🐈Capítulo 23🐆

4.6K 388 103
                                    

Pov

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Pov. Omnisciente.
[...]



El mundo es muy pequeño .–Pensó Armin.

Llevaban más de dos horas conversando. Resultó ser, que ahora su alfa era amigo y socio del alfa destinado de su mejor amigo.

También se compartieron sus gustos y sus aficiones.

Pero antes de seguir su plática, Armin se había tomado una pastilla anticonceptiva, para prevenir un posible embarazo.

También ambos felinos aprovecharon para tomar un supresor, para poder controlar el celo, (por unos momentos), tomando una ducha para bajar el calor y quitar el olor a sexo, para más comodidad.

Por suerte Erwin había tomado ambas pertenencias y no olvidarlas en el aeropuerto.

Armin vestía una pijama de color azul cielo y el mayor con unos pantalones grises y una camisa blanca.

Estaban acostados, viéndose de frente, Erwin acariciaba con esa mano grande, el rostro pequeño de su pareja.

Estaba embelesado con SU omega. Si, SU omega.

Él con todo el gusto del mundo había aceptado a ésta persona en su vida, como su compañero, como su amante, como su pareja, sólo él y nadie más.

Al igual que su amigo Levi, estaban esperando a la llegada de su otra mitad.

Si, habían tenido una relación antes, pero jamás llegaba a funcionar. Pues carecían de sentimientos y bondad. Sin contar el hecho de que sólo estaban con ellos por el dinero.

Pero en vez de afectarles el rompimiento, agradecían no seguir en una "relación" sin sentido y por conveniencia de sus ex parejas.

El león también se había dado cuenta, que a la hora del apareamiento, había visto una mordida ya desvaneciéndose en la nuca del rubio....un lazo roto.

Lo que quería decir, que su pequeña pareja había pasado por un duro momento.
Y eso lo pudo haber llevado a la muerte.

Pero al parecer su Omega parecía ser una persona fuerte y de carácter.

Armin mantenía sus ojos cerrados, aceptando las caricias del alfa en su mejilla y ronroneando inconscientemente.

Se sentía de alguna u otra manera muy feliz.

Ese era el poder de ser Destinados.

El león no lo había rechazado y ahora su aroma estaba muy bien impregnado en su cuerpo, en su alma y en su memoria. Ese olor a cocoa y pinos. Relajandolo y haciéndolo sentir reconfortante.

— Yo te acepto como mi Omega de por vida. Estaré contigo en todo momento, para compartir tus penas y alegrías
Jamás pero jamás te dejaré, nunca te voy a lastimar o hacer sentir que eres menos.– habló el alfa, manteniendo su mano en la mejilla del chico.

© ᝨႮ ℳⅈ ⌾ℳℰℊᗅ Ⓨⓞ Ⓣⓤ ⒶⓛⓕⓐDonde viven las historias. Descúbrelo ahora