Después de asumir todo lo que me había pasado en la mañana respecto a Andrés. Entre el sueño y las palabras del moreno. Me levanté para ir a desayunar. Al salir al pasillo que llevaba a las escaleras antes de comenzar a bajarlas vino Andrés con una bandeja en la mano en la cual traía las cosas dobles, lo miré, me miró y no sabíamos que decir, parecíamos adolescentes que recién se acababan de conocer.
—¿Y eso? —Rompí el silencio sonriendo.
—Habia pensado desayunar contigo en la cama, los dos juntos, sin nadie que nos interrumpiera, hablando de nuestras cosas y de lo que vamos a empezar, que aún no quiero ponerle etiquetas, porque nos vamos a conocer mejor. —Dijo encogiéndose de hombros.
—¿A qué esperas para mover tú trasero, ir hacia tú cuarto y desayunar? —Sonreí dirigiéndome delante de él hacia su cuarto.
Pude optar por ver cómo ladeaba la cabeza hacia un lado mostrando una leve sonrisa. Obviamente no lo vi por que estaba de espaldas a él, pero, es como si lo notara, aunque podría haber mirado por encima de mi hombro. Pero no fue así.
Entramos a su cuarto. Como él sostenía la bandeja tuve que hacer espacio en el escritorio para que pudiera ponerla y así no manchar nada de nada.
—Hubiese preferido desayunar en la cama. —Dijo quejándose.
—Asi no se manchan las sábanas, solo ven y calla —Le hice un gesto para que se sentara a mi lado.
Éste se sentó a mi lado y comenzamos a tomarnos el desayuno. Mientras desayunábamos nos íbamos haciendo preguntas de todo un poco; Preguntas íntimas y no tan íntimas.
*****
Pensé que Andrés me llevaría a mi casa pero no fue así, en el camino que llevaba hacia esta se desvió de trayecto y me quedé algo pillada. No le pregunté por el hecho de que íbamos en moto y no era plan. Así que me dejé llevar.
Llegamos a un sitio diferente, era como un acantilado que estaba demasiado lejos de todo, apartado del mundo y de las personas, era un sitio de ensueño. Desde el sitio que aparcó la moto se podía ver más o menos bien, ya que los árboles tapaban las vistas. Me acerqué a una barandilla de madera y me puse a contemplar lo poco que se veía, pero con el sonido del agua cayendo hacia que me sintiera libre.
—Ven, te voy a llevar a otro sitio en el cual se ve mucho mejor —Dijo el moreno estirándome la mano y se la agarré sin pensarlo.
Me encaminó por un sendero el cual estaba marcado en el suelo con piedrecitas. Cuando llegamos me hizo que mirara a mi izquierda donde había otra valla de madera, era como un mirador.
Me apoye y miré al frente, estaba el acantilado con una pequeña cascada que caía como si el agua pareciera seda, el sonido de este más los pájaros piando hacia del paisaje un lugar asombroso.
Andrés se posicionó detrás de mí rodeando mi cintura y con la cabeza apoyada en mi hombro.
Me sentía comoda y agusto por lo que opté por echar mi cabeza hacia atrás cuando esté la había quitado de mi hombro y apoyarme en su pecho. Podía oír y sentir como su corazón latía algo descontrolado, como si estuviera nervioso. Sonreí por ese sonido por que si fuera al contrario yo estaría igual. Mis manos se posicionaron encima de las suyas. Así que ambos disfrutamos del paisaje que la naturaleza nos estaba brindando.
—Andres, me gustaría bajar para verlo mejor.
—Aun no he descubierto por dónde se baja, y si bajamos por aquí nos podríamos matar o caer rulando. —Respondió.
No dije nada más y solo me limité a disfrutar.
En el momento más inoportuno mi teléfono comenzó a sonar en el bolsillo, lo tanteé y saqué aquel aparato. Miré la pantallita y era Kayla, así que me excusé de Andrés y me aparte para que la conversación fuera más íntima.
—Dime Kay —Dije en cuanto lo descolgué.
—¿Te pillo en mal momento? —Dijo con la voz algo tristona o preocupada.
Mis cinco sentidos se pusieron en alerta por si le había pasado algo a mi hermano o mi papá, el pobre está malo.
Miré a Andrés.
—No—Respondí mintiendo porque quería saber el enigma que llevaban sus palabras.
—Necesito que vengas a mi casa urgente, quiero una amiga a mi lado.
—¿Ocurre algo? —Pregunté con los nervios en la boca del estómago.
—Aun no lo sé, por eso te necesito aquí y ahora —Podia sentir como la voz se le estaba tambaleando.
—¿Lo has dejado con mi hermano? ¿Él está bien? Dame más pistas así no podré saber qué pasa.
—Si tu hermano está bien, y no no lo he dejado con él. Solo ven y ya te cuento ¿Vale?
—Está bien —Colgué el teléfono y fui hacia donde estaba Andrés.
—¿Qué ocurre? —Preguntó el moreno al verme la cara que llevaba de impactada, seguro era un poema.
—No lo sé, Kayla me llamó nerviosa y que fuera rápida. —Me encogí de hombros.
—Vamos.
Me fui con Andrés hacia su moto, me prestó un casco me lo puse y me subí. Éste arrancó.
Pasada una hora llegamos a casa de Kayla. Aparcó en la puerta y me bajé.
Le di el casco y cuando estaba para irme me agarró del brazo y depositó un casto beso en mis labios, sonreí y se fue.Me acerqué a la puerta y llamé al timbre al momento abrió la puerta y se tiró a mis brazos llorando. Nunca la había visto así lo único que pude hacer fue intentar consolarla.
—¿Que te ocurre? No me asustes —Dijo con ella entre mis brazos.
No dijo nada, entramos y al estar en su casa aún seguía llorando, apoyaba las manos en su cara y se sentaba en el sofá con rabia.
—¿Fue mal el trabajo que hicimos? —Pregunté.
Ella negó con la cabeza.
—No, sales en portada, ahí tienes la revista de el catálogo. —Dijo suspirando y sorbiendo por la nariz.
Fui hacia donde me había indicado y allí lo vi, se me hacía raro ver mi cara ahí en una revista, que me vieran mogollón de personas.
Pero ahora mismo no podía irme del tema, ella necesitaba de mi y para eso estaba, para apoyarla y escucharla. Dejé la revista sobre la mesa y vi que se levantaba para ir al baño a echarse agua en la cara. Solo esperé a que se componiera para que me contará aquello que le hacia mal.
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Ayúdame a olvidar (COMPLETA)
RandomDecidí irme con mi hermano mayor a la casa de la playa, para así olvidar todo lo que un día me hizo mal, para apartar aquellos turbios recuerdos que se reproducen una y otra vez. Al cerrar los ojos; el infierno de ese momento se repite. Así que po...