Al día siguiente me desperté en la cama de Andrés cosa que me pareció rara ya que por la noche nos acostamos en el sillón balancín y de ahí hasta ahora no sé qué pasó. Lo único que tengo claro es que me quedé dormida y él cargó conmigo hasta aquí.
Me giré sobre mi costado derecho y me puse a observarlo. Sus largas pestañas se unían en una, su pelo castaño alborotado y desparramado por la cabecera. Su nariz perfectamente perfilada, sus labios gruesos y apetecibles. La imagen que me estaba brindando ahora que se le veía tan relajado era perfectamente perfecta. Podría pasarme horas y horas observando cada detalle de su cara, cada detalle de él, cada minúscula cosa que hacía que me gustara cada día un poco más.
Saqué la mano de la fina sabana que nos tapaba y comencé a realizar un camino lento y pausado por toda su cara, primero comencé por el cabello, acariciándolo lentamente y dejando que mis manos se perdieran en éste, después bajé a sus párpados, los acaricié con delicadeza, luego seguí el camino hacia sus labios y nariz, hasta que dejé mi mano descansando en su mejilla.
Éste comenzó a moverse y automáticamente aparté mi mano de él.
No quería irme, quería seguir admirandolo un poco más, e ir recordando cada momento que he pasado con él. Y grabarlo a fuego en mi mente.
Sonreí inconscientemente.
Abrió un ojo y pude ver el azul claro que se veía, su pupila estaba completamente dilatada por el hecho que debería acostumbrase a la luz. A continuación abrió el otro y me sonrió.
—Despertarme de esta forma siempre son los mejores buenos días que pueda tener —Dijo con la voz ronca y me acarició la mejilla. Le sonreí.
—Para mí despertarme y verte a mi lado es mi mejor "Buenos días".
Se inclinó un poco y me dio un casto beso en los labios.
—Ahora voy a hacer el desayuno. —Acarició mi mejilla y después me dio un apretón en el mentón sin hacerme daño. Se levantó y antes de salir por la puerta beso mi frente para después irse.
Me levanté después de que él saliera para así ayudarlo con el desayuno.
Bajé a la cocina y allí estaba él, ya se había puesto una camiseta de tirantes y estaba preparando café en la cafetera Italiana. Me apoyé en el marco de la puerta y me tomé un momento pausado para observarlo mejor. Mientras el sacaba vasos y hacia gofres de chocolate podía ver cómo se le tensaban los músculos de la espalda. Sonreí por que para mí era un auténtico dios del Olimpo.
Se giró al notar mi presencia.
—¿Desde cuándo tengo ojeadoras?
—Desde que te pusiste a hacer el café. —Me acerqué a él y lo rodeé con mis brazos en su cintura apoyando mi cabeza en su pecho.
Se sorprendió por mi gesto pero al momento ya me lo estaba correspondiendo.
Nos quedamos así por un tiempo pero nos tuvimos que separar por que el café ya estaba saliendo. Fue a apagar el butano y acto seguido comenzamos a sacar cosas para desayunar.
*****
Andrés me dejó en casa y después se fue,tenía que preparar mi maleta para irme dentro de una semana. Me quedaba muy poco aquí, era una pena porque me lo estaba pasando de lujo.
Algunas de las prendas que ya tenía limpias fui guardandolas en la maleta. Y me dejé algunas fuera que me pondría en esta última semana.
Mi teléfono comenzó a sonar, tanteé el bolsillo y me asusté al no sentirlo, pero después vi que estaba debajo del ala de la maleta y lo cogí.
—¿Quien es?
—Hola Maize, soy el señor Hernán.
—¿Qué quiere? aún estoy de vacaciones.
—Lo sé, y no le llamaba por eso.
—¿Entonces? —Me asusté al oír esas palabras.
—He visto una revista y sales en ropa interior. Por dios como hace eso, ¿no sabe qué si alguien te ve así podría demandarnos?—Dijo en un tono serio.
—Estaba haciéndole un favor a una amiga.
—Me da igual, pero eso no puede hacerlo. Me veré en la obligación de despedirla.
—¿Perdón? Por si no lo recuerda soy socia a la mitad, esa empresa me pertenece a mi tanto como a ti. Porqué después de estar de deudas hasta arriba yo fui la única que confió en ti, la única que apostó todo su patrimonio para que pudiera salir adelante con la empresa y la única que le echó la mano cuando la necesitaba. ¿Ahora me viene con que me va a echar? pues si piensas en eso al igual que me voy yo mi dinero también y así volverás a pudrirte en la mierda. Gracias a mi nuestra productora está saliendo adelante. Puse mis ideas. Así que piénseselo que va a hacer. —Dije más enfadada que de costumbre.
—En eso lleva razón señorita, pero déjeme decirle que ahora está triunfando y si te echo no pasaría nada de nada —Rió malévolamente.
—¿Como que no? me debería la mitad de lo que está ganando, la mitad del patrimonio. —Respondí firme.
Antes de invertir en la productora busqué información a cerca de todo para así poder tener una coartada por si ocurría algo.
No dijo nada más y colgó el teléfono.
Sabía perfectamente que todo lo que tenía lo iba a perder si decidía echarme. Sabía perfectamente que lo tenía cogido de los bajos y como insistiera se iba a ver otra vez en la ruina.
Terminé de preparar mi maleta y la cerré dejándola en una esquina, pues poco a poco la iría llenando.
Salí al comedor y allí estaba Missis preparando la comida, se me había pasado la hora volando, entre hablando y preparando las cosas.
—Buenas tardes ¿Cuando llegastes? —Me preguntó.
—Esta mañana.
No me hizo ningún interrogatorio,raro en él porque siempre se ponía demasiado pesado con eso. Supongo que sabrá donde pasé la mañana, ya que sabía dónde pasé la noche.
Preparó todo y comenzamos a poner la mesa.
Puesta nos dispusimos a comer.
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Ayúdame a olvidar (COMPLETA)
RandomDecidí irme con mi hermano mayor a la casa de la playa, para así olvidar todo lo que un día me hizo mal, para apartar aquellos turbios recuerdos que se reproducen una y otra vez. Al cerrar los ojos; el infierno de ese momento se repite. Así que po...