Siete

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Recogí las hojas llorando, me levanté y me fui. Quedé sola, que impotencia, que bronca, desilución, ¿ A dónde iba a ir ahora? Era más que obvio que esa terapia no hacía más que destruire y yo no iba a permitirle que te siguiera tratando así.
Llegué a casa decidida a no mandarte más a ese lugar, la psicóloga no me dio ni siquiera lugar al reclamo, ni me dijo: "Dejame ver, lo voy a tener en cuenta", no sé, me hubiera dicho: "Si, conozco del tema de los niños transgénero, pero no es el caso de tu nene", qué sé yo, algo, algo coherente por lo menos.
Esta semana fuimos por última vez. Fui a dar la cara con mi psicóloga, la tuya y la de tu hermanito.
Mi psicóloga me dijo que no tenía que molestar a tu psicóloga nunca más si yo tenía angustia por algo. Que lo hablara con ella. Se habían puesto de acuerdo, supongo. Yo solo le traje una inquietud sobre mi hijo y si no lo hablo con ella, ¿Con quién? Es ella la que está viéndolo y mi angustia era sobre mi hijo. Evidentemente, no era el lugar apropiado. Ese mismo día me despedí de las tres "profesionales"
Tu psicóloga nos citó a papá y a mí para darnos el cierre de esos seis meses de tratamiento. No nos dio nada por escrito, ningún informe. Solo nos dijo que vos eras hermoso, que sabías compartir, que eras muy inteligente y que también eras varón, solo que te faltaba ese pequeño empujoncito para aclararlo.
Ni siquiera le contestamos con tu papá. Nunca más volvimos a ese lugar.
Con tu papá hablábamos demasiado sobre este tema para ver de que forma podíamos continuar, yo estaba decidida a no castigarte más, a dejarte jugar como vos lo desees y con quien quieras, basta de verte llorar, basta de ver como ese pelito hermoso se caía casi por completo, basta de sufrimiento para vos hijo. Basta
Papá no sabía bien que hacer, él quería que jugaras en casa, solo, sin que nadie pudiera verte. El sintió tu dolor, presenció tus crisis y veía como de manera instantánea el solo hecho de usar una pollera cambiaba tu vida por completo, pero de igual manera estaba perdido, no sabía muy bien como reaccionar ante eso, creo.
Hablamos con la familia, comenté acerca lo sucedido, entre todos tratamos de ser más compasivos, pero de igual manera, necesitábamos ayuda profesional...

Yo nena, Yo princesa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora