Capítulo I: "Cariñito"

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Toda buena historia donde hay un Rey, inicia siendo estando él perdidamente enamorado, la codiciada suerte y buen augurio de  la belleza y juventud le corresponden al ser amado por aquella  en quien posó sus ojos. Pues esta vez no, está historia empieza justo donde creían que había finalizado toda la odisea de olvidar, perdonar y "negociar".


-No, no, ¡Detente! NO, ¡¡NOO!!  ¡JARETH!- Agitada se levantó súbitamente, una pesadilla interrumpió el sueño de Sarah quién agarraba las sábanas blancas con fuerza respiración, paso sus manos temblorosas por el cuello y su  brazo por la frente secándose el sudor -"¿Qué me sucede? Es la cuarta vez en esta semana que sueño con él"- se dijo cerrando los ojos y tragando saliva, tenía las mejillas sonrojadas a la vez se palpaba un golpe que se hizo la noche anterior cuando cabeceaba sobre su cama y ¨Él¨  venía hacia ella con fiereza en aquella cámara llena de gradas ¨desordenadas¨ más que sus pensamientos, sobresaltada brinco provocando le cayeran  encima unos libros que tenía al borde de la cabecera después de esto los cambio de lugar, regresando a su realidad  vio hacía la ventana a la vez que ponía los pies en la alfombra que adornaba su habitación, camino hacia ella viendo los árboles como se movían con el aire de esa madrugada –"Hace ya casi 3 años que todo sucedió"- pensó mientras ponía  índice y anular en el cuello para sentir su pulso, el corazón le seguía latiendo muy rápido, volteo repentinamente hacía una librera que tenía al otro extremo y tomo un libro rojo, sus ojos se enfocaron en encontrar la última página escrita –Hoggle,  Hoggle— murmuró mientras buscaba el nombre –Acá esta- Se puso a escribir en la libreta ansiosamente, mientras ponía las palabras estas se marcaban fuertemente como si hubiesen sido escritas por un marcador de punta gruesa, se resaltaron unos segundos y desaparecieron. Ese libro era su único medio de comunicación para emergencias, como cuando le dejaron cuidando a Toby casi 3 días sola, Hoggle, Sir Didymus e incluso Ludo se ofrecieron ayudarle a cuidarlo, pero para este tipo de visitas se necesitaba demasiada magia, la cual se acumulaba conforme el paso del tiempo, al término de 1 año podrían llegar a visitarla durante 1 ó 2 días ya que después de haber vencido al Rey Gnomo se habían puesto  más rigurosos con el uso de la magia, además de ciertas reglas que aún no le habían explicado, por esa razón aquel libro rojo era su único medio más preciso para mantenerse comunicados por ¨correo¨ Sarah vio hacía la ventana nuevamente, se puso de pie frente al espejo del closet color café caoba al lado de una silla mecedora beige, la mayor parte de su habitación había sido modificada por algo más ¨maduro¨, ya no estaban los peluches, adornos "infantiles" les decía por mero desprecio o simplemente ya no quería ser tan sentimental, sobre su mesa de noche se lograba distinguir la foto de una mujer con ella, era su madre, la tomo melancólicamente peleando contra todo sentimiento murmuro "Y tú también casi 3 años" la apretó contra su pecho para volverla a colocar en el mismo lugar  se volvió a recostar para quedar dormida profundamente, por la mañana mientras tomaba un vaso con jugo de naranja estaba leyendo unos folletos  ¨Columbia, Stanford, Duke¨ dio un resoplido profundo mientras se sentaba frente a un pequeño rubio – ¿Sarah puedo veld? - dijo la voz infantil, la chica levanto sus ojos y sonrío –Claro que si Toby toma- mientras le daba uno de los panfletos, las regordetas manos alcanzaron los papeles –Gacias - mientras los tomo –De nada Toby- dijo esta mientras se ponía a un lado del pequeño.
-Son universidades ¿ves?, mientras le señalaba los edificios
-¨Unisaes¨-mientras mostraba sus dientes de enfrente y fruncía la nariz
-"Como has crecido pequeño"- pensaba para sí misma, sorprendida que su hermanastro de 2 añitos y contando, hablara como todo un adulto.
-Recuerda que tienes el examen de manejo hoy hija- Dijo una voz masculina atrás de ella, el hombre se arreglaba la corbata azul  con una mano y la otra tomaba su taza de café que decía ¨Kiss the Best Dad ¨
-Cariñito, deje tu almuerzo en la mesa de la cocina- dijo Karen poniéndole su gorrita a Toby– ¿Nos vamos cariñito?- dijo la mujer tocándole su naricita, el pequeño sonreía y quería llevarse lo que había pescado –Deja eso allí cariñito- quitándole los panfletos – ¿Por cierto ya enviaste las solicitudes?— pregunto Karen con extrema autoridad a la chica, mientras la muchacha buscaba una cuchara trono los dedos sobre la mesa y una servidora se deslizo hacia ella, se quedó extrañada pero no puso mayor atención ya que su madrastra la distraía, la mujer la observo de reojo masticando cereal que se había servido.
-En esas estoy- mientras empezaba a comer su desayuno.
Dándose vuelta -aaajaaam-  frunció la boca a su marido mientras giraba los ojos dirigiéndose a la adolescente
-Hija sabes que eso no puede esperar, tu solicitud debe estar hecha antes de las fiestas navideñas-
Sarah se levantó dirigiéndose hacia a su padre -ya sé papito, te prometo lo haré hoy mismo- mientras le plantaba un beso en la mejilla y sonrío. Su papá en el fondo agradecía que la chica no era una loca puberta como las hijas de sus amigos, quienes le contaban historias desde, piercing en los pezones, drogas, tatuajes con mensajes subliminales muy elevados de tono, su hija no, ella era ¨normal¨ en lo que cabía decir, pues se enfocaba en sus libros, estudios, ahora era un poco más tolerante para Karen. A punto de graduarse lista para ser carnada de alguna universidad, además que esa mañana no era de un día cualquiera -Por cierto ya eres una adulta y mira lo que te compré- sacando unos tickets junto a una cajita con cup cakes de chocolate
-¡Nooo! no es cierto, ¿Los Knicks?
-Asientos de cancha hoy en la noche, iremos todos
-Papá deja de comprarme golosinas me pondré como vaca- saboreándose los pastelillos -¡GRACIAS!- Dándole otro besito en la mejilla, algo distrajo la mirada de Robert
-Sarah espera ¿Qué te pasó en la mejilla?-
La castaña se detuvo extrañada, tocándose el rostro
-Tienes un pequeño moretón- Dijo mientras trataba de ver bien quitando las manos de la chica.
-No me ha pasado nada ¿no entiendo?-
-Tal vez tiene algo que ver con tus últimas pesadillas- interrumpió Karen atrás de ellos, ambos giraron a verla sorprendidos.
-¿Pesadillas? Dijo la chica extrañada y sorprendida de que ella la hubiese escuchado hasta el otro lado de la casa.
-Si querida, has gritado casi 3 noches seguidas, a veces dices Gombli, Gobli, Jar Jar, cosas así,  he corrido a despertarte pero siempre me dices que estás bien, me voy y sigo preocupada por ti. No se te nota mucho pero es extraño-
Una sensación de como su corazón caía en el estómago le recorrió a Sarah, quedó algo asustada, mientras sonreía extrañada, ya que de seguro Karen mentía porqué en ningún momento recordaba ella fuera a auxiliarla, pero para no hacer más hostigante la indagación no alargo más el tema–Creo que soy sonámbula entonces- exclamó terminando su sonrisa nerviosa.
Karen la vio extrañada - Sarah si lo he hecho, me asusta porque incluso Toby llora cuando empiezas a gritar así-
-Ustedes dos deben explicarme que ha sucedido estos días que no he estado en casa- Dijo el hombre mientras interrumpía la mirada fija de las mujeres, haciendo para atrás la cabeza dando el último sorbo de café –Te ves hermosa, no se te ve a menos que te acerques mucho. Me voy, las veo más noche, feliz cumpleaños cielo-
Karen le dio el almuerzo a Sarah que la veía muy extrañada
-Feliz cumpleaños "Cariñito" ya eres una adulta, bueno ve con cuidado- mientras ésta solo afirmo con la cabeza y sonrío al hecho de que Karen le había preparado un sándwich de atún y que  por primera vez le escucho decirle semejante piedra  -Eeehh gracias-
La chica tomo su bicicleta del garaje mientras la sacaba se quedó observando la hermosa moto Harley Davidson de su padre y pensaba que últimamente no habían salido a pasear en esa bella motocicleta, las vacaciones anteriores como distractor  ella había aprendido a manejarla se le venía a la mente salir  a pasear sola o en compañía de algún chico, ir por verdes campos y desconectarse de tanto barullo por ser su último año en casa y directo a la Universidad –¨Un chico¨- dijo Sarah mientras imaginaba el rostro de un rubio con lentes negros sonriéndole –Despierta, no seas ilusa- se regañó, al llegar a la escuela una rubia la saludo a lo lejos –Ya debes aprender a conducir Sarah- se acercó mientras la castaña ponía los ojos en blanco – Claire, no empieces a ser mi 3ra madre- se vieron y de buena gana se carcajearon,  Claire era rubia de ojos verdes también y sonrisa amigable venía  de  Queens, New York entonces tenía un poco de mentalidad más abierta y algo más atrevida para vestirse de manera casual y ¨Hot¨ decía ella, Sarah  había querido agarrar el rollo de usar minifaldas sin medias pero después se dio por vencido al ver que su maestro de matemáticas el lujurioso Sr. Pedo se la pasaba fisgoneándola, iba al baño y el señor la miraba, al comedor y la mirada del asqueroso la hostigaba, se dignó a vestir jeans y más que todo porque había reprobado 2 exámenes de conducir buena con las motos mala con los carros, razón por la que aún usaba bicicleta.  
-Por cierto, feliz cumpleaños-
-Ooh gracias, ¿Qué es?-
-Tot, tot, muack- haciendo muecas de pintarse.
-¿Maquillaje? Aaaaay sabes que no soy muy buena y...-
-Es totalmente natural, solo son unos cuantos labiales y brochas, te encantará, te maquillas como Betsy te enseño para la fiesta de los Donell, recuerdas que Peter no te quitaba la vista de encima,  ni siquiera el idiota de Dan, ese pretencioso carita de Barbie...y si eso no te sirve- Saco un blíster de condones con risa diabólica, la castaña se escandalizo mientras guardaba las pinturas en la mochila tratando de tumbar a la rubia al mismo tiempo - ¿Estás loca? Nos van a ver con eso-
-Es  de lo más normal-
-Claire ya hablamos de esto, además sabes que yo... no...  Con nadie... ya sabes-
-Está bien, está bien- uusssh
-Hola nena- Dijo un muchacho rubio poniendo su mano en el casillero encerrando a la rubia en sus brazos.
-Hola bebé- respondió Claire dándose besos
-Hola Sarah-
-Brandon- Dijo la castaña mientras agitaba la cabeza sonriendo de al lado, se giró para darles privacidad a la pareja cuando un objeto rojo la interrumpió.
—Pensé te gustaría— un joven con una rosa en la mano justo frente a los ojos de la apresada chica
—Muy lindo, gracias Dan— la ojiverde no sabía cómo decirle que no necesitaba otro chico que la adulara, pero él le parecía atractivo, además hace tanto que quería dejarse por fin halagar por alguien y él le parecía el menos incorrecto para ella, así que tomó la flor y sonrío.
-Oye Sari, hemos pensado con los chicos ir al lago este fin de semana, ya sabes disfrutar antes de la universidad, si te preocupa tanto irá Claire-
-Gracias Brandon, pero no podre este fin de semana y el resto del mes aún estoy encarcelada en mi casa, así que...-
-Vamos Sarititita, te va a gustar, estará cool-
La joven sonrío con toda la falsedad del mundo –Gracias, pero no gracias ade...- algo la distrajo interrumpiendo la respuesta sarcástica al torpe rubio.
-¿Qué pasa Sarita? Pregunto el tipo girando la cabeza para ver qué fue lo que la desconcentro.
-Claire te veo luego- Camino apresurada mientras guardaba la rosa y fingiendo no tener ansiedad hacía la salida del colegio.
-Tu amiga está loca nena- dijo el chico mientras seguía abrazando a Claire
-Acá entre nos, ayer "accidentalmente" vi unas hojas de un cuaderno que ella dejo sobre el escritorio...- Mientras miraba sobre el hombro del rubio vigilando que no los sorprendiera –Y dibujo el rostro de un tipo en varias páginas, parece una estrella de rock o algo parecido-
— ¿Qué se cree aaaah? solo aceptó la rosa y se fue, ni un beso, ni nada— dijo Dan molesto
-No te preocupes Dan al parecer le gustas- soltando una risilla al chico.
Caminando como pingüino se dirigió a las afueras del colegio hacía unos árboles donde diviso movimientos extraños, con la mirada siguió el rastro de pequeñas huellas de lodo levanto el rostro y logro ver como unos piecitos desaparecían por una ventana del primer piso – ¡Hoggle! ¡Tks! – exclamó a la vez sonó el timbre indicando que las clases ya iniciaban, corrió a toda prisa hacía dentro con todo y su mochila en la espalda.
La castaña no dejaba de ver atrás, algo indiscreta sin dejar lo sospechoso de su actitud más bien la hacían ver como una loca su ansiedad no daba más iban a descubrir al pequeño ser y a ella le darían mínimo toda una vida en el manicomio, viniendo a su mente la imagen de ella con camisa de fuerza sedada tirada en suelo cosa que le dio gracia.
-Pissssssss, pisssssssssssssss, Saaaaaraaaaah- se escuchó un murmullo
La mujer se detuvo en seco, con el impulso de tirarse al suelo para encontrar al pequeño  empezó a buscar con la mirada por todos lados, el corredor ya estaba vacío de estudiantes
-Hoggle, ¿dónde estás? no te veo-
-Saraaaah- Acá a tu derecha
Lo seguía buscando hasta que se topó un pequeño trapo con forma de chaleco sobre éste le salían cabellos por encima de frente a la pared entre los lockers, parándose atrás de él mientras el  goblin enroscándose hacia atrás sonrío nervioso – ¡SARAH! - Grito como si fuera un estadio –Ssssssssssssshhhhhhhhhhh Hoggle no grites- la chica vio hacía ambos lados humedeciendo sus labios agitada – ¿Por qué viniste acá?, se supone que esto lo tendríamos que hablar cuando regresará a casa- metiendo al pequeño en su locker para tratar de ocultarlo.
-Lo sé, lo sé, solo que en cuanto me enviaste la carta no tuve tiempo ni siquiera de terminar de leerla- se miraba atormentado, levantando su ceja presintiendo que algo malo le diría -vine porque la magia que tenían los demás de eso ya no nos quedaba mucho, con lo que teníamos me mandaron a mí que no tenía dificultad de cruzar los mundos, o era yo o el peludo cobarde de Ambrosious, el Underground está en peligro- Por cada palabra que salía de la boca de Hoggle la castaña agrandaba más sus ojos dejando el blanco de ellos en toda su expresión-Sarah inconscientemente cerró la puerta de su casillero
-Sarah Williams, vaya, vaya que sorpresa encontrarla por acá señorita- Era un hombre de 1.85 de rasgos adultos escaneo a la joven.
-Señor Piers, perdón estaba sacando un libro y ya lo tengo- mientras lo levantaba en su mano.
-Mire señorita Williams, si su madre no hubiese sido tan "influyente" créame que usted estaría ahora expulsada, ¿Qué hace usted hablando con el casillero?-
-Me retiro Sr. Piers, y disculpe solo sacaba mi libro y hablaba conmigo misma- jaló su pequeño bolso dirigiéndose al salón de clases- girando temerosa el hombre fuera a encontrar a Hoggle.
9:08 las piernas de la joven no dejaban de temblar, levantaba el rostro hacía el gran reloj que cuando cambiaba de segundos retumbaba en sus oídos el lento caminar de este, respiraba agitada, rayando el cuaderno en un mismo punto las 9:38, por un momento parpadeó rápidamente el reloj tenía otra hora  –"No puedo seguir así"- pensó para sus adentros, logro divisar algo en una rama, color blanco se movía no lograba dar que era, -es, es... un...búho- murmuró pegándose al respaldo de su escritorio rápidamente a la vez que sentía un piquete como de avispa en el cuello palmeándose –La ecuación es muy sencilla jóvenes laaa fooollmubllaaa gllaammbaa glabalbam glaalbalblam- Escuchaba como se nublaba la voz del maestro al fondo, trabando los ojos lentamente todo se puso obscuro cayendo a un lado del pupitre.
Despertó observando todo atentamente a su alrededor –Sarah, me escuchas dijo la enfermera mientras trataba de que inhalara algo asqueroso para despertarla- aaaaaaaaah-  masculló alejándolo –Reflejos están bien- metiendo la mano en su delantal blanco  sacando una linterna –¿Consumes algo niña, marihuana, LSD, anfetaminas?-
-No, no y no- Dijo la ojiverde algo confundida, arreglándose la blusa de botones color azul marino y pantalón negro que hacia juego con unos botines negros muy cómodos.
-Tenemos que hablar- Dijo una mujer rubia con gesto de moppet serio, dándole su mochila -"si no fuera por el exceso de maquillaje los adolescentes la tomarían más en cuenta"- pensó Sarah.
De pronto el teléfono empezó a hacer un ruido irritante como un pitillo, las 3 mujeres giraron a ver el aparato, le siguieron el escáner, fax y la fotocopiadora, era insoportable las estaba asustando de pronto las luces se apagaban y encendían como una película de terror se oyó que la tierra se  partía en dos y  comenzó  a temblar, la enfermera histérica huyó hacia la puerta gritando - ¡Terremoto, terremoto!- Sus alaridos se alcanzaron a escuchar desde el pasillo, Sarah trataba de equilibrarse sosteniéndose del marco de la puerta sujetando su mochila, la orientadora se escondió bajo el escritorio tirándose al suelo cayendo de rodillas sollozando atemorizada.
Un puñado de mariposas negras empezaron a filtrarse por el ducto del aire acondicionado arremolinándose, el cabello golpeaba el rostro de la joven quien no daba crédito a lo que veía  y eso que ya había vivido cosas raras, pero acá con los mortales no. Un rayo cayó justo en medio de la oficina entre las mariposas partiendo por la mitad el suelo, un hombre de cabello negro largo hasta los hombros y ojos azules se apareció ante ella, pequeños rastros de electricidad lo rodeaban aún, cubierto con una capa negra de tez blanca dijo con voz grave –Sarah Williams- ella quedó boquiabierta aún ciega por el destello bajo la mirada encontrando a Hoggle forcejeando con el misterioso ser -¡Huye Sarah, corre, escóndete!- la chica no sabía si hacerle frente o huir pero los gritos del gnomo la sacaron del trance corrió como pudo pero el tipo solo hizo un ademán con la mano enguatada de negro haciendo que la muchacha quedará sin movimiento regresándola por el aire hacía él, la vio de reojo mientras sonreía por un lado la cubrió con su manto aún con todas las mariposas revoloteando alrededor hizo que otro rayo los hiciera desaparecer.
Acompañados del sonido de aire grotesco aparecieron los 3 personajes en una gran sala iluminada por un candelabro colgante que tenía miles de cristales que alumbraban sin necesidad de luz eléctrica más  que la del sol asomándose por una ventana gigante aclarando el gran cuarto, Sarah respiraba agitada, el hombre ni se inmuto para verlos más que solo para decirles – Síganme- dejando pequeñas alas de mariposas en el aire y su capa lo hacía ver más lúgubre.

Mujer y enano asustados se vieron las caras como queriendo decirse ¿a dónde huimos o lo seguimos?
-¿Hoggle qué sucede?-
-No lo sé, si supiera no estaría temblando del miedo, ahora entiendo al pobre Ambrosious-
-Señor ¿A dónde nos lleva?- sin respuesta trataban de alcanzar el ritmo del hombre que daba grandes zancadas por el largo corredor lleno de ventanales, con recelo lo observaba afirmando que el tipo de no ser tan grotesco de lejos era atractivo - ¨ ¿Sarah qué te sucede?  No eres así, podría ser un asesino, un secuestrador "ASESINO" - un frío recorrió su espalda.
Lograron escuchar unos gritos a metros antes de pasar el umbral de otra sala anexa, la chica y el goblin se detuvieron dudosos en la entrada –Te están esperando, así que apresúrate.- Giro el rostro fríamente hacia la mujer –No hagas MÁS esperar al rey- Se  petrifico al escuchar la palabra ¨REY¨ en su mente repetía –"Carajo, carajo, carajo, de seguro es un tipo de venganza, carajo"-
Entraron a un tipo de senado hecho de madera, donde estaban unos goblins, elfos, enanos y feys gritando cosas que no se lograban distinguir.
-¡Entonces mejor le regalo mi cabeza! gritó un fey, mientras sacaba la lengua.
-¡Sabe que Lord Fing, hágalo, nos librará de su estupidez, nos hará ese favor!- JAJAJAJAJA Soltaron carcajadas  la mayoría presente.

-¡Señores¡ Dijo una voz serena y masculina que se distinguió en todo el lugar dejando callados a todos –Ella esta aquí.

Más Allá De El LaberintoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora