Historia omegaverse -Riren- RESUBIDO.
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- porque yo siempre seré tú alfa.
- y yo siempre seré tú omega.
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- cambia-forma
- fluff
- romance
- hard
- cliché
- puede provocar diabetes.
- casi nad...
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Pov. Armin. [...]
Terminé la llamada y bajé a la cocina, donde mis padres y Michel comían.
Admiraba la fuerza de voluntad de Michel. A pesar de que no tuviera las ansias de siquiera probar bocado, lo hacía por su salud y para no despreciar las comidas de mamá.
No en comparación mía.
A penas comía algo.
La comida no me sabía a nada, me sentía lleno, pero lleno de dolor.
Sólo vestía un pans y una camisa de dormir a juego de color azul.
Había adelgazado algo en esos días. Tenía ojeras y mi piel y ojos se veian un poco apagados.
Mi madre me ofreció de comer spaghetti, estuve a punto de rechazarla, de no ser por la mirada suplicante de Michel.
Mis padres ya sabían de mi lazo roto. Cuando recién llegaron y me vieron en esa situación en brazos de Michel, quedaron asombrados.
Yo no pude hablar, Michel lo hizo por mi.
Intentaron comunicarse con Jean, pero no lo contactaron. Lo cual agradecí, no quería saber que aceptaba haber roto el lazo. Haberme sustituido. Aunque fuera la verdad.
Ya una vez terminada la cena, entre todos recogimos la mesa.
Me fuí al cuarto de baño y lavé mis dientes. A la salida estaba Michel y le dije que quería hablar con él.
Subimos al cuarto que tenía por habitación y nos sentamos en mi cama para platicar.
Al final terminé por decirle que regresaría a Alemania, porque tenía que arreglar mis asuntos.
En todo momento no me interrumpió o me advirtió. Si no que me dió consejos que me servirían.
Le di un abrazo y le pedí que me acompañara para decírselo a mis padres.
[...]
Ahora ya estaba en el aeropuerto. Esperando en una banca de metal a que mi vuelo saliera, vuelo directo a Alemania.
Vestía un pantalón de mezclilla, una camiseta blanca y una chamarra gris, con un gorro blanco de lana y mis convers negros, el día estaba un poco fresco.
Mis padres a duras penas me habían dejado ir, gracias a Michel ahora estoy aquí.
Mama y papa se quedaron a hacerle compañía, le dije que en las próximas vacaciones iría a visitarlo.
De mi maleta amarilla saqué un dulce de nuez y me lo comí para calmar un poco los nervios.
Tomé mi teléfono y le mandé un mensaje a Eren para avisarle que estaba en el aeropuerto, que dentro de 15 minutos mi vuelo saldría.
