Capítulo 2

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Respondo una o tres llamadas mientras espero a qué él señor Harold despache a Travis.

Buen día oficinas del señor Harold Peltz, saluda su secretaria en qué puedo ayudarle? – preguntó animadamente.

Buen día, Hija cómo estás? Necesito albergar una cita con Harold – dice mi padre al otro lado de la línea.

Claro, déjame revisar cuando tiene libre – respondo mientras busco un lugar para hoy en la agenda de Harold – hoy a las 3 pm estará libre por media hora te sirve? – propongo.

Si, sólo pasaré a saludar tranquila por cierto Isabel preparaba un almuerzo el domingo necesito qué estés presente – dice serio.

Suspiro…

Está bien, ahí me tendrás hasta luego pasa un buen día – me despido.

Damián el cuál estaba intrigado con algo de su celular me ha visto fijamente mientras hablaba por teléfono.

Mi padre es un amigo de infancia del señor Harold, aunque sólo él sabe de dónde provenga pués mi padre tiene su propia empresa.

Mi relación con él es bastante distante, aunque él es cariñoso conmigo yo no lo soy.

Cuando mamá falleció a mis 17 años por cáncer me emancipe de él y empecé a estudiar Admon de empresas, pués se qué cuando él falte me tocará ocuparme de la empresa.

Pero debido a eso me fui de casa y empecé a vivir en uno de los pisos qué mamá compro cuando yo tenía 16 años pués faltaba poco para yo iniciar en la Universidad.

Papá en cambio se dedicó a la empresa hasta qué llegó Isabel su ahora esposa. Ella es una buena persona y me agrada pero a como dije no me llevo mucho con ellos.

Mi padre siempre busca cómo hacerme entrar en razón para qué trabaje en su empresa pero quiero lograr experiencias diferentes por mi propia cuenta.

Así qué debido a eso hace 6 meses trabajo para está empresa. Un mes luego de graduarme obtuve varias ofertas de trabajo pués algunas empresas saben de quién era hija.

Rosie dile a mi hijo qué entre igual a ti – dice él señor Harold por la línea de teléfono privada.

Claro, ahora mismo – respondo y seguido tomó mi tablet.

Joven, su padre le solicita – digo dándo la espalda luego de terminar la frase y así caminar hasta la oficina.

Bien, Travis puedes retirarte me traes el informe qué te pedí – dice el señor Harold cuando entró.

Claro, con su permiso pase buen día – se despide Travis.

Hasta luego Travis – dice el señor Harold.

Hasta luego, Rosie – dice coqueto Travis.

Sonrió en respuesta y camino hacia las sillas frente a mi jefe.

Su hijo por el contrario se sienta en el sofá qué está en el lado izquierdo de la estancia.

Rosie, dime qué tengo para hoy – pide amable el señor Harold – siéntate.

Hago lo qué me dice y desbloqueo la tablet.

Tiene una reunión a las 9 con los inversionistas nuevos, un almuerzo con Prince, Una cita a las 2 con su madre – digo sonriendo.

Gracias, puedes agendar una cita con Marlene hoy a las 3 – ordena.

Me temo qué No, tiene agendada  una reunión con Ray Sierra – digo revisando la última cita plasmada a esa hora.

Oh, bueno supongo vendrá a avisarme del almuerzo del domingo – comenta para sí el señor Harold.

Seguro – respondo suspirando pesadamente.

Bueno, déjalo para hoy a las 4 – dice y yo tomo nota.

Está bien, algo más? – preguntó.

No, puedes retirarte – dice y yo sonrió en respuesta.

Me levanto con toda la gracia de modales qué me enseñaron por más de 5 años en las clases de señoritas del Instituto.

Con su permiso – digo antes de salir.

La mañana pasa tranquila sin imprevistos.

El señor Harold ha salido hace unos 20 minutos hacia el almuerzo qué tiene previsto. Mientras yo aún sigo esperando mi hora de almuerzo faltan 10 minutos nada más.

Estoy terminando de revisar y tachar todas las cosas qué debo terminar el día de hoy. Cuando recibo la llamada de Julio un buen amigo.

Julio llamada.

Hola preciosa – saluda.

Hola querido – saludo.

Irás hoy? Es viernes – dice y puedo percibir la sonrisa qué tiene.

Si, necesito sacarme el estrés de toda la semana – respondo con sinceridad.

Bien, paso por ti o llegas? – pregunta.

Llegó yo pero acuérdate de llevar las máscaras qué te pedí – digo sonriendo cómo niña pequeña.

Si, donde te veo para entregartelas? – pregunta.

En el parqueo, a las 7:50 vale? – propongo.

Me parece, hasta entonces guapa – dice coqueto.

Vale guapo hasta luego – digo sonriendo.

La llamada termina justo cuando aparece Damián. Veo la hora en la computadora. Hora de almuerzo para mi.

Tomó mi bolsa mientras meto mi móvil, y sacó los auriculares por completo de mi cabeza. Bloqueo los equipos y guardo todo lo innecesario en el cajón adjunto del escritorio. Pongo llave a todo y salgo de la comodidad de mi silla.

Damián habla hasta verme de pie y supongo sabe qué me voy.

Necesito un almuerzo, traeme un especial del restaurante qué está frente a la empresa – dice y yo frunzo el ceño.

Lo lamento joven, pero no soy su secretaria además estoy fuera de horas laborales, así qué con su permiso hasta luego – digo pasando por su lado pero me detiene tomando mi brazo.

Te Di una orden no te pedí una explicación, lo ordenó lo haces ok? – pregunta y puedo oír su tono enojado.

Ya te he dicho no soy tú empleada directa así qué sueltame – digo con brusquedad.

Me suelto de su agarre con un movimiento fuerte y camino hasta el ascensor el cuál tomo sin dudar.

Camino hasta el restaurante frente a la empresa ese donde Damián pidió qué le llevase su almuerzo.

Lo habría hecho pero su forma de hablar, prepotente, mezquino y egocéntrico lo jodio así qué no lo hago.

Al contrario pido mi especial para llevarlo y almorzar en la recepción cómo varias veces hago.

Salgo minutos después con mi comida y me encaminó hasta mi piso de trabajo.

Al llegar veo a Damián sentado en la recepción paso de él y pongo la comida en mi mesa. Camino hasta la cocina imprevista y busco el plato qué ocupo para almorzar aquí.

Camino de regreso a mi lugar. Sirvo mi comida en el plato y empiezo a comer mientras veo cosas en Instagram.

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