🐈Capítulo 28🐆

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Pov

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Pov. Omnisciente.
[...]


Kuchel había llegado y no sola, venía acompañada de tres personas más, entre ellas la mamá de Eren.

Era un joven de pelo rubio cenizo, ojos grises, alto (un tanto más bajo que Levi) y de piel clara, un alfa.

Seguido, una muchacha de estatura bajita, de un llamativo cabello color rojo intenso, piel morena y unos lindos ojos verdes, una omega.

Pero la que llamó por completo la atención del gatito, fué una mujer.

Una omega idéntica a su alfa pero con sus facciones mucho más delicadas, un cabello largo y negruzco y distintos ojos, los de ella eran de un tono gris metálico, era hermosa.

¿Pero por qué su madre había llegado con ellos?

Kuchel en cuanto vé al gatito se le iluminaron sus orbes, así que a grandes pasos llega y lo abraza, restregando su mejilla en la contraria.

Típico de los gatos.

La mujer parecía emitir leves ronroneos al igual que el castaño.

El aroma que desprendía la mayor era relajante, era un olor a rosas y azucenas, y reconfortaba al embarazado.

— Encantada de conocerte mi querido yerno.– le sonríe mientras le daba un beso en su frente.

— igualmente, suegra.– regresa el saluda con una sonrisa y un sonrojo de por medio.

— oh no que vá, a mi dime mamá.

— de acuerdo.– aceptó tímidamente.

Los otros dos desconocidos se acercaron y saludaron al omega.

El joven se llamaba Farlan y la omega Isabel. Ambos eran como familia lejana de los leopardos.

Y habían persivido el aroma de Omega en cinta que emanaba el gatito.

Aunque cuando el alfa saludó de la mano a Eren, le miró de una forma algo coqueta. Por consecuencia Levi le gruñó al individuo y tomó disimuladamente al gatito pegándolo a su cuerpo y acariciando su vientre.

Al parecer los primos no se agradaban del todo, ya que los dos parecían matarse con las miradas de odio.

Karla se acercó a kuchel y puso su mano en el hombro.

Todos tomaron asiento
en los sillones de la sala para entablar una conversación amistosa y el poder conocerse mejor.

Los invitados enfrente en un mueble ancho y la pareja en uno de doble capacidad.

Kuchel no paraba de sonreír, se sentía sumamente contenta y dichosa el poder conocer a la pareja de su único hijo.

— emmh...mamá.– llamó Eren, obteniendo la atención de ambas madres, con un poco de incomodidad el gatito carraspeó su garganta.— mamé kuchel, ¿se conocen?.– apunto a Karla.

© ᝨႮ ℳⅈ ⌾ℳℰℊᗅ Ⓨⓞ Ⓣⓤ ⒶⓛⓕⓐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora