🐈Capítulo 9🐆

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P.o.v. omnisciente.
[...]


Cuando hubo por terminado la comida, pasaron a la sala para sentarse en los mullidos sillones. Eran dos grandes muebles frente a cada uno y una mesita de centro.

Levi y Eren se sentaron juntos y Karla junto Grisha, frente a frente.

Grisha durante la comida no había comentado nada.

Y Levi... Éste no había dicho nada durante la comida por que estaba esperando a que su suegro le preguntara las cosas.

Era hora de poner las cartas sobre la mesa, metafóricamente. por que obviamente no iban a jugar como mejores amigos, ni siquiera llegarían a eso... O eso puede llegar a cambiar en un lapso corto. Porque teniendo a Eren como hijo y pareja, suegro y yerno tendrían que llevarse bien.

— Bien. Es hora de ponernos serios.– habló Grisha con gran seriedad, mientras se cruzaba de brazos en un gesto imponente.— ¿qué intenciones tienes con mi bebé?.

— ¡papá!.– exclamó el ojijade, avergonzado por el honorífico de su padre.

— contesta.– sentenció, casi a tal punto de decirlo con la voz.—con la verdad.

Eren miró con atención a Levi. Éste por su parte no estaba ni siquiera intimidado, demostraba seguridad y confianza. Ya se esperaba venir eso, claramente él era una persona que se tomaba las cosas bien.

Y pasaría por encima de cualquier persona si era necesario.

— sólo diré, que yo amo a su hijo. Y no me importa lo que piense de mi, no tengo pensado dejar ir a mi razón de ser, mucho menos si se trata de usted.

La expresión que pusieron los tres fue épica, en especial la de Grisha, que de uno de asombro pasó a una de ira. Comenzando así sin darse cuenta, a expulsar feromonas un tanto amargas, queriendo tomar dominio e intimidar al alfa menor.

¡¡Mierda!!, eso había sonado tan bien en la mente de Levi, que no le importó soltarlo, adiós amistad papá suegro.

Sin embargo, Grisha mantuvo su postura recta, claramente enojado y frunciendo el ceño.

— pero que directo resultaste... ¿Quieres decir que no te importa nuestra opinión acerca de su relación?.– sonríe de lado en un gesto casi victorioso.

Eren se tensó un poco y comenzó a marearse por la testosterona de ambos alfas.

¡Rayos!, El ambiente estaba realmente sofocado.

Levi olió el aroma del Omega, comprendiendo que tenía que mantener el control.

Así que se relajó y procedió a soltar un aroma tranquilizador, un aroma a menta fresca y a madera. El castaño volteó hacia él y le sonrió agradecido.

— No es eso lo que quise decir. Claro que me importa su opinión, sino no estaría aquí. A lo que quiero llegar es que...– Suspiró, su mirada pasó a una tranquila pero a la vez seria, demostrando absoluta determinación.— Aunque ustedes, o todo el mundo se oponga a lo nuestro, no pienso alejarme de mi Omega, de MI Eren.

El castaño y Karla sonrieron con alegría. Los ojos de Eren tenían un brillo, que por un momento su padre flaqueó a la prueba y a la vez no prueba que le estaba haciendo al azabache.

Pero no iba a retroceder. El quería ganar para que no le quitaran a su bebé.

— ya veo. ¿Y si te dijera que no estoy a favor?.

La sonrisa de ambos castaño se desvaneció casi en su totalidad.

El gatito por inercia tomó la mano de Levi dándole un ligero apretón. Estaba nervioso.

El azabache miró al Omega y se inclinó dándole un beso en la frente.

Volviendo su vista a Grisha, con la misma determinación en sus ojos azules.
—pues le diría...que con todo y el pesar, me llevaré a su hijo.– contesté firme.

Ok, Levi no se rendirá, pensó Grisha. Así que iría por otro camino. Comenzando con preguntas personales.

— ¿cuál es tu forma?.– preguntó apoyando sus codos en sus piernas poniendo su cabeza en sus manos enlazadas en un gesto calculador.

Levi se sorprendió un poco, eso era algo personal para un cambia-forma. Sólo sus conocidos más cercanos sabían eso. Bueno, Hanji era una escepción, pues de tanto insistir le terminó por contarle. Y en un descuido le mostró su forma. Lo que la puso toda eufórica.
Y Eren. Pues él era su persona especial.

Y antes de que contestara el castaño se le adelantó.

— Levi es un leopardo, papá.–dijo con sus cejas enmarcadas en molestia, su padre ya se estaba pasando.

— ¿Ya lo has visto?.– pregunta.

Bien, la vez que había visto una característica de la forma de su alfa, había sido en su celo cuando se estaban besando, acariciando y oliendose el uno al otro. Sólo de acordarse se puso rojo.

— he..visto sus manchas un poco.– contesta  bajito, avergonzado. Agachando su mirada y colocando sus manos en ambas mejillas.

El rostro de Grisha mostró sorpresa. Pues las manchas de un leopardo aparecían cuando su lado animal estaba descontrolado; que era estar exitado o enfurecido.

Está bien, el azabache demostraba seguridad a su hijo, por lo cual no pudo ser lo segundo. Así que fué... ¡joder! Pues qué fué que hicieron para que el lado alfa se exitara para que mostrara un poco su apariencia. Grisha tenía que tranquilizarse.

A lo mejor estaba mal pensando las cosas. Su bebé no era de ese tipo de Omega.

Suspiró cansado e irritado. Para pasar a una sonriente maliciosa.
— ¿Nos muestras tu forma.?.–casi fue una orden.

De acuerdo, ahora si se estaba pasando.

— papá, ¡estás llegando demasiado lejos!.– reprendió Eren mirando a su padre con desagrado.— ya basta. Lo estás poniendo incómodo.

Pero Grisha no prestó atención. Mantenía su mirada en el azabache. — y bien, ¿ lo harás?.– repite, sonriendo.

Levi no contesta nada.

— Levi, no es necesario que hagas esto.– dijo Eren algo intranquilo.

El alfa no dijo más y salió de prisa del lugar.

El castaño se puso de pie, su alfa se estaba llendo.

— Al parecer no te tiene tanta confianza como para mostrarte su forma.– comentó Grisha, poniéndose de pie llendo hacia su hijo, quien lo vé enojado y triste, eso fué una apuñalada para el padre. Si fue demasiado lejos. —..bebé?

Los ojos de Eren comenzaron a aguarse. Grisha se sintió culpable.

Quiso abrazar al ojijade, pero éste se apartó.

Karla sólo veía a su esposo de manera reprobatoria... Pero de repente vió algo que no se esperaba.

Haciendo un ruido de sorpresa y llevándose las manos a la boca para no gritar. Miraba al frente..con gran asombro.

Padre e hijo voltearon a la dirección que lo hacía la mujer, quedando igual de sorprendidos.

Frente a ellos estaba un gran leopardo. Caminando con elegancia hasta pararse a unos metros de distancia.

Se sentó erguido, demostrando una absoluta fiereza. Su forma era realmente hermosa.

— le.. Levi?.– atinó a decir. El leopardo dió un asentimiento en forma de afirmación.

Eren a pasos lentos fué hasta el animal. Estando al frente de él, estiró su mano queriendo acariciar el pelaje del alfa. Levi bajó su cabeza, dándole a entender que podía hacerlo.

Ya con la confianza, pasó su mano por el suave y manchado pelaje del leopardo. Éste cerró sus ojos aceptando gustoso las caricias de su Omega.




© ᝨႮ ℳⅈ ⌾ℳℰℊᗅ Ⓨⓞ Ⓣⓤ ⒶⓛⓕⓐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora