🐆Capítulo 14🐈 (🔞)

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Pov

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Pov. Omnisciente.
[...]

Levi llevó a su Omega hasta la habitación, dejando atrás a una castaña algo preocupada que decidió mejor ir con su pareja.

En el camino, las empleadas Betas que vieron la escena del alfa cargando al pequeño les sorprendió.

Pero lo que más les llamó la atención, fué que el azabache sólo llevaba una toalla enredada en su cintura, dejando ver todo lo demás. Estaba muy bien dotado.

Afortunadamente no se le cayó la toalla, sino, las betas ya habrían tenido un derrame nasal.

Una vez llegado al cuarto, Levi deposita con la mayor delicadeza posible a Eren sobre la cama.

Después se da la vuelta y atranca la puerta corrediza con el buró.

No quería interrupciones.

Volteó de nuevo hacia con su Omega, quien lo esperaba con los brazos abiertos llamando a su alfa. Bendita imagen celestial y seductora a la vez.

A grandes zancadas llegó hasta él y lo abrazó,  olfateando el aroma dulce y atrayente a celo que desprendía su Omega.

Era como atraer abejas a la miel.

En este momento Levi agradecía que sólo ellos estuvieran junto con las betas, de no ser así, hubieran tenido inconvenientes con un alfa que hubiera estado por allí. Aunque claramente, Levi se habría enfrentado como todo un animal salvaje para proteger a su pareja.

Besó su cuello y acarició la espalda baja de Eren, éste por su parte, jadeaba cerca del oído del leopardo excitandolo aún más si es posible.

Levi se sentó y levanta al ojijade para que se pusiera a horcajadas sobre él, provocando con la acción, que el trasero de Eren rozara con el miembro ya despierto del azabache.

Ambos se fundieron en un beso lujurioso, sus lenguas danzaban, sus cuerpos estaban calientes, sus respiraciones aceleradas, el ritmo de sus corazones marcando un paso frenético. El ambiente en sí, estaba muy caliente, necesitado pero sobre todo había amor y deseo.

El mayor sin dejar de besarlo, lo fué recostando sobre las sábanas y recorrió con sus manos el cuerpo del contrario.

Levantó su pierna derecha, besando y repartiendo caricias sobre sus muslos, recorriendo con su boca cada extensión de piel hasta llegar a los pezones rosados y erectos del castaño, los lamió, mordisqueó y succionó un poco.

Baja sus manos hasta la delgada cintura de su Omega, dando sutiles caricias, el contacto de las manos de su alfa hacían estremecer al chico.

El leopardo llegó hasta el calzoncillo corto y ajustado de Eren, metió sus dedos en el borde de la prenda con la intención de quitársela.

Eren se tensó. El alfa lo nota y sonríe ladino.

Se irguió y fue desenrollando la toalla de  su cintura.

© ᝨႮ ℳⅈ ⌾ℳℰℊᗅ Ⓨⓞ Ⓣⓤ ⒶⓛⓕⓐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora