Capítulo 50 (Perspectiva de Rubius)

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Estaba viendo tv junto a Mangel, todo estaba aburrido.

-¿Quieres jugar?

hace tiempo que no jugaba.

-¿GTA?

-Seguro.

prendió la play y jugamos una partida.

Ya no me llamaba la atención como antes, estaba aburrido, y casi me quedaba dormido.

No había pegado el ojo en meses,  dormía tarde, despertaba temprano, todo era la misma rutina.

Llegó Majo.

-hey, apaguen la play, necesito contarles algo.

dejé el mando en la mesa y Mangel también.

-¿Qué pasa?.

Yo no tenía ganas de nada,  así que ni siquiera me moleste en preguntarle que pasaba.

-Es _______.

Mis sentidos comenzaron a funcionar de nuevo, esboze una pequeña sonrisa sin querer, todo en mi parecía tener sentido de nuevo, y te juro, que en ese momento no podía ver mis ojos, pero los sentía húmedos.

iba a llorar de tanta emoción.

Me sentía como en otro mundo, mareado, desubicado... pero feliz.

-La encontré hoy.

-¡¿En dónde,  en dónde?!.-Estaba muy emocionado.

-Ruben, es que... la encontré saliendo de un establecimiento de... vestidos de... novia.

"novia"

esa última palabra se sintió tan... dura.

-ah... entonces... significa que... ella.. ¿se va a casar?

Mangel me miró,  me dio una pequeña palmada en la espalda y luego ambos me abrazaron.

-Mangel, Majo... estoy bien, no. No es para tanto.

-¿seguro tío? , te conozco de años y...

-Si, Mangel.

subí a mi cuarto.

tomé a Raspaberry en brazos.

3... 2... 1...

¡Anda,  llora, te mueres por abrazar esa almohada y mojarla con lágrimas!

Traté de hacerlo, por qué sentía diversos sentimientos acumulados en mí,  era frustración... tristeza,  me sentía tan impotente en ese instante. Impotente porque claro, no podía hacer nada.

Le dije a Mangel y a Majo que saldría,  iría a ver a Joss.

Llegué finalmente a su casa, y me abrió,  primero con cara de ahmiraquesorpresa  y después como mirarías a cualquier amigo.

-¿Quieres pasar? .

-Si.

Entramos a su casa,  me invitó a su comedor y me sirvió una taza de té.

-Gundersen, ¿Qué ha pasado?.

-_______.

-¿______?, ¿Qué ha pasado con ella?.

-Nada. Es por eso que... estoy en éste estado. En ésta depresión de mierda.

bebi un poco de té, el cual casi quema mi lengua por lo caliente que estaba.

-Lo entiendo.

-Si... supongo... que ya has de saber.

-¿saber qué?

-que...olvidalo... mejor, dime que ha pasado contigo, ¿Cómo has estado?.

-bien, bastante bien.

-oh... ya veo.

le di otro sorbo a mi taza de té.

-No me gusta verte así.

-¿Así como?.-respondí.

-Tienes ojeras... tu voz se oye más lenta y ronca que de costumbre... ¿Estás bien, Rubén?.

-Si, he estado un poco distraído, nada más.

-Es por _____; he de suponer.

-Pues sí,  si Joss, es por ella.

-¿Sabes a dónde vive?

-La tierra se la tragó de nuevo.

-haré algo por ti.-me sonrió.

tomó su movil, marcó un número,  llamó, anotó una dirección en un pequeño papel y luego se despidió.

Au Revoir.

-Mira.

me dio el papelito.

-¿Qué?.

-Esa es la nueva dirección de _______; ahora ve por ella.

le sonreí a medias.

Pero, no iba a cambiar nada, no iba a evita que se casara, pero aún así necesitaba verla y mejorar mis ánimos.

Conduci hasta la dirección;  ésta vez era una casa color azul pastel de un solo piso.

toqué.

Ella me abrió,  la sonrisa se le borró de la cara al instante.

-Hola.

-Ho... la... creí que...

-¿Qué no me volverías a ver?, pero mira, aquí estoy _______... soy real.

Era la rutina de siempre,  me invitaba a pasar y nos sentabamos en el sillón,  me ofrecía algo y yo decía que no.

lo mismo, una y otra vez, ya estoy cansado.

-Oí que te casaras.

-¿Majo?.

no contesté.

-Como sea... felicidades,  supongo.-traté de fingir una sonrisa... ¿cuando es?.

se comenzó a reír.

-El... 25 de octubre,  supongo.

-¿En 3 meses?, ah... que pronto...

-Estás invitado.

¿Eh?, perdón,  perdón,  perdón,  ¿me estaba invitando a SU BODA?.

-Ah.

-Si, te espero ahí.

tomó un post-it y anotó la dirección,  hora y fecha.

-Serás... la novia más perfecta que... haya pisado una iglesia.-Mi cumplido sonó muy seco.
Como una línea ensayada, como algo que ya estoy acostumbrado a decir, como un empleado de Mc Donnalds recitaria el menú del día.
Como un robot. Sin sentimientos. Con el corazón roto.

Lo dije con amargura, con dolor, no saben cuanto me costó decir esas palabras sin que me hirieran.

era difícil,  si, y tenía que aceptarlo, también.

Tú no me quieres. (elrubiusomg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora