Tocaron varias canciones conocidas y eran muy buenos tocando.
Andrés era la voz cantante, Missis tocaba la guitarra, Martín el bajo, Nacho la guitarra y Luis la batería. Pero como no teníamos una, la improvisó.
Terminaron de cantar y les aplaudimos.
—¿Estuvo bien? —Preguntó Martín.
Kayla y yo asentimos.
—¿Habéis tomado algo? —Pregunté por que me daba pena verlos tocando todo el tiempo y no sabía si había comido o no.
—Si, trajimos unas pizzas —Respondió Andrés.
—¿Cuanto tiempo lleváis ensayando? —Preguntó Kayla.
—Luis miró su reloj —Empezamos a las diez hasta las dos que paramos a descansar y comer, acabamos y continuamos hasta ahora que son las cinco de la tarde —Añadió.
—Supongo que deberíais descansar un poco, hace sol y os podría dar una insolación, además estáis sudando —Respondí.
—Tranquila, estamos bien, además ahora nos daremos un chapuzón en la piscina —Sonrió Luis.
Le devolví la sonrisa.
Los chicos se quitaron la camiseta y se metieron en bomba a la piscina.
—Meteros, el agua está buenísima. —Dijo Nacho.
—No vamos preparadas. —Respondí.
—Podéis subir a tú cuarto y prestarle un bikini a Kayla —Añadió Missis.
Ella y yo nos miramos, encogimos de brazos y subimos a mi cuarto, le volví a prestar un bikini. Nos los pusimos y cuando bajamos nos tiramos de cabeza a la piscina. Tendríamos que llevar cuidado por si nos chocabamos con alguno de ellos.
—Te atreviste a tirarte —Dijo Andrés con sorna.
Le miré y pasé por su lado, llegué a su altura y me puse delante de él.
—Hago más cosas de las que te imaginas —Le guiñé el ojo y me fui al final de la piscina, estaba desocupada y podría moverme de un lado a otro.
Cuando llegué al borde saqué los brazos por fuera y me apoyé mirando al frente, no me había dado cuenta hasta ahora pero desde la piscina en el lugar donde me encontraba se podía ver la playa.
*****
Cerca de las ocho de la tarde salimos todos del agua y cada uno se fue a si casa para darse una ducha ya que habíamos quedado a las nueve para ir a esa fiesta.
Subí a mi cuarto, me duché, salí y sequé mi cuerpo para poder empezar a vestirme. Me puse mi vestido, me sequé el pelo con el secador, cuando estaba seco, me hice las planchas ya que mi pelo es rizado y nunca se me quedaba como quería, lo único que funcionaba era plancharlo, pero enseguida se me bufaria.
Al tenerlos bien planchado observé que me quedaba por encima de los pechos, me había crecido.
Cogí la corona hawaiiana de flores blancas y la coloqué en mi pelo, me hice unas pequeñas ondulaciones con la plancha por que no me gustaba como me quedaba con el pelo liso.
Me maquillé un poco, me eché colonia y me puse mis sandalias.
Salí de mi cuarto y abajo estaba mi hermano con un pantalón blanco de lino y la camiseta igual.
Sonreí.
Salimos de casa y nos fuimos donde habíamos quedado con ellos.
Llegamos y allí estaban todos.
Kayla se hizo un peinado de media cabeza con una trenza y la parte sobrante del pelo lo tenía rizado como siempre.
Le sonreí y me puse a su lado.
Entramos en la arena y nos quitamos los zapatos para dejarlos en un lado.
Todo se veía perfecto, había antorchas, mesas, sillas, al fondo había un escenario y había póster con luces haciendo como una especie de cruz. También habian como camas para las personas que se pasarán con el alcohol o simplemente que quisieran pasar una buena noche.
Habían altavoces grandes con un dj y Camareros pasaban delante de nosotros con bandejas.—Woow esto es asombroso —Dije admirandolo todo sorprendida.
—La verdad que sí, hemos venido todos los años prácticamente, pero cada año cambian la temática y ponen cosas nuevas, como lo del micrófono abierto —Dijo Kayla restándole importancia.
Nos pusimos a comer en las mesas que habían.
Estábamos pasando una noche agradable, cuando terminamos de cenar una música sonó y habían personas bailando en la pista de baile. No era una pista en si pero... en esa zona había una bola de discoteca y todos bailabn.
Observaba lo que había y Missis sacó a Kayla a bailar. Yo me quedé con los demás chico pero entonces vi como Andrés se levantaba y se acercaba a mi estirándome la mano.
Lo miré con el ceño fruncido.
—¿Me concede este baile señorita? —Dijo sonriendome.
Acepté por que un baile no me vendría mal, además estábamos de fiesta.
Me llevó lejos de la gente en el mismos sitio en el que nos encontrábamos, solo que habían pocas personas ahí.
Bailamos como nunca aunque haciendo el gilipollas, sabía bailar pero nos estábamos divirtiendo.
El Dj puso una canción lenta y se quedó mirandome, lo miré a él, y asentí dándole permiso para que me agarrara de la cintura, lo hizo con algo de vergüenza y sentí su mano rozar mi espalda baja ya que estaba descubierta.
Le agarré de la mano y comenzamos a movernos al son de la música, ambos nos mirábamos a los ojos y sonreímos.
Me sentía extraña, después de lo que me pasó con Héctor nunca había estado con un chico así de cerca, excepto con mi hermano.
Seguíamos moviéndonos y de repente cambió la música. Nos separamos y me fui hacia mi sitio en donde solo estaba Kayla, los chicos se habían ido a preparar lo que estaban organizando.
—¿Y bien? —Le dije.
—Ha sido, alucinante, o sea no me lo creo ni yo, dios después de tanto tiempo —Dijo enamorada.
—¿Hay algo de lo que me estoy perdiendo? —Pregunté haciéndole un repaso para ver si me daba una pista pero no era así.
—Bueno, nos besamos... y estamos saliendo, me pidió salir, no encontró el momento para decírmelo de otra forma pero hoy se declaró —Sonrió de oreja a oreja.
—Que bien, cuñi —Le guiñé el ojo.
Sabía que esto iba a pasar, se notaba que los dos estaban enamorados desde que se vieron.
Pero se lo tendría que haber dicho antes. Aunque estando tanto tiempo juntos y demás nunca encontrar la oportunidad.
—Pero no digas nada, es un secreto —Me dijo.
—Tranquilo, soy una tumba —Le sonreí.
Me abrazó y se lo seguí.
Esperamos a que fuera la hora para que empezarán a tocar, Kayla comenzó a sacar su cámara para tenerla preparada.
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Ayúdame a olvidar (COMPLETA)
RandomDecidí irme con mi hermano mayor a la casa de la playa, para así olvidar todo lo que un día me hizo mal, para apartar aquellos turbios recuerdos que se reproducen una y otra vez. Al cerrar los ojos; el infierno de ese momento se repite. Así que po...