Capítulo 41 (Perspectiva de __________)

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Llegué a España,  le hice la seña a un taxi para que se detuviera; le di la dirección.

la canción seguía en mí cabeza mientras recordaba a Ruben, cada parte de él,  su forma de ser, su sonrisa,  su voz... es que sí no lo olvidaba, iba a morir en el intento.

-Señorita,  ¿aquí? .

desperté de mis pensamientos

-si.

me dejó frente a mi casa,  baje mi maleta de la cajuela, saqué mis llaves y metí la maleta a mi cuarto.

toque la puerta de Mangel, esta vez me abrió él.

-¿Qué pasó con Rubius? .

-nada, por eso es que estoy tan mal.

traté de sonreír, mi sonrisa falsa se borró de inmediato y abracé a Mangel.

-Me dijo que no me amaba, me rechazó de una manera tan horrible,  Mangel, no puedo con esto, no puedo.

mi voz fue decayendo y sentía las lágrimas frías por mis mejillas y cayendo lentamente hacía mis labios.

-Él no quiere saber nada de mí,  nada.

lo abracé aún más fuerte, Mangel era una de las únicas personas que me quedaba, o tal vez, él era el único.

-me odio.

me separé de él y me limpié las lágrimas soltando un pequeño suspiro.

-¿Quieres pasar a tomar un té o algo?

asentí.

pasamos, me senté en el sillón y él llegó enseguida con dos tazas de té.

-Gracias.

-De nada, pero, cuéntame,  ¿que pasó allá?

-fui a su casa, pregunté por él,  cuando salió me dijo que... que había sido inútil y en vano mi visita, que regresara a España y desapareciera de su vida; Mangel, me sentí tan... mal.

dejó su taza de té en la mesa y me abrazó.

-Lo haré.

-¿eh?

-Mangel, me iré de aquí,  tal vez vuelva a París,  no sé; ya no quiero estar aquí,  no más,  no más.

-¿Cómo que te vas?

-Me voy del vecindario...

le di un último abrazo.

tomé mi móvil,  llamé a mi papá

-Papá

-¿si?, hija, ¿como estás?

-papá,  no tan bien... la pequeña casa que me compraron... es muy espaciosa para mí sola, sólo llamaba por qué...

-yo me encargo.

-¿puedes?

-todo por ti, hija, mañana te aviso, ¿te parece?.

-sí.

colgué.

-me voy, Mangel.

-seguiremos en contacto, ¿no?

-claro que sí; tienes mi número,  yo el tuyo... y tendrás mi nueva dirección,  por supuesto.

sonrió torcidamente.

-prometeme algo.

-¿Qué?

-Si Ruben llega a preguntar alguna vez por mí,  por qué... se que llegará a hacerlo... dile que me fui, y que no sabes absolutamente nada de mí,  dile que me esfume, eso es lo que quiere, de todas formas.

-lo haré.

-gracias.

le di un beso en la mejilla, fui a mi casa, no tenía apetito,  sólo comí una manzana y me fui a dormir, así,  sin ducharme, ni desempacar.

No tenía ganas de nada, y no, no iba a hacer nada, sólo desaparecer para siempre, y olvidarme de lo que había pasado.

Justamente así hice con Alejandro, así que, ¿que más da?; ya nada importaba.

Tú no me quieres. (elrubiusomg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora