Capítulo 12

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Llegué a casa y me tumbé en el sofá, estaba demasiado deprimida para tomar algo. Pero tendría que hacerlo por que si no me dolería la cabeza.
Me levanté con pesadez como si todo mi cuerpo estuviera hecho de plomo.
Me acerqué al frigorífico y miré a ver qué había. Me decanté por un bocadillo de chorizo y un vaso de agua.

Me vibró el teléfono y lo saqué, tenía un mensaje de WhatsApp de mi hermano.

~Enana, no me esperes para comer, estoy con Kayla y no se cuanto tiempo estaremos aquí. Come algo y no te pongas triste, todo se supera ~

Lo leí y sonreí.

~Tranquilo, pásalo bien, y esto solo es temporal~

Guardé el teléfono en el bolsillo y me senté en el sofá a comerme el bocadillo.

Al terminar lo recogí todo y me puse a ver una película en Netflix.

*****

Miré el reloj y eran las siete menos cuarto, se me olvidó por completo que había quedado con Andrés, suerte que lo miré y me acordé de la supuesta quedada con él.

Salí disparada del sofá y fui a mi cuarto para arreglarme un poco. Me miré al espejo y me dije:

—¿Pero qué haces? solo peinate y listo, tampoco debes ponerte súper fashion, es solo Andrés el amigo de tu hermano, nada más —Mientras lo decía peinaba mi cabello moreno haciéndome una cola.

Me puse unos bambos y salí hacia donde había quedado con Andrés.

Estando en ese sitio miré al fondo y allí se veía.

Caminé por la rocas hasta que llegué al muelle.

—Lo siento —Me disculpé al llegar a su altura.

—No pasa nada, tampoco llevo mucho esperando aquí —Sonrió por encima de su hombro viéndome.

—¿Que era esa sorpresa? —Pregunté cruzandome de brazos.

No me moví de mi sitio, solo le sacaba unos cuantos pasos.

Me agarró del brazo y me atrajo hacia él.

—Tranquila, no te haré nada, verás que te vendrá bien hacer esto.

Lo miré sin entender nada.

El moreno cogió un globo que estaba levitando en el aire. Tenía unos hilos grandes lo que él tenía cogido.

—Ven —Me hizo un ademán con la mano para que me acercara a él.

Lo hice.

Al estar a su altura pude ver qué era algo más alto que yo.

—Debes coger el hilo con cuidado no se te vaya, y en este papel —Sacó una cartulina de color verde —Tienes que escribir el nombre de la persona.

Hice lo que me dijo y puse Héctor en la cartulina, después me ordenó que lo atará en el globo. Él también puso un nombre en el papel y lo ató con el mío.

Agarró el globo por la parte de abajo de mi mano y me miró, nos quedamos mirándonos y con la otra mano contó hasta tres, cuando llegó lo soltamos y miré hacia arriba donde el globo comenzó a volar.

Al hacer eso me sentí mucho mejor. Me había quitado como un peso de encima, me sentía libre, era como mi regalo para él.

Me senté en el muelle y me quedé observando el globo.

—¿Te sirvió? —Dijo Andrés detrás de mí.

Asentí y me encogí de piernas apoyando mi cabeza en estas.

Ayúdame a olvidar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora