– gruño y dio dos palmadas apagando las luces.

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