© ᝨႮ ℳⅈ ⌾ℳℰℊᗅ Ⓨⓞ Ⓣⓤ Ⓐⓛⓕⓐ

🐈Capítulo 20🐆

Pov. Omnisciente.
[...]

Levi ya estaba con Eren, mientras estaban acostados en la cama del castaño y el leopardo le hacía mimos, acariciaba sus cabellos y le daba suaves masajes en la espalda. Tratando de hacerlo sentir bien.

Momentos atrás, el alfa salía disparado de su empresa, dejando a cargo a Hanji, diciéndole que algo no andaba bien.

Sentía a su Omega llamarle.

— ¡"Métele la pata"!.–  había gritado su alfa para que conduciera más rápido. Haciéndolo gruñir por la vaga expresión de su instinto.

Cuando llegó, en la entrada se encontraba Karla. Recién llegaba del hospital, ya que había ido a entregarle comida a Grisha.

Vió ha Levi algo alterado y le Preguntó el motivo, éste sólo le contesta que al parecer, el Omega le llamaba.

Sin mas que decir, ambos se adentraron a la casa.

Subieron a la habitación de Eren, el cual estaba hecho bolita y llorando.

El gatito en cuanto olió el aroma de su alfa volteó extendiendo sus brazos para que fuera a su lado.

Levi le dirigió una mirada a su suegra y Karla asiente, dejando a cargo a su yerno.

El leopardo se apresuró a ir con su Omega y lo toma en brazos. cargándolo al estilo nupcial, mientras Eren se aferraba con ambos brazos a su cuello y hundíañ su nariz en su pecho.

— Eren, amo, ¿Qué pasa?.– Preguntó Levi besando la coronilla castaña.

— mi amigo Armin... El que fué su alfa, rompió el lazo.– contestó sollozando.— y eso es muy doloroso... Me han dicho que..cuando un lazo se rompe...la persona puede morir por depresión.

El azabache se sorprendió.
Se acercó a la orilla de la cama y se dispuso a acostarlo, e igual él.

Atrajo a Eren y lo puso en su pecho. El menor se acurrucó allí y sin querer soltó un pequeño ronroneo.

— le llamé y me contó todo eso...yo le dije que se viniera conmigo.– Prosigue el gatito. — hace tres horas me mandó un mensaje, diciéndome que estaba en el aeropuerto. Pero estoy algo preocupado, no me ha mandado nada.

— recuerda que cuando estás a bordo del avión, no permiten usar aparatos electrónicos.–Contestó el hombre, jugando con un mechón castaño rebelde.

— si lo sé, pero eso ya tiene mucho. Si ya subió al avión debió haberme mandado un mensaje, pero no.– suspiró.— le voy a
llamar un rato más... Ese traidor.– Eren se sentó rápido.—¡ese maldito traidor, maldito animal!.– bramó furioso, para después pasar a una llorosa.— Y yo que creí..que era diferente a los demás alfas.– dijo,para luego volver a acurrucarse en el pecho del leopardo.