Capítulo 26

267 31 0
                                    

La comida se estaba volviendo demasiado incómoda, no había palabras por parte de él. Intentaba sacar conversaciones esporádicas pero él solo me respondía con monosílabos. Todo era muy extraño porque nunca me había pasado nada igual con él.

Así que decidí preguntarle para saber que le pasaba.

—Miss ¿Te ocurre algo? —Pregunté mirándole a los ojos.

—No. —Respondió cortante.

Éste terminó de comer y se levantó de la mesa para llevar los platos al lavavajillas.

—Se que algo te pasa —Dije siguiéndole hacia el lavavajillas.

Vi como metía los platos en éste.

—Dimelo —Dije insistente.

—¿Enserio quieres que te diga que me pasa? tú lo sabes muy bien.

—¿Estás así porque pasé la noche con Andrés? —Pregunté incrédula.

—No, eso a mí me da igual, si tú eres feliz yo también. Pero hablo de lo otro.

—¿Qué otro?—Seguia sin descifrar su crucigrama. —Se claro —Añadi.

—Esta bien. Ahí te va. Esta mañana fui a bajar a la cocina para hacer cosas y te escuché hablar por teléfono, la verdad que me daba igual con quien hablaras. Iba a entrar a tú cuarto para saludarte pero paré en seco al oír que tú —Me señaló con el dedo. —Tienes una productora musical y no has sido capaz de decirme en qué trabajabas, yo pensaba que estabas trabajando en una oficina de recepcionista como ya me dijiste. Pero no es así. Sabiendo que mi grupo y yo estamos buscando una oportunidad para hacer y vivir de lo que nos gusta y no has sido capaz de decírnoslo. Qué la verdad eso me da igual, lo que a mí me jode es que no has confiado en mí para decírmelo... —Me dijo serio y pude apreciar que era verdad, se sentía ofendido.

Tenía que habérselo dicho antes pero no sabía cómo...

—Puedo explicártelo.

—Habla, te escucho —Se cruzó de brazos.

—Bueno, llevo trabajando en la productora casi un años, pero soy socia desde hace tres meses. Yo soy la Administrativa de esa empresa. Y como soy la encargada de todo, puedo acceder a los documentos privados, ya que los necesito para desarrollar mi trabajo. Un día le llegó una carta a mi jefe y él me dio la confianza para verla. Cuando la abrí para leerla pues me enteré que si no pagaba un importe de diez mil euros la empresa la iban a cerrar. Mi jefe entró en cólera, no sabía cómo tranquilizarlo.  Yo no me quería ir de mi trabajo. Me gusta lo que hago y el ambiente en el que me encuentro. Así que decidí sacar los veinte mil euros que la bisa nos dejó de herencia para ayudarlo. Y desde entonces con tres meses de papeleo y más ahora soy socia oficial. Y no te dije nada porque quería tenerlo todo bien claro para presentaros, necesitaba pruebas físicas que demostrarán que sois un buen grupo y podíais haceros de oro.

Éste no dijo nada, se quedó mudo, sin responder ni moverse.

—Por favor no se lo digas a nadie. Nadie lo sabe ni los propios trabajadores.

Por un momento se quedó mentalizando toda la información que le estaba dando. No sabía cuál sería su reacción. Simplemente se quedó callado.

Nos miramos y en ese mismo momento se sentía como la tensión se podia cortar con un cuchillo.

Interrumpió el silencio Abruptamente.

—¿Nadie lo sabe? —Dijo duditativo.

Negué con la cabeza.

Era verdad mi ex jefe y yo nos encargamos de ser muy discretos si no por el contrario todo el mundo se enteraría de que estaba arruinado y una empleada suya pudo sacarlo del agujero del que se encontraba.

—Está bien, no diré nada, pero... A cambio quiero que nos presentes.

Por eso no quise decirle nada sabía perfectamente que se iba a poner demasiado pesado con que los llevará y lanzara.

—Tu podrias ser nuestra manager. —Añadió sonriendo.

Me dio a entender que ya se le había pasado  el enfado.

—Bueno, eso de ser manager... no lo tengo claro. Tengo demasiado trabajo como para poder hacer en horas extras ese tipo de empleo.

—Bueno, te entiendo.

—Lo único que puedo hacer es intentar meterle al jefe lo vuestro bajo mano.

—¿Porqué? si tú también eres jefa, podrías hacerlo tal cual y ya.

—Miss no es tan fácil como imaginas, él sabe que eres mi hermano y si os contrato eso no le gustaría aunque sea jefa. Fue quién hizo esta productora y pensará que es un enchufe. Así que déjame actuar con cautela y demasiado ágil. Te aseguro que ireis para allá a que os haga una entrevista y demás. Solo hay que esperar.

No dijo nada más. Solo se limitó a asentir.

Después de esta charla cada uno nos fuimos a nuestros cuartos.

Tendría que preparar todo muy bien para poder presentarlos con delicadeza e ir metiendolos poco a poco.

Le pedí a Kayla que me pasará todos los vídeos y fotos que había hecho por WhatsApp y después de pasarlos. Los pasaría al ordenador para montar bien el informe. Cosa que para mí era demasiado fácil ya que de eso se trataba mi trabajo. No solo de hacer informes si no de hacer todo tipo de trabaja Administrativo y esto era uno de ellos.

Después de estar tanto tiempo con el trabajo descansé un poco y mi teléfono sonó.

—¿Sí? —Dije en cuanto descolgué.

—Hola cariño, como te queda solo una semana he pensado en que si te gustaría que tu y yo la pasáramos los dos juntos —Dijo Andrés.

Sonreí al escuchar su voz.

—Me parece buena idea.

—Perfecto. A las nueve paso por ti. Como mi hermano se va con los amigos la casa se queda para nosotros. —Pude notar en su voz un activo de picardía.

—Vale amor.

Colgué el teléfono y salí de mi cuarto para avisar a Missis.

Aunque tuviera veintidós años y no fuera una niña pero a mi hermano le encantaba que le tuviera informado del todo. Y así lo hice.

Entré a su cuarto.

—Miss, me voy a casa de Andrés a pasar el finde semana que me queda. —Dije apoyada en el marco de la puerta. Éste alzó los ojos y se quedó mirandome.

—Vaya, estás demasiado en noviada. —Dijo.

—No es mi novio, no por ahora, aún no queremos ponerle etiquetas a nada. —Me acerqué al borde de la cama y me senté en ella.

—Bueno, si no es tu novio como dices ¿Entonces que es? —Alzó las cejas.

—Pues no lo sé la verdad, él no me ha pedido salir. —Me reí.

—Te voy a echar de menos ¿Sabes? el no tenerte aquí dándome follón se me va a hacer raro, hasta incluso la casa estará muy vacía.

—No seas tan dramático, si sabes que vendré las fiestas aunque en Navidad tenemos que pasarla con papá y luego  la boda de mamá, que aún no sé qué haré —Suspiré.

—Hay tiempo para pensarlo.

Me abrazó fuertemente y nos quedamos asi por un tiempo. Nos separamos y nos pusimos a hablar de todo un poco, sobre todo recuerdos de pequeños.

Quería pasar este momento con él. Ya que era como mi último día porque me iría con Andrés a pasar el finde semana.

Ayúdame a olvidar (COMPLETA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora