Capítulo 2. (Perspectiva de Rubius)

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-¡DESPIERTA, COÑO!

Salí disparado de la cama, y caí , Mangel se rió ante la escena.

-Mierda, ¿qué COÑO te pasa a ti?

-Son las 11:00 am y sigues dormido

¿Enserio?, Mangel, 11:00 am es muy temprano.

-¡Pero coño, ten un poco de sensibilidad! me has asustado hasta la puta madre

-Jajajaja, perdón tío, ahora levántate.

Estiré los brazos y solté un suspiro somnoliento.

-¿Desde hace cuánto que estás despierto, qué has hecho?

-Fuí a la repostería...

-¿A la QUÉ?

-Repostería, rubius, pasteles

-Oh, eh mmm ¿bien, y me lo dices porqué... trajiste algo para mí?

-No es tu día de suerte. Sólo traje un regalo para la nueva vecinita

-¿Estamos hablando de la loca de ayer?

-Ssssí

-Ah, vaya tía eh

-Oh, vamos, tenemos que admitir que le dimos una mala impresión como vecinos. La música estaba muy fuerte, y, era un poco tarde

Bajé a la cocina con Mangel, tomó el pequeño panqué, le quitó el empaque y lo puso en una charola para preparar panqués.

-Creo que esto ya está cocinado, ¿no, Mangel?.-solté una risita-

-Lo sé, rubius

-¿Y por qué lo pones ahí?

-Así creerá que yo lo he cocinao

-Ah, mira, que...

-Vamos

-¿A dónde?

-A entregarle la disculpa hecha panqué a la vecinita, ¿a dónde más?.

-Pero, estoy en pijamas tío... bueno, vale, así voy, no importa.

Salimos de la casa, ahora estábamos frente a la puerta de la  N E U R Ó T I C A.

Miré a Mangel y él se acomodaba el cabello.

-Oh, vamos, Mangel

-¿Qué?

-Nada, nada.-rodé los ojos

Tocó el timbre, y 5 minutos después, con la pijama aún, y ojeras, la  N E U R Ó T I C A atendió a la puerta.

Esta es de las mías.

-¿Sí?

-Buee...bueno, amm.

Decidí hablar en lugar de Mangel.

-Mira, queremos ser buenos vecinos, y te hemos preparado... ammm... esto.-señalé el panqué-y perdón por la música. Acepta esto.

Sonrió torcidamente.

-...¿no está envenenado o sí?

-¿Qué?, no, no...

Sonrió

-¿Quieren pasar?

-CLARO, claro.-dijo Mangel ya con un pie dentro de la casa

-Supongo.-asentí.

Sonrió y cerró la puerta después de que entramos.

-Bueno, hay... un poco de desorden, me he mudado ayer y no me dió el tiempo suficiente para... acomodar.

-Te ayudamos.-el lado colaborativo de Mangel despertó.

-Sí, claro-dije en tono sarcástico.

ESPERA, ¿QUÉ?

-NO, NO, HE QUERIDO DECIR QUÉ...

Mangel me tapó la boca lo más rápido que pudo y completó mi frase.

-Él quiere decir, que estaría muy encantado de ayudarte.

-Vale.-soltó una risita- Ustedes dos son muy raros.

Mangel soltó una risita.

Roté los ojos.

¿ES  EN SE RIO?.

-No tienen que hacer mucho, solo mover esas cajas al garaje, eso sería de mucha ayuda. Llevé unas ayer, pero no terminé-señaló unas 24673078627087183787467726463 cajas-.

-Vale.-Mangel sonrió como tonto.

Cogió una caja mientras yo seguía cruzando miradas con _______. Tengo la ligera sensación de que no nos agradamos.

-¡RUBIUS!.-gritó Mangel y fui a ayudarlo en seguida.

Bajamos al garaje.

-¿Qué mierda tiene en estas cajas?.

-No sé, no sé.

-Seguro que después de esto no te va a negar el whatsapp eh, mangel

-Basta, lo estamos haciendo por caballerosos

-Esto pesa cómo la mierda, además hay más de un millón de cajas que tenemos que bajar todavía.

-Ya, tampoco son tantas, aprende a contar

-¿Qué tendrá aquí?

-No sé.-puso la caja en un estante-no revises.

-Pues, querido Mangel, la curiosidad venció al gato.

Abrí una de las cajas.

-¡ESTA TÍA SÍ QUE ES RARA!

-¿Qué, qué... QUÉ ES?

Reí.

-Nada tío, lo normal.

-¿Ósea?

-Sólo... lámparas... y... no sé que mierda más, nada... interesante.

Dejé la caja en la estantería y después de bajar más de un millón de cajas, acabamos.

-Vale, todo hecho, ¿en dónde se metió la vecinita?

-No sé, rubiuh ... estoy exhausto

Reí,  subí las escaleras, la puerta de su habitación estaba abierta.

¿Toco?, ¿o no toco?... está abierta 

No toqué, sólo la abrí un poco más.

Abrí y la tía estaba cambiándose la pijama, estaba en ropa interior.

-AAH, ¿QUÉ COÑO?


Tú no me quieres. (elrubiusomg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora