Capítulo 40 | Atracción

638 54 15
                                    

Sara

Había perdido la cuenta de cuantos minutos llevaba sentada en mi cama, reflexionando sobre lo ocurrido en el portal. Sin pretenderlo, humedecí mis labios y aquel beso entre Cameron y yo se atribuyó total atención en mi cabeza, volví a sentir sus manos sobre mi cintura, acercándome cada vez más a él, apreciando como el calor de su cuerpo pasaba al mío. Dios mío, ¿se puede saber qué es lo que he hecho? Me lo tendría que haber pensado dos veces antes de besarle… Joder, me siento como una mierda por haberle hecho esto a Liam, esto ha sido algo totalmente rastrero y miserable por mi parte, sin embargo, aún a riesgo de maximizar el reconcomio de culpa, no puedo negar que en el momento fue… reconfortante. Y sí, me siento peor por pensarlo, pero no puedo evitarlo, no entiendo qué es lo que me ocurre con Cameron, no sé por qué me comporto así cuando está cerca de mí.

Y ahora, ¿qué se supone que es lo que debo hacer? Solo puedo hablar o quedarme callada, y en ambos casos seguiré estando igual de mal, seguiré queriendo volver a ese momento y apartar a Cameron de mí a tiempo, aunque sinceramente, no sé si sería capaz de hacerlo, antes no lo fui. ¡Dios, le odio! ¿Por qué lo ha hecho? Estoy verdaderamente confundida, tengo una horda de pensamientos y opiniones batallando en mi cabeza; una parte de mí me obliga a detestar a Cameron, y otra me recuerda que por mucho que lo culpe, para que haya un beso hacen falta dos, y si mal no recuerdo fui yo quien tomó la iniciativa, ojalá supiera por qué. A mí Cameron no me gusta, apenas le conozco, pero por el contrario, me atrae bastante físicamente, pero eso no es excusa para haberle besado, yo no soy así, al menos no cuando tengo novio. Tal vez se deba a todos estos problemas que ha habido con Liam y Rebeca, quizá me haya sentido algo aparte… No tengo ni idea, no tengo la más remota idea de por qué hice lo que hice, pero ojalá no hubiese ocurrido, siento que me perfora por dentro y la culpa ejerce un papel torturador incesante en mi mente.

Descargo el peso de mis hombros y levanto la cabeza tomando aire, inmediatamente me levanto y busco la puerta para salir de mi habitación, demasiada mala energía en el ambiente como para soportarla.

Me noto los ojos algo vidriosos, trato de contener mis lágrimas de impotencia como puedo, y en eso veo a mi madre pararse de lleno al dar conmigo. Debería disimular, más que nada por evitar preocuparla.

—No te he oído llegar— dijo ella mientras me observaba con cierta preocupación. —¿Ocurre algo? Te noto algo apagada.

“Miente” me digo a mí misma.

—Estoy bien— “pero miente mejor” me repito. —Tan solo un día duro en el instituto, nada por lo que debas preocuparte.

Le dedico una última sonrisa conciliadora a mi madre y avanzo algo más hasta llegar a la cocina.

—Ha pasado algo con Liam, ¿es eso? — instó ella de nuevo.

Casi en el blanco, no te equivocas del todo, mamá.

Apoyo mis manos en la encimera y suspiro profundamente, luego cojo un vaso de cristal y lleno este de agua del grifo.

—No, está todo bien— le dije volviendo la vista hacia su dirección, sin apenas expresión en mi rostro.

Mi madre frunce los labios y entrecierra su mirada, esperando a que confiese, pero no lo haré, no quiero hablar de Cameron, ni del beso. De momento solo me apetece encerrarme en mi cuarto y compadecerme de mí misma por ser una infantil y caprichosa cría que no sabe controlarse teniendo novio. Estoy verdaderamente enfadada conmigo, y bastante indignada con Cameron, no puede pretender decirme que le gusto, manifestar todo lo que siente por mí y luego marcharse sin darme oportunidad siquiera de responder, aunque yo no creo que le guste, seguramente sea un capricho, solo físico. No me conoce, no puede sentir nada por mí, aunque por otro lado eso explicaría por qué se comportaba así conmigo, siempre tan atento y dispuesto a ayudarme.

Nothing → l.pDonde viven las historias. Descúbrelo ahora