ROBOT || Yoonmin

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El olor a incienso era demasiado fuerte, sin duda uno de los olores menos favoritos del par de seres que se mezclaban a la perfección entre las personas. Tres hombres estaban sentados en el banco de hasta el fondo, el rubio ponía atención a las palabras que decía el anciano que vestía una túnica, al parecer todos veían importante cualquier cosa que estuviese diciendo; el de hombros anchos tenía una pierna cruzada donde apoyaba una pequeña libreta, estaba inclinado para poder dibujar de manera más cómoda; y por último, el castaño tenía una lucha interna por no quedarse dormido, su cabeza se ladeaba formando una circunferencia perfecta.

- No me convence - Jin dijo a sí mismo mientras pasaba su goma de manera violenta en su boceto, frunció el ceño viendo que su borrador había manchado un poco la hoja - Demonios - una señora volteó a verlo con cara de espanto.

Jimin volvió a ver a todos levantarse de sus lugares y decir palabras al mismo tiempo, seguía sin entender del todo - Seokjin, ¿qué dicen?

- Mmm no sé muy bien, por desgracia no fui criado en una familia católica - explicó sin levantar la mirada de sus dibujos - Pregúntale a Namjoon, él ha estudiado varias religiones sólo para poder compararlas y refutarlas frente a la ciencia.

- ¿Por qué ese señor lleva un vestido? - preguntó justo en el momento que la cabeza de Taehyung caía hacia atrás y su boca se abría completamente.

- Es una bata - explicó el mayor - Digo, una túnica, la usan por qué los hace sentir superiores o qué sé yo.

Jimin suspiró, se sentía un poco estúpido al ver a niños que seguían a los adultos y él no tenía idea de lo qué pasaba ahí. De un momento a otro, todos estaban arrodillados en silencio.

- Están orando - susurró Jin al suponer que el rubio tendría duda, lo conocía a la perfección puesto que aún seguía concentrado en sus bocetos.

Jimin sabía lo que era orar, pero consideraba mejor el meditar. Para no estar muy fuera de lugar pensó que sería prudente si él meditara, hasta que en medio de todo el silencio se escuchó un fuerte ronquido que hizo eco en el templo.

Todas las personas se giraron a verlos, incluso el sacerdote había levantado la mirada.

- Taehyung sigue siendo ruidoso - Seokjin dijo riendo sin darse cuenta de que los miraban.

- Disculpe, me parece una falta de respeto, si su amigo va a estar dormido será mejor que se retiren.

Finalmente el mayor levantó la mirada al sentirse observado, se sobresaltó al ver literalmente a toda la comunidad viéndolos - Oh, bueno - rápidamente dio un codazo al castaño para despertarlo, ciertamente no pertenecía a una religión pero sabía perfectamente cuando se les faltaba al respeto - Espero disculpen a mi amigo, ha tenido días difíciles, si no pueden hacerlo espero que diosito pueda - dijo honestamente.

- ¿Acaso se está burlando?

- ¿Qué? - preguntó un poco ofendido.

- ¿Vienen a dormirse en plena misa y luego se burlan del nombre de nuestro señor?

- Ya no sé qué los ofende, carajo - se quejó entre dientes.

Las quejas siguieron y Seokjin se rindió, no se iba a rebajar a contestar las cuestiones de las personas que los juzgaban como si fueran los peores criminales en la vida.

- Oigan, guarden silencio, estamos en una iglesia - Seokjin frunció el ceño al escuchar a Taehyung hablar, pero quiso estallar en risa al verlo de rodillas igual que los demás, al castaño se le daba muy bien hacer enojar a la gente y era notoria que disfrutaba de esto.