Capítulo 18

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Veo a Damián todo desaliñado, con la corbata desaparecida, camisa suelta por fuera de sus pantalones, sin zapatos!

Oh Dios qué pasaría con él?

¿Damián que haces aquí? ¿Y a estás horas? – pregunto fríamente.

Necesito hablar contigosh – arrastra las palabras está borracho.

No es momento ni lugar ni hora vete a tú casa – gruñe Julio.

No me iré hasta hablar con ella no contigo gilipollas – responde firme Damián.

Julio dudó qué se vaya déjame hablar con él – digo vacilante ideando un plan.

Julio bufa en repuesta y yo sonrío hacia él nerviosa.

Damián pasa pero deja de hacer tanto escándalos si? Comportate – digo tratando de sónar tranquila.

Bien – responde Damián y torpemente entra al piso.

Lo ayudo a sentarse en el sofá más cercano. Expulsa un olor de algún whisky caro y fuerte.

¿Porqué vienes a estás horas? – pregunto amable.

Yo necesito hablars constigshos – responde arrastrando las palabras.

Julio bufa exasperado.

Vete a descansar yo me encargo de él vale – propongo a Julio.

No – responde serio.

Ve, buscaré que hacer con él – digo vacilante.

Me avisas cualquier cosa – bufa Julio.

Si ve – digo sonriendo.

Julio se va, se ve cansado. Veo a Damián está por quedarse inconciente.

Ven – digo ayudándole a levantarse.

Lo llevo a mi cuarto y lo dejo en el baño. Salgo en busca de una toalla y algo de ropa.

Lo desvesti rápidamente tratando de no verle mucho. Aunque tiene buen físico no es muy mi tipo.

Tú eres muy bonita. – comenta mientras me ve.

Shhh – digo bajo.

Luego de ducharlo con agua fría lo vestí con una pijama de Julio aunque le queda algo pequeña se ve gracioso.

No te duermas – le digo mientras le seco el cabello.

Mamá solía bañarme de pequeño – murmuró en respuesta con la voz baja.

La mía también – comento distraída.

Vamos debes dormir ya mañana hablaremos – digo sonriendo y levantando la toalla usada.

Si bien mi piso es grande no tengo el tiempo suficiente para mantener la otra recámara lista para visitantes. Así qué decidí acostar a Damián en mi cama.

¿Te vas a ir? Como todas – dice entre dormido.

No, solo iré a dejar las toallas – respondo cansada.

Dejo todo en su lugar y me encargo de abrigar bien a mi acompañante nocturno. Y luego hago lo mismo conmigo.

Estoy casi dormida cuanto siento uno de los brazos de Damian rodearme la cintura y escucho murmurar algo que debido a mi estado de sueño no comprendo del todo...

Me despierto porque estoy con calor demasiado calor. Es sábado no debería haber demasiado calor o si?.

Abro un ojo y luego el otro parpadeando hasta acostumbrarme a la luz que entra por la ventana.

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