🐈Capítulo 3🐆

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P.o.v. Levi.
[...]

Mí Omega era la persona más hermosa que había visto.
Pero verlo así, dormido con unas horribles manchas grises bajo sus ojos y conectado a bolsas de suero, me partió el alma. Ahora entiendo el porqué me había sentido así. Maldiciendome a mí mismo por no buscarlo como se debía.

En ocasiones salía a las frías calles de Alemania para ver si tenía la suerte de encontrar a mi destinado, pero siempre fallaba.

Y ahora que lo tengo de frente, y en este estado, me siento...

— "¡inservible!".– La bestia tenía razón, así es como me siento en este instante. "Confortalo ".

Me senté a su lado.
Acercando mi rostro para así poder aspirar más su dulce aroma.

No pude resistirme y lo tomé en brazos, teniendo absoluto cuidado para no lastimarlo debido a que está conectado.
Fuí olisqueando su cuello, rozando con mi nariz la tersa y suave piel de Mí omega.

Me tomó por sorpresa el que pasara sus delgados y cálidos brazos por mi cuello. Pensando que había despertado me fijé en su rostro, comprobando que aún seguía dormido.

Apreté más el agarre sobre mi cuello, froténdose en esa parte.

— menta, me gusta.– Dijo entre murmullos, pero que escuché claramente. Su olor fue incrementando, extaciando a mi bestia interior.

— ¡" Tómalo"!

Maldita sea, justo hoy. ¿Es encerio?.
Maldito animal interno. No cabe duda que me odias.

"oye, lo acabamos de encontrar, después de tanto buscar es obvio querer marcarle, imbécil ".– reclamó mi alfa.

Fuí dejando con cuidado el cuerpo de mi Omega sobre la camilla.

Aunque al principio no quería soltarme, pues parecía un koala, demasiado tierno.

Tenía que salir rápidamente de aquí, pues mi celo se estaba haciendo presente y quería hacer las cosas bien antes de lanzarme a mí Omega, y menos en esta situación y en ese estado en el que está.

Tomé el picaporte de la puerta dispuesto a irme, cuando escuché esa voz que ya había escuchado antes en mi cabeza, pero ahora era real.

— mi alfa.

Y giré para ver a mi Omega sentado. Unos hermosos ojos del color de una joya, esmeraldas. Tenían cierto brillo, volviendolos hipnotizantes, llamándome a ir a su lado.
Sus mejillas algo sonrojadas y sus labios de un tono rosa y entre abiertos. Sin duda alguna, la imagen más tentadora y bella.

— "Tómalo".

Me giré hacia la puerta listo para salir, antes de que mi instinto me hiciera cometer una locura.

Pero un sollozo hizo detenerme. Volví mi mirada con mi Omega.

Estaba llorando.

— no..te vallas..no me..desprecies..no tú.– dijo entre sollozos mientras bajaba la mirada.

Que idiota soy.

Con todo y mi auto control me fuí acercando, tomando con ambas manos sus mejillas para que alzara su mirada, para poder ver de nuevo esos hermosos ojos, que ahora por mi estupidez estaban opacados con esas feas lágrimas.

Me dí un golpe mental. Al menos le hubiera dejado una nota para que supiera de mi.

— no..me dejes.

— no lo haré.– dije con determinación, mientras lo abrazaba, sentándome a su lado.

Lo levanté un poco para acomodarlo en mis piernas, enterrando mi nariz en su cuello y volviendo a aspirar su aroma, lo que hizo que se estremeciera y se aferrara más a mí.

Control. Tenía que tener control.

— gracias..

— Levi..ese es mi nombre. Mi Omega.

— Eren..mi alfa.

© ᝨႮ ℳⅈ ⌾ℳℰℊᗅ Ⓨⓞ Ⓣⓤ ⒶⓛⓕⓐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora